La espiritualidad: único lugar en el que podemos encontrarnos todas las religiones (3)

La no-dualidad, el reto más importante de la espiritualidad oriental a la espiritualidad occidental

El dualismo marcó el pensamiento y la experiencia espiritual occidental desde los griegos hasta hoy, con pequeñas excepciones (Plotino, Spinoza…), arrastrando en su camino a la espiritualidad judeo-cristiana: sujeto-objeto, cuerpo-alma, materia-espíritu, profano-sagrado, razón-afectividad, razón-revelación, natural-sobrenatural, Dios-ser humano, Dios-mundo… El máximo reto de la espiritualidad está en superar ese dualismo, el pensamiento y la experiencia dual. Se trata de poner cura a la desgraciada ruptura de la realidad que escinde lo que realmente somos, y que es fuente de ignorancia, dolor y mal. La experiencia no-dual es el remedio para esa enfermedad radical de la separación de nosotros mismos, de los otros, del cosmos y de la realidad Absoluta; superar la fragmentación en la que vivimos para llegar a la integración con todo lo que es.

“Quien reconoce la unidad universal del Ser, ve con imparcialidad la misma esencia de todos los seres” (Bhagavad-gītā VI, 32).

 “Todos los seres son relativos” (Tao Te King, XXIX).

“Cuando se ha experimentado que Dios está en todo, que todo está en Dios y que sin embargo Dios no es nada de loque es, entonces se está cerca de la realización, de la auténtica experiencia advaita que, como toda verdadera experiencia, no puede ser comunicada ni expresada por medio de conceptos” (R. Panikkar, La Trinidad. Una experiencia humana primordial).

diccionario panikk

Esto es la no-dualidadde todos los seres que conforman la Realidad; un riquísimo concepto expresada en el término sánscrito hindú del advaita y presente en otras religiones (Cf. “Advaita: a-dualidad”, V. Pérez-J.L. Meza, Diccionario panikkariano). El advaita (a-dvaita, “no-dos”). Se trata de un estado integral que abarca todos los ámbitos de la existencia en que la consciencia individual está separada, aunque se siente y se sabe formando parte de la Realidad última, que incluye todos los seres humanos, el cosmos y el mismo Dios. Implica una experiencia unificada entre cuerpo, mente y espíritu; entre el yo y los demás, entre el yo y el mundo. La experiencia advaita es la de quien “conoce la unidad universal del Ser” sin dejar de ver “los seres” (Bhagavad-gītā VI, 32). Es vivir unificadamente, no de manera escindida. Advaita significa que la Realidad es una, no está dividida, escindida, aunque esté conformada por dimensiones diferentes.

La espiritualidadadvaita habla de que cada ser está unido a la totalidad de los seres; hasta tal punto de que no puede hablarse de simple relación entre los distintos seres, sino de unidad total. Pero unidad no-dual; pues de lo contrario se caería en el monismo. Por lo mismo, no hay una distinción fundamental entre mente y materia; hay una unión entre el sujeto que percibe y lo percibido: para el advaitín, quien conoce no se diferencia de lo que conoce.El advaita se considera en el hinduismo el culmen de todas las religiones y filosofías, en cuanto que introduce la “experiencia suprema” de la no-separabilidad entre Sí-mismo (ātman) y el Absoluto (Brahman). La verdad para el advaita es llegar a descubrir queĀtman (el Yo) es Brahman (el Absoluto)”; o lo que es lo mismo “Tat tvam asi”:“Tú eres Eso/Él” (el Absoluto) sin dejar de ser diferentes.

no dualidad

Dios y el mundo no están yuxtapuestos ni el uno absorbido por el otro, sino en relación de reciprocidad. “La dimensión de trascendencia excluye la identificación monista, mientras que la de inmanencia impide la identificación dualista”, dice Raimon Panikkar:

“Dios no es ni el Mismo (monismo) ni el o loOtro (dualismo). Dios es un polo de la Realidad, polo constitutivo; silencioso y por tanto inefable en sí, pero que habla en nosotros; trascendente, pero inmanente en el mundo; infinito, pero limitado en las cosas. Este polo no es nada en sí mismo. No existe sino en su polaridad, en su relación. Dios es relación, íntima relación interna con todo” (R. Panikkar, Iconos del misterio. La experiencia de Dios).

Las cuatro grandes sentencias que encierran la doctrina advaita en la sabiduría de los Vedas (Rig Veda-RV, Sama Veda-SV, Yajur  Veda-YV, Atharva Veda-AV) son:

- Prajñanam Brahman. “Brahman es pura Consciencia” (RV, Aitareya Upanishad V,3).

