El texto, que marcará un antes y un después en el Gobierno de la Iglesia, entra en vigor este domingo Las cinco claves de la nueva Constitución Apostólica

Reforma de la Iglesia
Reforma de la Iglesia

Esperada por mucho tiempo, “Prediquen el Evangelio” es vista como un paso más en la reforma de la Curia. Una mirada por los ejes que marcarán los tiempos del texto que entrará en vigencia el domingo

Secretaría de Estado: "¿Se parecerá más a un ministro coordinador, al estilo de las democracias occidentales? ¿Pasará a ser solo una correa de transmisión entre el obispo de Roma y sus Dicasterios?"

Dicasterio de Evangelización: "¿Llegará a ser oficializada la decisión al punto de igualar el nuevo cargo con los otros títulos del Sumo Pontífice, como obispo de Roma?"

El rol de un Krajewski claramente empoderado, entonces, aparece como otra de las grandes claves de la nueva Constitución

Se busca reducir la presencia masiva de cardenales y obispos en Roma sin funciones de Gobierno, lo que no solo debilita sus diócesis de origen, sino que además ayuda a crear la imagen de la Curia como una fuente constante de chismes

La nueva Constitución busca en definitiva dar las herramientas para que las limitaciones canónico-jurídicas no puedan ya ser una excusa a la hora de poner en práctica una Iglesia en salida, de servicio y misionera como la que Francisco tiene mente incluso desde antes de su entronización

Definida por fuentes vaticanas como “un punto de partida” para la reforma estructural de la Curia romana más que como un “punto de partida”, la tan esperada Constitución Apostólica “Prediquen el Evangelio” finalmente entrará en vigencia este domingo 5 de junio tras su promulgación del 19 de marzo. Más allá de algunos detalles no-tan-detalles (como que por el momento la única versión oficial sea en italiano, sin traducciones disponibles en las web vaticanas), el texto parece haber sido concebido para ir haciéndose camino al andar, como diría el poeta, y en definitiva su éxito dependerá mucho del espíritu, de los nombres y de la actitud con la que se la vaya poniendo en práctica.

Parte de esa hermenéutica sobre la nueva Constitución se la planteó el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga a Religión Digital hace unos días: “La reforma no es la Constitución Apostólica que es solo una parte, en realidad, comenzó cuando el Papa dijo que quería vivir en Santa Marta”. ¿A qué apuntó el purpurado que fue central en la redacción de la nueva Carta Magna? La Constitución por sí sola es solo un compendio de disposiciones, lo que importa es cómo se irán resolviendo e interpretando sus normas. Para resumir: Canónicamente, el trabajo está hecho; falta ahora darle sentido pastoral.

En ese marco, una lectura de la nueva Constitución en comparativa con su predecesora, la Pastor Bonus de 1988, abre al menos cinco interrogantes sobre ejes que podrían ser claves a la hora de evaluar la suerte de su implementación o que ofrecen trazos del tipo de Curia que el pontífice y su consejo de asesores tuvo en mente a la hora de darle forma y cuerpo al nuevo texto.

praedicate
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- El secretario de Estado: ¿un “primer ministro” o un organizador de agendas?

Uno de los ejes de la nueva Constitución pasa por el rol asignado a la secretaría de Estado, uno de los dos organismos (el otro es la de Economía) que aparece denominada como secretaría y no como Dicasterio. Lo que a priori podría parecer entonces como una ratificación de un rol de “primus inter pares” enseguida entra en duda al ver que en el primer artículo que se le dedica (el 44) se la describe como “secretaría papal”.

¿Qué significa ese rol? ¿A qué se refiere cuando plantea que su misión es “ayudar de cerca” al Papa en su misión?

A primera lectura, parecería que la misma interpretación que le cabe al texto de toda la nueva Carta Magna podría aplicarse al cargo que hoy ocupa Pietro Parolin: dependerá mucho de la dinámica que se establezca entre el secretario de Estado y el Papa y de la impronta personal que quien ocupe la titularidad del Palacio Apostólico busque imprimirle.

¿Se parecerá más a un ministro coordinador, al estilo de las democracias occidentales? ¿Pasará a ser solo una correa de transmisión entre el obispo de Roma y sus Dicasterios?

Cardenal Parolin
Cardenal Parolin

-¿Cómo convivirán Tagle y Fisichella?

