Cinco chicas desprevenidas
La alegoría de Mateo 25, 1-13, además de ser propia de Adviento, es útil en Bioética. Releámosla y... hermeneuticemos, que algo queda... Eran diez a la espera del novio, dice el evangelista. Cinco espabiladillas y cinco un tanto insensatas.
Tarda el novio y se duermen. Suena el despertador: “Prestadnos combustible, nuestras lámparas se apagan”. “Ni hablar. Id a comprarlo”. Retrasadas, les dan con la puerta en las narices: “No sé quienes sois”, cuentan que dijo el novio, "Estáis desconocidas". "No sois vosotras mismas"..., dicen otras traducciones...
Hasta aquí la alegoría de Adviento. A continuación,dos relecturas, una en broma y otra en serio, tomadas de la convivencia bíblica de un grupo juvenil.
1. (Relectura en broma): Espera chico a chica para salir. Cae en la cuenta de un olvido y pide al colega: “Préstame dinero, préstame... prevención”. El amigo se ríe. “Eso te pasa por no ser previsor.Vete a por dinero y compra”. Mientras iba a buscar, el colega se fue con la chica.
2. (Relectura en serio): Espera chico a chica, pero no le apetece salir con ella. Dice al colega: “Préstame las ganas de estar con ella”. “Tío, eso no se puede prestar. O lo tienes o no hay nada que hacer”.
Reflexión: Hay cosas prestables (combustible, dinero, recursos técnicos...). Pero hay algo que, si no lo tienes, nadie te puede prestar: interés por las personas, cariño, respeto, cuidado,...
Aplicación a la ética de las relaciones: Entre los dos extremos del moralismo y la permisividad, están la responsabilidad, el buen sentido y el buen humor. A veces se cae en el extremo de creer que la técnica todo lo arregla. Pero, como dijo Juan Pablo II hablando del preservativo y el Sida, “no siempre el cortacircuito técnico de un problema humano soluciona lo humano del problema” (Discurso al Congreso de pastoral sanitaria, 1989).
Otras veces se cae en el extremo opuesto: creer equivocadamente que todo recurso técnico y artificial es rechazable.
Si se tiene lo que hay que tener (responsabilidad, cariño, respeto, cuidado, ineteréss...), las ayudas técnicas son asumibles e integrables en la ética de las relaciones al tratar los temas de sexualidad y prevención profiláctica, como muy atinada y matizadamente ha dicho el cardenal Martini...
Tarda el novio y se duermen. Suena el despertador: “Prestadnos combustible, nuestras lámparas se apagan”. “Ni hablar. Id a comprarlo”. Retrasadas, les dan con la puerta en las narices: “No sé quienes sois”, cuentan que dijo el novio, "Estáis desconocidas". "No sois vosotras mismas"..., dicen otras traducciones...
Hasta aquí la alegoría de Adviento. A continuación,dos relecturas, una en broma y otra en serio, tomadas de la convivencia bíblica de un grupo juvenil.
1. (Relectura en broma): Espera chico a chica para salir. Cae en la cuenta de un olvido y pide al colega: “Préstame dinero, préstame... prevención”. El amigo se ríe. “Eso te pasa por no ser previsor.Vete a por dinero y compra”. Mientras iba a buscar, el colega se fue con la chica.
2. (Relectura en serio): Espera chico a chica, pero no le apetece salir con ella. Dice al colega: “Préstame las ganas de estar con ella”. “Tío, eso no se puede prestar. O lo tienes o no hay nada que hacer”.
Reflexión: Hay cosas prestables (combustible, dinero, recursos técnicos...). Pero hay algo que, si no lo tienes, nadie te puede prestar: interés por las personas, cariño, respeto, cuidado,...
Aplicación a la ética de las relaciones: Entre los dos extremos del moralismo y la permisividad, están la responsabilidad, el buen sentido y el buen humor. A veces se cae en el extremo de creer que la técnica todo lo arregla. Pero, como dijo Juan Pablo II hablando del preservativo y el Sida, “no siempre el cortacircuito técnico de un problema humano soluciona lo humano del problema” (Discurso al Congreso de pastoral sanitaria, 1989).
Otras veces se cae en el extremo opuesto: creer equivocadamente que todo recurso técnico y artificial es rechazable.
Si se tiene lo que hay que tener (responsabilidad, cariño, respeto, cuidado, ineteréss...), las ayudas técnicas son asumibles e integrables en la ética de las relaciones al tratar los temas de sexualidad y prevención profiláctica, como muy atinada y matizadamente ha dicho el cardenal Martini...