El Consistorio del próximo 28 de noviembre empieza lentamente a tomar forma. Una forma que, pandemia mediante, ya se vislumbra como única. Por el momento, mientras Italia y Europa ven avanzar la segunda ola de la Covid-19, van apareciendo las primeras certezas sobre la ceremonia con la que el papa Francisco creará 13 nuevos cardenales: al menos dos de los nuevos purpurados no estarán presentes, y es ya un hecho que el Vaticano cancelará las tradicionales visitas de cortesía a los recién creados.

Este miércoles las primeras dos cancelaciones llegaron desde Asia, con dos de los más representativos neocardenales confirmando su ausencia: monseñor José Advincula, filipino de 68 años , arzobispo de Capiz, y monseñor Cornelius Sim, de Brunei, 69 años, anunciaron que no estarán presentes en la Basílica de San Pedro para recibir el birrete rojo, el anillo cardenalicio y el abrazo motivador del papa Francisco.

Junto a ellos dos, los otros 11 neocardenales fueron “liberados” por el Vaticano de la necesidad de asistir a la ceremonia, a través de una carta con la que la Santa Sede confirmó su rápida reacción al avance de la epidemia.

“La carta es para nosotros, para darnos las indicaciones pertinentes sobre el Consistorio; sólo un párrafo dice que, si no podemos participar presencialmente por la pandemia, nos pueden enviar las insignias con la Nunciatura. No dice más al respecto", planteó uno de los neocardenales en exclusiva a RD.

Evitar riesgos

Al mismo tiempo, bajo condición de anonimato, una fuente de la Santa Sede cree que “es un hecho” que se cancelarán, al menos, las tradicionales visitas de cortesía con las que los purpurados recién creados recibían a personalidades y fieles tras la ceremonia. Un riesgo que, pandemia mediante, mejor evitar.

Cuatro de los 13 cardenales anunciados por el Papa, todos italianos, tienen más de ochenta años, el grupo de riesgo más apuntado por los cuidados médicos; de los otros nueve menores de 80, los dos con mayor edad viven fuera de Italia: Celestino Aos, de 75; y Winston Gregory, de 72.

Según fuentes consultadas por RD, la creación cardenalicia es un hecho que se define por el decreto papal correspondiente. La ceremonia de la imposición del anillo y el birrete rojo no tiene ningún vínculo legal, plantearon a Religión Digital en el Vaticano. En ese plano, agregan las fuentes, no hay ningún impedimento para que la ceremonia tenga una parte, al menos, de forma virtual.

La única certeza que había hasta la semana pasada también se desvaneció: ya ni siquiera es seguro que los ocho futuros cardenales que residen en Italia no tendrán grandes problemas de desplazamiento, considerando la división en “zonas” que hizo el Gobierno de ese país para frenar la difusión de la enfermedad.

Los nuevos cardenales

Entre los 13 nuevos purpurados, hay seis italianos, un maltés, un español, un estadounidense, un filipino, un ruandés, uno de Brunei y un mexicano.

Con sus nuevos cardenales, el Papa reafirmó su predilección por los purpurados de las denominadas "periferias" y así, a partir del 28 de noviembre, 73 de los 128 cardenales con derecho a voto habrán sido creados por el papa Francisco.

Dos de los nuevos cardenales pertenecen a la Curia Romana: son el Secretario del Sínodo de Obispos, el maltés Mario Grech, y el italiano Marcello Semeraro, antiguo Obispo de Albano y nuevo Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

A ellos, además del arzobispo de Washington WInston Gregory, el Papa ha unido al arzobispo de Kigali, Ruanda, Antoine Kambanda; al arzobispo de Capiz, Filipinas, José Fuerte Advincula; al arzobispo de Santiago, Chile, el español Celestino Aós Braco; y al vicario apostólico de Brunei, Cornelius Sim.

También recibirán el birrete rojo el arzobispo de Siena, Italia, Augusto Paolo Lojudice y el actual Custodio del Sagrado Convento de Asís, el Padre Mauro Gambetti.

232 miembros, 96 creados por Francisco

A los nueve cardenales menores de ochenta años, el Papa Francisco también se ha unido cuatro nuevos cardenales mayores de ochenta: Felipe Arizmendi Esquivel, arzobispo emérito de San Cristóbal de Las Casas (México); el nuncio apostólico Silvano Tomasi, antiguo observador permanente en las Naciones Unidas en Ginebra, que trabajaba en el Departamento para el Desarrollo Humano Integral; el padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia y el párroco del Divino Amor Don Enrico Feroci.

Con los nuevos purpurados, el Colegio cardenalicio llegará a 232 miembros, de los que 96 habrán sido creados por Francisco, 70 por Benedicto XVI y otros 66 por san Juan Pablo II.

La cantidad de cardenales electores llega así a 128, ocho más del número máximo permitido por la Santa Sede, pero que tiene en cuenta que varios purpurados llegarán al límite de edad en los próximos meses.

Entre los 128 electores se encuentra además el italiano Angelo Becciu, quien el 24 de septiembre fue removido de su cargo como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y despojado de sus derechos como cardenal en medio de na investigación por posible fraude, lo que según algunos canonistas podría significar la pérdida de su potestad de participar en un eventual cónclave.

El de este mes será el séptimo Consistorio de Francisco como Papa, tras los que encabezó el 22 de febrero de 2014, el 14 de febrero de 2015, el 19 de noviembre de 2016, el 28 de junio de 2017, el 28 de junio de 2018 y el 5 de octubre de 2019.

El antecedente

Al menos un cardenal previamente creado por Francisco no pudo ir a Roma para su ceremonia: el ahora fallecido Loris Francesco Capovilla, quien se había desempeñado como secretario personal del papa Juan XXIII. Creado cardenal por Francisco en 2014 a los 98 años, Capovilla recibió su anillo y su sombrero en casa del cardenal Angelo Sodano, entonces decano del Colegio Cardenalicio.