"Recordemos: todo está conectado y nadie se salva solo" Emergencia climática: ¿Estamos preparados?

Naturaleza en peligro
Naturaleza en peligro

"Vivimos una emergencia climática y nuestros gobiernos carecen de visión y capacidad para enfrentarla"

"La injusticia social provocada por las catástrofes naturales y la pérdida de biodiversidad debe revertirse para lograr una transición ecológica justa, que ponga en el centro al medio ambiente y a las personas"

"Las autoridades han demostrado un desconocimiento del problema, una mínima capacidad para protegernos, tampoco visualizan sus efectos catastróficos, muy pocos trabajan para prevenir problemas futuros"

"Pero no olvidemos que lo que ocurre en cualquier lugar del mundo tiene repercusiones en todo el planeta"

“Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes. Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos” (Laudato si 5).

Estuvimos acostumbrados a percibir al cambio climático como una amenaza lejana, que difícilmente afectaría nuestra vida cotidiana. Esta misma visión persiste entre los líderes políticos, que lo ignoran o actúan con medidas mínimas y retóricas. Vivimos una emergencia climática y nuestros gobiernos carecen de visión y capacidad para enfrentarla. El cambio climático se ha intensificado drásticamente y ahora lo podemos sentir con mayor intensidad. Veamos algunos hechos recientes.

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Cerca de 400.000 personas se quedaron sin agua potable en el sur de Quito 15 díaspor un deslave que destruyó 350 metros de tubería del proyecto Mica-Tambo. En 2023 eldeslave en Alausí, con 65 muertes, más de 100 desaparecidos, viviendas destruidas; y los aluviones en la Avenida La Gasca en Quito, el último en 2022 con 28 fallecidos. Estos deslizamientos, antes improbables, se han vuelto frecuentes debido a lluvias intensas en pocas horas, conocidas como “bombas de lluvia”, efecto del cambio climático. En todos estos casos, la naturaleza supera la falta de prevención y la limitada capacidad de respuesta oportuna.

Ecuador: 400 mil quiteños sin agua desde hace una semana | Nuevo Poder

Entre el 2 y el 23 de julio se suspendieron los oleoductos SOTE y OCP, reduciendo la extracción petrolera en más del 90% y generando fuertes pérdidas fiscales. La causa fue la erosión regresiva del río Coca, que amenazaba con destruir los oleoductos, el puente sobre el río Loco e interrumpió la carretera a Lago Agrio. El detonante inmediato: lluvias excesivas, efecto del cambio climático. El problema de fondo: la erosión tras la ruptura de la cascada de San Rafael, causada por la imprudente construcción del proyecto Coca-Codo Sinclair en una zona geológica y sísmicamente inestable. Esta erosión, sin control desde 2019, aún amenaza con destruir la represa y no ha sido controlada desde 2019.

Construir megaproyectos hidroeléctricos sin el manejo adecuando de sus cuencas, afectadas por la deforestación y el cambio climático, sigue siendo un gravísimo error. Como resultado de la acelerada deforestación, hemos intensificado el cambio climático en la Amazonía, y el resultado fue el estiaje de 2024, el más severo en 60 años, que obligó a cortes de electricidad de hasta 14 horas diarias, que podrían repetirse este año. Como respuesta, el gobierno ha contratado nuevas plantas termoeléctricas, sin priorizar la instalación de fuentes limpias de energía. Tampoco se han definido políticas efectivas para parar y reducir la deforestación, principalmente en las cuencas del Coca y del Paute, que agrava seriamente el estiaje.

En Ecuador se consume alrededor de 3.000.000 de galones de diésel y 3.200.000 galones de gasolinas diariamente, lo que también agrava el cambio climático. En la misa por la custodia de la creación, celebrada el 9 de julio de 2025, el Papa nos cuestionaba: “Tantos de los desastres naturales que vemos en el mundo, en varios lugares y países, son producidos, en parte, por los excesos del ser humano, a causa de su estilo de vida. Por eso debemos preguntarnos a nosotros mismos si estamos viviendo o no esa conversión que es tan necesaria”.

"La injusticia social provocada por las catástrofes naturales y la pérdida de biodiversidad debe revertirse para lograr una transición ecológica justa, que ponga en el centro al medio ambiente y a las personas"

Vivimos afectados en múltiples formas por la emergencia climática, que a casi nadie le importa ni preocupa, menos aún la responsabilidad de dejar a las futuras generaciones un planeta sano y en equilibrio. Las autoridades han demostrado un desconocimiento del problema, una mínima capacidad para protegernos, tampoco visualizan sus efectos catastróficos, muy pocos trabajan para prevenir problemas futuros preservando bosques y páramos, controlando la deforestación e incentivando el uso de energías limpias. El Papa León XIV también ha expresado que “la injusticia social provocada por las catástrofes naturales y la pérdida de biodiversidad debe revertirse para lograr una transición ecológica justa, que ponga en el centro al medio ambiente y a las personas”.

No olvidemos que “lo que ocurre en cualquier lugar del mundo tiene repercusiones en todo el planeta. Esto me permite repetir dos convicciones en las cuales insisto hasta el cansancio: ‘todo está conectado’ y ‘nadie se salva solo’’ (LS 19). #ComuniquemosEsperanza

Todo está conectado – Raúl Ravelo

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