Cada día tiene su afán Volver a lo ordinario de la creación y de la vida

Una vez más la liturgia nos sitúa para estrenar el tiempo ordinario, no lo hace como el vacío de lo extraordinario, sino ensalzando la más sencillo de la salvación, aquello que opera en lo oculto y en lo insignificante pero que se vuelve sacramental, lugar de encuentro entre lo humano y lo divino

Nos señalaste un trozo de la viña

Que cada día tiene su afán en lo cotidiano y lo ordinario, en lo oculto y en lo sencillo, nos lo recuerda el himno de la liturgia de las horas:

 Tu poder multiplica

la eficacia del hombre,

y crece cada día, entre sus manos,

la obra de tus manos.

 Nos señalaste un trozo de la viña

y nos dijiste: «Venid y trabajad.»

Nos mostraste una mesa vacía

y nos dijiste: «Llenadla de pan.»

Nos presentaste un campo de batalla

y nos dijiste: «Construid la paz.»

Nos sacaste al desierto con el alba

y nos dijiste: «Levantad la ciudad.»

Pusiste una herramienta en nuestras manos

y nos dijiste: «Es tiempo de crear.»

Escucha a mediodía el rumor del trabajo

con que el hombre se afana en tu heredad.

 Desde Laudato si

Fieles a la misión de cocrear hemos de detenemos en aquellas consideraciones fundamentales que configuran el momento en que vivimos y que de alguna manera han de estar presentes de fondo en nuestras reflexiones creyentes, aquellas que nos invitan a considerar el evangelio de la creación y que nos interpelan a un compromiso tensional para vivir según Dios. Nos ayuda a entender la tarea la síntesis que encontramos desarrollada en el capítulo primero de la encíclica  Laudato si cuando se pregunta qué le está pasando a nuestro mundo:

-        Venimos de vuelta: nos creíamos que el progreso y la capacidad humana, sin más, nos llevarían a la plenitud, pero hoy nos damos cuenta que hay cuestiones fundamentales que nos provocan inquietud y que necesitan respuestas rápidas porque están provocando sufrimiento, inseguridad y desconfianza en gran parte de la humanidad.

-        Nos damos cuenta de que la tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería, crece la contaminación producida por los residuos, incluyendo los desechos peligrosos presentes en distintos ambientes.

-        Se desarrolla la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos, millones y millones en el día a día, como a las cosas que rápidamente se convierten en basura. Así como el fenómeno de la rapidación, que nos agota como personas y nos expropia de la construcción serena de nuestro interior y de nuestro yo personal y profundo. Vivimos sin calidad de vida, sin calidad humana.

-        La dinámica social está generando, según el informe Foessa, estos riesgos: “la fragilidad y el cambio demográfico, el incremento de la necesidad de los cuidados a lo largo de nuestro ciclo vital, la desigualdad como respuesta a la salida de la crisis o la deriva hacia una democracia sin densidad social, son algunos de ellos”.

-        El clima es un bien común, de todos y para todos. Hay un consenso científico muy consistente que indica que nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático. Pero aquellos que tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas.

-        Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre

-        Las dinámicas de los medios del mundo digital que, cuando se convierten en omnipresentes, no favorecen el desarrollo de una capacidad de vivir sabiamente, de pensar en profundidad, de amar con generosidad. Esto hace que desarrolle una profunda y melancólica insatisfacción en las relaciones interpersonales, o un dañino aislamiento. Las redes nos están conectando, pero no nos vinculan.

-        Llama la atención la debilidad de la reacción política internacional. El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las Cumbres mundiales sobre medio ambiente. Es curioso, como nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo.

-        La economía asume todo desarrollo tecnológico en función del rédito, sin prestar atención a eventuales consecuencias negativas para el ser humano. La gente ya no parece creer en un futuro feliz, no confía ciegamente en un mañana mejor a partir de las condiciones actuales del mundo y de las capacidades técnicas.

-        Hoy, se toma conciencia de que el avance de la ciencia y de la técnica no equivale al avance de la humanidad y de la historia, y vislumbra que son otros los caminos fundamentales para un futuro feliz. Se va tomando conciencia de que las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza.

