Roma espera que Trudeau designe embajador ante la Santa Sede, tras cuatro años de sede vacante Tras la visita del Papa, ahora le toca mover ficha a Canadá
Después de los renovados pedidos de perdón del Papa por el rol de los cristianos en el sistema de internados, es turno de que Ottawa designe embajador ante Vaticano tras cuatro años
Los constantes pedidos de perdón del Papa, sin embargo, no fueron correspondidos por el premier Justin Trudeau, quien en su único discurso durante la visita de Francisco omitió cualquier mea culpa de parte del Estado por haber instituido y financiado el sistema de internados
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
Tras la visita del Papa, que con 85 años y una lesión en la rodilla hizo casi 20.000 kilómetros en seis días para pedir perdón por el rol de los cristianos en el sistema de internados financiados por el Estado canadiense, el Gobierno del país norteamericano debería tomar nota de la mano tendida por el pontífice y designar finalmente un embajador en la sede diplomática que hace casi cuatro años mantiene acéfala.
Tal como se esperaba, en sus nueve discursos en suelo canadiense, el pontífice no ahorró adjetivos y calificó como "políticas nefastas" a las 139 escuelas residenciales desplegadas por Canadá por el Estado, de las que unas 40 fueron gestionadas por instituciones cristianas, al tiempo que consideró a la práctica una "experiencia catastrófica" y un "error devastador" que llevó a una "destrucción cultural".
Peticiones de perdón papales
Los constantes pedidos de perdón del Papa, sin embargo, no fueron correspondidos por el premier Justin Trudeau, quien en su único discurso durante la visita de Francisco omitió cualquier mea culpa de parte del Estado por haber instituido y financiado el sistema de internados por el que pasaron unos 150.000 niños que fueron separados de sus padres para una política de asimilación forzada que buscaba "occidentalizar" sus costumbres.
Horas después, su equipo de comunicación contó con lujo de detalles el contenido de la reunión con Francisco y Parolin en la que tampoco hubo una reflexión sobre el rol del Gobierno durante los internados que según la óptica de Ottawa parecerían haber sido ideados por Roma.
A la hora de tender puentes con el Vaticano para realmente pensar en una relación de armonía que derive en una mejora de la situación indígena, Trudeau, durante toda la semana que el Papa estuvo en Canadá, se limitó a plantear que la reconciliación que tiene por delante el país es "responsabilidad de todos".
Si el premier cree en sus palabras, la visita del Papa debería ser pues la oportunidad para que el Gobierno canadiense devuelva el gesto hecho por el pontífice de 85 años que recorrió 20.000 kilómetros en seis días y designe finalmente a un jefe de misión en su representación ante la Santa Sede, a la que desde hace cuatro años mantiene sin embajador y gestionada por el encargado de negocios.
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