Una de las novedades que nadie pudo anticipar fue la decisión de que el nuevo megaDicasterio (que se podría decir, incluso da nombre a la Constitución) dedicado a la Evangelización pase a estar presidido directamente por el Papa. Este hecho, además de estar ligado con las preguntas de algunas líneas más arriba (¿El secretario de Estado hará entonces de ministro coordinador en un Gabinete en el que el propio Papa encabeza un ministerio?) supone una novedad histórica con apenas un antecedente lejano, la decisión en 2017 del pontífice de que dependiera directamente de él la entonces nueva sección dedicada a la migración creada en el ámbito del también inédito Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Pero la decisión de que el Papa actúe como prefecto del nuevo Dicasterio que incorpora ahora Prediquen el Evangelio es mucho más compleja a nivel cuantitativo y cualitativo. ¿Llegará a ser oficializada la decisión al punto de igualar el nuevo cargo con los otros títulos del Sumo Pontífice, como obispo de Roma?

Congregación para la Evangelización de los Pueblos
Congregación para la Evangelización de los Pueblos

La unificación en un solo Dicasterio dirigido directamente por el Papa de la antigua y estructurada congregación de Propaganda Fide y del jovencísimo Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, indica la prioridad dada a la evangelización expresada en el documento ya desde el título. El hecho de que el Papa se ponga a la cabeza de la Evangelización, además de evidenciar un diagnóstico preciso de la importancia que requiere una “Iglesia en salida”, muestra además que la estructura del nuevo mega-ministerio tendrá dos “número dos”: ¿serán el italiano Rino Fisichella y el filipino Luis Tagle?

Las dos secciones que convivirán bajo el mando del Papa son la dedicada “a la primera evangelización y las nuevas Iglesias particulares” la que se ocupará de “las cuestiones fundamentales de la Evangelización en el mundo”.

Encargado del exitoso Jubileo de 2016, confirmado para el de 2025, que Fisichella no vaya a ser creado cardenal el próximo 27 de agosto sorprendió a más de uno dentro del Vaticano, más aún si como parece será uno de los dos “pro-prefectos” del Dicasterio que comandará el Papa.

Papa y Krajewski
Papa y Krajewski

En el caso de Tagle, quizás considerado papable demasiado temprano, la incógnita pasa por ver cómo recibirá el hecho de no haber quedado a la cabeza del Dicasterio. De esa relación entre los “número dos” del Papa, al día de hoy Fisichella y Tagle, se podrá leer otra de las claves de la nueva Constitución.

-Krajewski, clave en el territorio

Si con los nuevos cardenales que serán creados el 27 de agosto parece haber primado una intención pontificia de marcar la presencia en el territorio de las Iglesias locales, lo mismo podría decirse de la envergadura que la nueva Constitución le otorga al trabajo en el campo: así se entiende la elevación a “ministerio” de la actual Elemosinería, que pasará a ser el Dicasterio para el Servicio de la Caridad.

Con un rol preponderante, el nuevo organismo “es una expresión especial de la misericordia y, a partir de la opción por los pobres, los vulnerables y los excluidos, ejerce en cualquier parte del mundo la obra de asistencia y ayuda hacia ellos en nombre del Romano Pontífice, que en los casos de particular indigencia u otra necesidad, dispone personalmente las ayudas que se han de asignar".

Vaticano
Vaticano

No es menor el hecho de que, con el nuevo Dicasterio, la palabra “servicio” aparezca por segunda vez en el nombre de uno de los “Ministerios”. El Papa ha elogiado en público y en privado varias veces a Krajewski justamente por el hecho de mezclarse entre pobres y necesitados para llevar la ayuda del pontífice a donde sea necesaria. Incluso, como pasó recientemente, manejando el mismo las ambulancias donadas por Francisco.

La elevación a Dicasterio del trabajo que Krajewski viene realizando en estos años marca entonces la importancia que el Papa le asigna a la presencia en el terreno, al hecho de tocar las necesidades del pueblo y, entonces, poder asistirlas. El rol de un Krajewski claramente empoderado, entonces, aparece como otra de las grandes claves de la nueva Constitución.

-¿Será la Doctrina de la Fe un corset para la Comisión de Tutela de Menores?

En términos de organigrama, uno de los cambios más notorios es la incorporación al nuevo Dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores, que en su nuevo rol, dice el texto de la Carta Magna, “debe dar al Romano Pontífice de consejo y consulta y proponer las iniciativas más oportunas para la salvaguardia de los menores y de las personas vulnerables”.

Francisco saluda a Charles J. Scicluna
Francisco saluda a Charles J. Scicluna

Convertida en uno de los faros mediáticos del pontificado, la pregunta es si la Comisión logrará conservar su independencia y hasta qué punto podrá manejarse con soltura dentro del ámbito formal de la Curia, en sintonía directa con los encargados de aplicar Justicia para los casos de abusos.

Apenas la nueva Constitución vio la luz, el cardenal Seán P. O'Malley de Boston, presidente de la comisión y miembro del Consejo de Cardenales que redactó la Carta Magna, indicó que vincular más estrechamente la comisión y el Dicasterio "ha hecho salvaguardar y la protección de los menores una parte fundamental de la estructura del gobierno central de la iglesia" y "conduciría a una cultura más fuerte de salvaguardia en toda la Curia y en toda la iglesia".