Ante esta realidad se nos pide otra manera de vivir, que sea creativa y evangélica, el buen vivir que tan claro tienen las comunidades amazónicas y que vemos reflejado también en muchos de nuestros pueblos, en el ámbito rural, esa vida de lo natural y lo sencillo, aquellos que no han perdido lo ordinario del vivir auténtico. Es toda la realidad la que pide que lo ordinario sea de calado humano, ecológico y fraternal, o sea integral. Por eso hemos de abrirnos de corazón a esas indicaciones de hermano mayor que nos hace llegar nuestro papa Francisco cuando nos presenta el evangelio de la creación, las claves de la ecología integral y sobre todo la espiritualidad de la fraternidad dibujada en la encíclica Tutti fratelli, con el paradigna del buen samaritano. Este tiempo ordinario nos ofrece ir avanzando en las claves fundamentales de dicha encíclica como camino de felicidad y de comunión, de realización de armonía como avance de la plenitud escatológica a la que estamos llamados en el horizonte de la vida eterna.

Con Fratelli Tutti

El tiempo ordinario nos llama a vivir con claves de autenticidad y originalidad, nos asomamos a puntos fundamentales desarrollados en la encíclica Tutti Fratelli:

1.- Cuidado con las ideologías y ante los conflictos.

“La historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos”.

“En varios países una idea de la unidad del pueblo y de la nación, penetrada por diversas ideologías, crea nuevas formas de egoísmo y de pérdida del sentido social enmascaradas bajo una supuesta defensa de los intereses nacionales”.

2.- El mundo y el coronavirus.

“Pasada la crisis sanitaria, la peor reacción sería la de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta”.

“Ojalá no nos olvidemos de los ancianos que murieron por falta de respiradores, en parte como resultado de sistemas de salud desmantelados año tras año. Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros”.

3.- Buscando derechos sin fronteras.

“Entonces nadie puede quedar excluido, no importa dónde haya nacido, y menos a causa de los privilegios que otros poseen porque nacieron en lugares con mayores posibilidades”.

“Los límites y las fronteras de los Estados no pueden impedir que esto se cumpla. Así como es inaceptable que alguien tenga menos derechos por ser mujer, es igualmente inaceptable que el lugar de nacimiento o de residencia ya de por sí determine menores posibilidades de vida digna y de desarrollo”.

4.- Ante los migrantes.

“Los migrantes no son considerados suficientemente dignos para participar en la vida social como cualquier otro, y se olvida que tienen la misma dignidad intrínseca de cualquier persona. Nunca se dirá que no son humanos pero, en la práctica, con las decisiones y el modo de tratarlos, se expresa que se los considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos”.

5.- El mercado y sus dogmas.

“El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente”.

“La fragilidad de los sistemas mundiales frente a la pandemia ha evidenciado que no todo se resuelve con la libertad de mercado”

6- La injusticia de la guerra

“Es muy difícil sostener los criterios racionales madurados en otros siglos para hablar de una posible guerra justa, a pesar de que en el catecismo “se hable de la posibilidad de la legitima defensa mediante la fuerza militar”

7.- Un nuevo orden

“Es necesaria una reforma de la Organización de las Naciones Unidas, así como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones”.

Es decir que “se eviten que se trate de una autoridad cooptada por unos pocos países, y que a su vez impidan imposiciones culturales o el menoscabo de las libertades básicas de las naciones más débiles a causa de diferencias ideológicas”.

8.- No caer en el populismo

“Hay líderes populares capaces de interpretar el sentir de un pueblo (…) Pero deriva en insano populismo cuando se convierte en la habilidad de alguien para cautivar en orden a instrumentalizar políticamente la cultura del pueblo, con cualquier signo ideológico, al servicio de su proyecto personal y de su perpetuación en el poder”.

9.- Política y economía.

“La política no debe someterse a la economía y esta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia”.

10.- Religiones y fraternidad.

“Las distintas religiones (…) ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad. El diálogo entre personas de distintas religiones no se hace meramente por diplomacia, amabilidad o tolerancia”.

Volver arriba