En el 75 aniversario de la HOAC Existe el mundo obrero y sus mártires de hoy
Hoy ha sido un peón de albañil anónimo ¿mañana?... detrás de él toda una historia y toda una vida de dificultad, dolor y sufrimiento. ¿Quién luchó con él y estuvo a su lado defendiendo sus derechos de dignidad, trabajo, salud, familia...? La iglesia y el mundo obrero en España, una cuestión pendiente para hoy.
| José Moreno Losada
(En el 75 aniversario de la HOAC)

No acabo de escribir estas líneas y recibo información de este obrero muerto. Me escribe Loly, que junto a su esposo Juan Carlos, participan en nuestra parroquia y forman parte del equipo de Cáritas de la zona que está más allá de la estación de Renfe, de las parroquias de Santa Engracia y la de la Asunción en el gurugú. Ha visto mi muro y el enlace a la noticia de este accidente laboral. Ella acaba de estar en el tanatorio y viene dolida y rota, allí ha estado con la esposa de Floren Gamero, María José. Para ellos no son anónimos sino un matrimonio conocido y estimado, de los que han recibido ayuda en los últimos años porque lo estaban pasando muy mal económicamente. Llegaron a tener su casa propia embargada y a vivir como okupas en ella, hasta que el banco viendo la pobreza de la vivienda y de ellos, acordaron un alquiler de su propia casa con derecho a compra. Han estado sin trabajo mucho tiempo, ella ha trabajado algo más, pero él no alcanzaba nada para trabajar. Colaboraban en la parroquia en las cosas de cáritas y agradecían de corazón todas las ayudas. La esposa no tiene padres, pero la familia de Floren les ayudaba todo lo que podían. En diciembre estaban felices porque por fin él había conseguido un contrato formal para trabajar en la construcción, y ahora quince días después muere en este accidente de trabajo. Lo que fue la mayor alegría en los diez últimos años de crisis y oscuridad, se ha convertido en la causa de su muerte, sigue cumpliéndose el dicho de lo poco que dura la alegría en la casa del pobre. Llevan años luchando como matrimonio, por su casa, sus vidas y por las de sus dos hijos de once y trece años. Hoy ella grita, porque la vida no les ha bendecido, siempre han sentido el mal, el dolor, la dificultad, el sufrimiento… y ahora cuando parecía que iban a estar mejor, se ven segados por este mal de muerte en ese accidente fatal. Sé que esto ocurre de muchas más formas, hace meses murió otro joven amigo mío, Joaquín ingeniero en la visita a obras que dirigía desde su empresa en el Congo, en un accidente de automóvil en su trabajo, en carreteras africanas. Pero no puedo dejar de considerar y dejarme afectar por este hecho que ya no es anónimo, que tiene historia, nombres, y mucho dolor y sufrimiento a sus espaldas. Y siento consuelo de que quien le saque del anonimato ante mí sea la Iglesia, estas personas que se mueven en esas parroquias de barrios obreros y pobres, que están atentos a la vida de los pobres y sufrientes, con sus nombres, historias y con sus sentimientos. Ojalá lleguemos a estar mucho más cerca y a luchar con ellos por sus vidas dignas, justas, sin que les falten los derechos fundamentales de casa, trabajo, familia, salud. Existe el mundo obrero, un mundo de dificultad y dolor, la iglesia tiene el reto de estar con ellos y llevarles el evangelio de lo humano, de la dignidad, de la justicia, del Reino de Dios.
José Moreno Losada. Sacerdote.