Un endorsement claro al nuevo organigrama, aunque las preocupaciones fueron incluso motivo de intervención del Papa, que días después de la promulgación de Prediquen Evangelio recibió a los miembros de la Comisión y les planteó que “alguien podría pensar que esto podría poner en riesgo su libertad de pensamiento y acción o incluso quitarle importancia al tema que se está tratando".

"Esa no es mi intención ni es mi expectativa. Y los invito a estar atentos para que esto no suceda", sentenció el Papa. Todo parece indicar, entonces, que la Comisión podrá mantener su autonomía y seguirá adelante con el importante servicio que, desde su creación por decisión del Papa al inicio de su pontificado, brinda para erradicar el mal de los abusos de la Iglesia.

Curia
Curia

Ya no será una “comisión satélite, dando vueltas, pero desconectada del organigrama", sino que el nuevo organigrama es una oportunidad para que siga aportando "una visión proactiva y prospectiva de las mejores prácticas y procedimientos que se pueden implementar en toda la iglesia" y que "propongan mejores métodos para que la iglesia pueda proteger a los menores y a las personas vulnerables y para ayudar a la curación de los sobrevivientes, reconociendo que la justicia y la prevención son complementarias".

El Papa los animó y les planteó que esa tarea, de todos modos, requerirá una estrecha colaboración con el dicasterio doctrinal y todos los demás dicasterios de la Curia romana, no solo para beneficio de la comisión sino también para que "su trabajo pueda enriquecer, a su vez, el de la Curia y las iglesias locales".

-Importancia de los laicos y límites claros al carrerismo

Además de los nuevos cambios en el organigrama que pueden influir sobre el Gobierno pastoral, la nueva Constitución se propone dar las herramientas normativas para una renovación conceptual en dos temas clave: el rol de los laicos y un freno al denominado “carrerismo”.

Así, la nueva Carta Magna establece que para los clérigos y religiosos en servicio en la Curia Romana el mandato es de cinco años y puede ser renovado por un segundo período de cinco años, al final del cual vuelven a sus diócesis y comunidades de referencia.

XXIX Asamblea Foro de Laicos
XXIX Asamblea Foro de Laicos

Planta así la Prediquen el Evangelio: "Por regla general, después de cinco años, los funcionarios clericales y los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica que han servido en las Instituciones y Oficinas Curiales vuelven a la atención pastoral en su diócesis/parroquia, o en los Institutos o Sociedades a los que pertenecen. Si los Superiores de la Curia Romana lo consideran oportuno, el servicio podrá ser prorrogado por un nuevo período de cinco años".

Así, se busca reducir la presencia masiva de cardenales y obispos en Roma sin funciones de Gobierno, lo que no solo debilita sus diócesis de origen, sino que además ayuda a crear la imagen de la Curia como una fuente constante de chismes.

Ligado a este freno al carrerismo, la Constitución termina de darle marco jurídico a la presencia renovada de los laicos en el Gobierno de la Curia. Es cierto que ya la presencia de Paolo Rufini al frente del Dicasterio de la Comunicación lo estipulaba ipso facto pero el texto que entrará en vigencia el domingo le da un marco y un sostén jurídico a la decisión.

Francisco recuerda en el Preámbulo que "El Papa, los obispos y los demás ministros ordenados no son los únicos evangelizadores en la Iglesia... Todo cristiano, en virtud del Bautismo, es un discípulo misionero en la medida en que se ha encontrado el amor de Dios en Cristo Jesús".

Ya desde allí se deriva la participación de los laicos y laicas en las funciones de gobierno y responsabilidad. Si "cualquier fiel" puede presidir un dicasterio o un organismo curial, "dada su peculiar competencia, potestad de gobierno y función de estos últimos", eso incluye también a los no religiosos.

Praedicate
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La nueva Constitución, que se irá vigorizando a la vez que se vaya poniendo en práctica y se llenen con nombres los lugares de sus organigramas, busca en definitiva dar las herramientas para que las limitaciones canónico-jurídicas no puedan ya ser una excusa a la hora de poner en práctica una Iglesia en salida, de servicio y misionera como la que Francisco tiene mente incluso desde antes de su entronización.

Fue el propio Bergoglio en el que, en un libro reciente, reconoció la “longevidad” de las ideas guía de la nueva Carta Magna: “Antes de cambiar de diócesis, participando de las Congregaciones Generales previas al último Cónclave, entre otras muchas recomendaciones, se pidió vivamente del nuevo Papa que acometiera una nueva reforma de la Curia. Se veía como algo urgente y necesario. Esta reforma viene de ahí”.

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