El Señor sigue buscando “trabajadores de su mies” en todos los aspectos de la vida “El amor es el centro toda vocación” (D. 4º Pascua 2ª Lect. 30.05.2023)

Jornada mundial de oración por las vocaciones

Comentario: “Convertidos al pastor y guardián de vuestras almas” (1Pe 2,20b-25)

Sufrir por hacer el bienes una gracia de parte de Dios (v. 20b). Es consecuenciadel Amor. Lo advierte el evangelio: “Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” (Lc 6,32ss). El mismo término griego(“jaris”) en 1Pedro (v.20b) y en Lucas (6,32) para “gracia” y “mérito”. Quiere decir que sólo tiene valor cristiano lo que hacemos “gratuitamente”, imitando al Padre del cielo. Lo reconoce también Pablo: “si..., pero no tengo amor, no sería nada” (1Cor 13,2s). 

Este comportamiento “en amor” supone experimentar el amor de Dios: creerse amados por el Padre de Jesús. En versículos anteriores, se pide al cristiano ser obediente no sólo a los amos buenos y comprensivos, sino también a los “retorcidos”, “pues eso es realmente una gracia: que, por consideración a Dios(“diá sineídesin zeoû”: “por la conciencia de Dios”; algunos traducen: “por la experiencia que tenemos de Dios” -Mateos-Schökel-), se soporte el dolor de sufrir injustamente”. Para comprender, pues, este proceder hay que tener “consciencia de Dios”, experiencia del amor gratuito y universal divino.

El amor es el centro toda vocación, máxime la cristiana: “Pues para esto habéis sido llamados, porque también Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas (v.21). “Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca (Is 53, 9-). Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban; sufriendo no profería amenazas; sino que se entregaba al que juzga rectamente (vv.22-23). Jesús es camino por su honradez y autenticidad. Ante la miseria moral y la violencia de empoderados sociales, políticos y religiosos no respondía igual ni amenazaba. Lo remitía al juicio recto divino. Él “seguía haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal” (He 10,38).

Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Con sus heridas fuisteis curados” (vv. 24). En la cruz revela el Amor y pide excusa para quien no lo vive: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34). Perdona “para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia”. La justicia de Dios es su amor. Por eso en Jesús se realiza la profecía de Isaías sobre el “siervo de Dios”: “sus cicatrices nos curaron” (cf. Is 53, 4-6.12b). Así, revelando el amor gratuito, nos salva de nuestras miserias y muestra el camino de realización plena.

Pues andabais errantes como ovejas, pero ahora os habéis convertido al pastor y guardián de vuestras almas” (v. 25). Se inspira en: Is 53,6; Ez 34,5-6; Mt 9,36). La conversión cristiana es volver del desamor (planómenoi: “extraviados, descarriados, engañados, equivocados, errantes sin rumbo, apartados del fin...” al Amor de “ahora”. Al amor que nos ha traído Jesús resucitado, el pastor y guardián actual de nuestras personas. Para que no falte este “pastoreo”, el Señor sigue buscando compañeros, “trabajadores de su mies” (Mt 9,36-37), en todos los aspectos de la vida, en todas las vocaciones: trabajo, familia, cuidadores comunitarios...

Oración: “Convertidos al pastor y guardián de vuestras almas” (1Pe 2,20b-25)

Ahora, Jesús,nos hemos convertido al pastor

y guardián de nuestras almas”, que eres tú:

hemos acercado nuestro corazón al tuyo;

hemos sentido, en este encuentro, tu pastoreo:

creemos que tu amor nos mira,

nos perdona,

nos aleja de nuestro egoísmo...

Tú, Jesús resucitado, reavivas nuestra vida:

poniéndonos entre los pobres de salud y amparo;

abriéndonos los ojos ante la desigualdad injusta;

fortaleciendo nuestra voluntad para denunciar toda corrupción;

haciéndonos capaces de revisar también nuestra Iglesia:

presidida por un jefe de Estado con poderes absolutos;

acaparando todo poder y derecho, como señores medievales;

no reconociendo derechos “universales e inviolables” (GS 26);

bendiciendo el lujo y el boato, mientras dicen representar

a quien “no tenía donde reclinar la cabeza” (Mt 8, 20).

