Sobre física moderna y alguien que se monta un papurrio

Hace un tiempo alguien me dio un enlace para que leyera en una dirección de Internet unas conclusiones sobre física y religión. Trata en esa dirección dos temas físicos que a algunos se les antoja polémicos. La relatividad y la teoría cuántica.

Desde que me inicié en asignaturas de física cuántica y relatividad, a mi me han preocupado otras cosas, en relatividad me preocupa más comprender los tensores y en cuántica los espacios de Hilbert. Pero es curioso como mucha gente falsamente le atrae el tema. Y digo falsamente pues en cuanto ven la más mínima integral o derivada ponen el grito en el cielo completamente horrorizados y ya no quieren saber más.

Pues la página comienza con lo siguiente:

Está ampliamente admitido que los dos capítulos de la física moderna más misteriosos son el de la mecánica cuántica y el de la teoría de la relatividad. En este ámbito se formulan preguntas que quedan siempre sin respuesta tales como:

¿Cómo puede, la energía de un fotón, cuyas propiedades ondulatorias lo extienden por todo el universo, manifestarse total e instantáneamente en un solo punto?.

¿Cómo puede una misma onda estar en lugares diferentes en un mismo momento, según el estado de movimiento del observador que la contempla?.

La física cuántica y la teoría de la relatividad no son interpretaciones ontológicas de estos hechos, sino formulaciones fisicomatemáticas que permiten trabajar técnicamente con estos fenómenos y, por tanto, no satisfacen a la mente filosófica que, naturalmente, desea una visión subsumida en su sistema metafísico.

Si la mente se cierra sobre sí misma, sin dejar paso a nuevas luces, no se puede salir del atolladero de contradicciones en que se ha sumido la ciencia al abandonar la filosofía tradicional desde el renacimiento.

La física, a fines del siglo XX, tiene dos importantes problemas por resolver.

Uno, la interpretación del experimento de las dos rendijas. Al no poder decir por qué rendija pasa la partícula, se la cambia por una onda de probabilidad de presencia y se dice que las partes de esa onda interfieren. Pero no se puede admitir la interferencia de probabilidades. Probabilidad es, por definición, la media de los resultados de un experimento repetido muchas veces, y la interferencia es algo que se da cuando varias cosas suceden a la vez. La probabilidad, además, no tiene dirección ni sentido, como han de tener las magnitudes vectoriales que interfieren. Los tiene la amplitud de Feynman. Por eso no puede ser simplemente una probabilidad. ¿Qué es pues, esa onda?. Esa onda que hace decir a Heisenberg que "la interferencia de probabilidades" impide el ejercicio de la lógica sensata.

El otro, es la interpretación del resultado del experimento de Michelson de 1881. No se observa ninguna influencia de la velocidad de la Tierra alrededor del Sol, sobre la velocidad de la luz. Dos observadores que se mueven entre sí, encuentran el mismo valor cuando miden la velocidad de la luz. Einstein postula que las coordenadas de espacio y tiempo de los dos observadores se transforman según Lorentz, de manera que resulte la constancia de la velocidad de la luz para ambos. La transformación de Lorentz es la expresión matemática de lo que parece que sucede, pero no lo que sucede ni, mucho menos, su explicación. El tiempo y el espacio son entes de razón, y las matemáticas pueden hacer con ellos lo que quieran. Pero como no se fundan en la misma cosa, no se transforman confusamente mezclados, de manera que "lo mismo" "no sea" "lo mismo" para distintos observadores. Téngase en cuenta que la teoría de la relatividad no dice que se vean las cosas distintas según los puntos de vista, como todas las filosofías admiten, sino que en realidad "son" distintas, cuando cada uno "calcula" lo que debe ver el otro, desde su otro punto de vista, lo cual no puede ser cierto.


Luego la página prosigue después de haber desacreditado dos de las mejores teorías de la física, en la que han trabajado muchísimos físicos para refutarlas o para confirmarlas, y lo cierto es que la confirmación en ambas gana por abrumadora mayoría. Pero el objetivo es ridículo, su intento es tratar de hacer hablar a la filosofía, la teología y la ontología en la física. La pretensión y las ideas expuestas que cada uno las lea, a mi me basta con decir que no se debe perder el tiempo en conjeturas mentales y en calentarse la cabeza tratando de validar a Santo Tomás o a San Agustín ante la física moderna desacreditando a la propia física moderna.

No parece gustarle a este ingeniero la interpretación de la física cuántica y la relatividad, y afirma que esto es solo una interpretación matemática. Pero en eso se equivoca, es más que eso, es tal y como se nos está presentando la realidad, y no lo dice la teoría lo dicen los experimentos y con eso sobra.

"Hay otro tipo de cosa que no entendéis, queriendo decir: no me lo creo, es demasiado descabellado, es el tipo de cosa que simplemente no voy a aceptar. Con esto espero que estéis conmigo y teneis que aceptarlo porque es así como funciona la naturaleza. Si queremos saber el modo en que funciona la naturaleza, la miramos cuidadosamente, observándola y... ése es el aspecto que tiene. ¿No te gusta? Pues vete a otra parte, a otro universo donde las reglas sean más simples, filosóficamente más agradables, psicológicamente más fáciles. No puedo evitarlo ¿vale? Si voy a deciros honestamente como parece ser el mundo para los seres humanos que han luchado tan duro como han podido para entenderlo, sólo puedo deciros el aspecto que tiene". Richar P. Feynman (Describiendo la mecánica cuántica).
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