- Tat tvam asi. “Tú eres Eso” (SV, Chandogya Upanishad VI,8,7,).

- Aham Brahman. “Yo soy Brahman” (YV, Brihadaranyaka Upanishad  I,4,10).

- Ayam ātman Brahman. “Ātman es Brahman” (AV, Mandukya Upanishad  I,2).

Nuestra consciencia es habitualmente existencial, experiencial, dual… pero el Absoluto (“Yo soy”) es pura Consciencia, consciencia trans-personal. Sin embargo, la Consciencia del Absoluto y la consciencia humana son las dos caras de la misma Consciencia, porque la Realidad es no-dual, no puede cerrarse en un “individuo”. Esta Consciencia se proyecta como en una pantalla, y esto es lo que vemos: el Mundo; pero lo único que realmente existe es esa Consciencia. El comienzo de la experiencia de no-dualidad es la experiencia de conocimiento: constatar que aunque el mundo entero se muestra como dual, la realidad verdadera de la existencia no son las realidades independientes sino la relación. Por eso, “yo” y “otra persona” no somos seres separados, sino Uno. La verdad para el advaitín es descubrir: “Yo soy Brahman” (Aham Brahman) o “Mi yo es Brahman” (Ayam ātman Brahman).

sankara

 El advaita vedānta se basa sobre todo en la interpretación que Śānkāra (c.788-820) hace de las Upanishad; su escuela es una de las más importantes de la historia del pensamiento hindú: el ānao religión del conocimiento. A su lado, es necesario situar la escuelavisistādvaita de Rāmānuja (1017-1137); un filósofo y místico que reorientó parcialmente la doctrina advaita con un “no-dualismo cualificado”, buscando integrar la realidad personal para dar cabida a la bhakti, el sentimiento religioso del amor: Dios es el alma de las almas. Rāmānuja, fervoroso visnuita, cree que la bhakti es válida en el camino de la liberación que busca el hinduismo: es lareligión del amor frente al āna.

ramana maharsi

Si Śānkāra y Rāmānuja son considerados la referencia fundamental del advaita, a partir del s.XIX surgen algunas figuras destacables como Rāmakrishna (1834-1886) o  Ramana Maharshi (1879-1950):“Los advaitin no dicen que el mundo es irreal... sólo quieren decir que el mundo es irreal como mundo autosubsistente, pero real como Yo… Todo esto es Brahman” (A. Osborne, Las enseñanzas deSri Ramana Maharshi).

Otros personajes actuales fundamentales del advaita son Nisargadatta (1897-1981; su obra fundamental Yo soy eso), Aurobindo (1872-1950; El Secreto del Veda) o Krishnamurti (1895-1986; Más allá del pensamiento).

La experiencia de la no-dualidad aparece también fuera del hinduismo y el buddhismo (el nirvana). En el taoísmo constituye el núcleo central (wei-wu-wei o “acción de la no-acción”) y es el eje de todas las grandes tradiciones espirituales orientales. Está presente en el sufismoislámico, la cábala hebrea y la mística cristiana (Pseudo-Dionisio, Maestro Eckhart, Boehme, Silesius y Teresa de Jesús o Juan de la Cruz), cuando dicen que en lo más profundo de la Realidad resuena la unidad, el Uno.

Uno de los textos más expresivos de la no-dualidad en el cristianismo es el conocido de Santa Teresa, cuando Dios le dice: “Alma buscarte has en Mí, y a Mí buscarme has en ti”; texto que para Panikkar es una magnífica expresión de la  experiencia cristofánica (la manifestación de Dios en Jesucristo y en cada ser humano, que es una cristofanía aunque en Jesucristo tiene su plena realización, la plenitud de la Divinidad) más allá de la puramente autofánica (búsca-te, “conócete a ti mismo”) y la puramente teofánica (búsca-me, “busca a Dios”) (Cf. V. Pérez, Dios, Hombre, Mundo. La Trinidad en Raimon Panikkar).

eckhart

La divinización del ser humano es una constante en los escritos místicos: “El Verbo de Dios se hizo hombre para que tú aprendas cómo el hombre puede hacerse Dios” (Clemente Alejandrino), “Cristo se hizo hombre para que yo pueda ser hecho Dios” (Gregorio Nacianceno), “En cada uno el Hijo de Dios se hace hombre y el Hijo del Hombre se hace Dios” (Maestro Eckhart, foto al lado).

No se trata de una moda superficial, ni de pura psicología transpersonal, como algunos parecen reducirla; se trata de un verdadero cambio de paradigma para el crecimiento y la transformación de la consciencia personal y colectiva.

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