Hoy volvemos a sentir tu llamada:

Pues para esto habéis sido llamados,

porque también Cristo padeció por vosotros,

dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas” (v. 21).

Esto” es seguir tu camino:

ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo,

pasar haciendo el bien y curando...” (He 10,38).

 no cometiste pecado ni encontraron engaño en u boca.

no devolvías el insulto cuando te insultaban;

sufriendo no proferías amenazas, sino que te entregabas

al que juzga rectamente” (vv. 22s).

Danos la gracia de vivir según tu Espíritu:

que no olvidemos el “no será así entre vosotros” (Mc 10,43);

que haya mucho diálogo argumentado y sin imposición;

que no atemoricemos, dividamos, expulsemos…;

que crezca la confianza para elegir a los responsables más capaces;

que seamos tolerantes y receptivos con los críticos y disidentes...;

que tengamos clara la misión de la fraternidad;

que tu pastoreo nos concierna a todos,

no sólo a “una élite de varones célibes segregados”;

que todos sintamos la vocación a vivir y dar tu evangelio:

para que tengan vida y la tengan abundante” (Jn 10,10).

Jesús, tolerante y de mesa compartida, hasta con Judas:

danos “experiencia” del amor del Padre-Madre Dios;

a esto hemos sido llamados”, nos dice hoy la carta de Pedro;

es la vocación al amor solidario, como el tuyo:

llevando nuestros pecados en tu cuerpo hasta el leño”;

pidiendo perdón para todos;

dando la cara por el bien de los hermanos;

resistiendo a tiranos y obradores de injusticia;

defendiendo derechos humanos...

Pastor y guardián de nuestras vidas:

haznos conscientes de nuestros desvaríos egoístas;

danos perseverar en tu `gracia´, sufriendo contigo;

continuar tu pastoreo de entrega y servicio;

hacer comunidad de vida, de libertad, de justicia, de paz...

Preces de los Fieles (Domingo 4º Pascua 2ª Lect. 30.04.2023)

La eucaristía es encuentro comunitario con Jesús resucitado, “pastor y guardián de nuestras almas” (1Pe 2,25). Siempre nos cuida, sobre todo en la eucaristía: perdona, da paz y alegría... Pidamos seguir a Jesús” diciendo: Aviva tu amor en nosotros, Señor”.

Por la Iglesia universal:

- que todas las comunidades puedan celebrar la Eucaristía;

- que brille en todas el respeto a los derechos humanos.

Roguemos al Señor:  Aviva tu amor en nosotros, Señor”.

Por las intenciones del Papa (abril 2023):

- que cada día haya “mayor difusión de una cultura de la no violencia”; 

- que “cada vez haya un uso menor de las armas de Estados y de ciudadanos”.

Roguemos al Señor: Aviva tu amor en nosotros, Señor”.

Por la paz social:

- que cese la violencia y crezca el diálogo y el entendimiento;

- que las víctimas de las guerras sean protegidas y rehabilitadas...

Roguemos al Señor:  Aviva tu amor en nosotros, Señor”.

Por los niños de 1ª Comunión:

- que sean acompañados cristianamente de por su familia;

- que sigan creciendo en la vida cristiana.

Roguemos al Señor: Aviva tu amor en nosotros, Señor”.

Por nuestra parroquia:

- que seamos una comunidad de comunidades de Jesús;

- que nos sintamos vocacionados al Amor en las diversas actividades.

Roguemos al Señor: Aviva tu amor en nosotros, Señor”.

Por esta celebración:

- que nos haga sentir el Amor de Jesús;

- que nos haga más comprensivos y activos en bien de los hermanos.

Roguemos al Señor: Aviva tu amor en nosotros, Señor”.

Jesús, hermano de todos: Queremos ser “buena noticia” (“evangelio”), como Tú. Queremos ser honrados, fieles a tu amor, trabajar por suprimir todo el sufrimiento que podamos y alegrar la vida. Contamos con tu ayuda por los siglos de los siglos.

Amén.

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