"Manjar pura de luz..." Palma de Mallorca: La catedral "mirando al mar"

Las obras de la catedral de Palma de Mallorca se iniciaron a principios del año 1,300 sobre la mequita de "Medina Mayurqa". El arquitecto Ponz dels Castels fue su inspirador, seguido por Jaime Fabré

El mismo arquitecto catalán Antonio Gaudí participó en una de las penúltimas reformas, muy criticadas en Palma de Mallorca sobre todo por haber eliminado del templo el "Pasillo de los Cirios", de estilo mudéjar

Desde el mar, o desde el aire, resuenan en nuestros oídos algunos versos del poeta José Hierro dedicados a la catedral mallorquina: ”Hecha manjar pura de luz, medida/ y ordenada hacia la altura”

El templo es de estilo gótico levantino, el portal principal se ubica en la fachada sur o del Mirador, con vistas al mar

Destaca, la Capilla de la Trinidad, la Capilla Real, con los sepulcros regios de Jaime II y Jaime III, su gran órgano, su museo, el campanario y la veraz interpretación de sus cien (¡¡) toques distintos

Indispensable citar y enaltecer la existencia de un reloj mecánico, de los más conocidos e importantes de Europa, “símbolo de la ciudad y aún del archipiélago balear” 

El presbiterio, el portal de la Almoina, la Sala Capitular, el claustro, la capilla de san Pedro, el solar de la desaparecida 'casa de la Recogida' con sus leyendas...

Y el espectacular "Rosetón Mayor" es considerado como el más grande y artístico del cristianismo. Nadie quiere perderse el conocido como "Espectáculo del Ocho" que se celebra el 2 de febrero y el once de noviembre

El espectáculo es todavía gratuito, dado que el sol, la luz, el templo y la belleza son – siguen siendo- dones “religiosos” que, sin limitación alguna, Dios parte y comparte con los seres humanos y más con los pobres

Dios creó el mundo “y lo hizo bien”, tal y como aseveran los Libros Sagrados ya desde sus primeros versículos. El mundo -todo el mundo- es, por tanto, sagrado. Es palabra de Dios. Es su templo. Pero circunstancias diversas justificaron ya desde el principio, la reserva de determinados lugares destinados de modo especial a rendirle culto y devoción, convirtiéndolos en sede y morada de la Divinidad y de sus servidores y administradores de “ dignidades” y privilegios, que se dicen “religiosos”.

Decisión como esta, generalizada en la diversidad de programaciones e ideas cultuales, le robaron en la práctica sacralidad al conjunto creado por Dios, logrando “profanar” todo cuanto no estuviera re-ligado directamente a Él en signos, símbolos, ritos, ceremonias, ordenación y consagración de personas, sacrificios, donación de objetos mientras más ricos y costosos, mejor y solamente esto y sus administradores habrían de ser estimados como ciertamente “religiosos”, por vocación u oficio. El mercadeo y los mercachifles estuvieron siempre y en todas partes, al acecho de cualquier beneficio para sí y los suyos, con rechazo para el resto, es decir, para los “pecadores”.

Esta consideración es clave para interpretar con sentido religioso la ubicación y el lugar en el que se encuentra el monumental edificio de la catedral de Palma de Mallorca, de cuya sacralidad hay constancia arqueológica y documentada de templos anteriores , romano, paleocristiano, visigodo, y mezquitas en las que se les rindió y se le rinde, culto al Dios verdadero, con unos apellidos u otros, en la pluralidad de versiones, siempre en el marco de indeclinables riquezas, las más ostentosas posibles, como si Dios – y más en cristiano y de nombre Jesús- , tuviera inclinación irreversible hacia ellas.

Las obras de la actual catedralbasílica de Santa María de Palma de Mallorca se iniciaron a principios del año 1,300 sobre la mequita de “Medina Mayurqa”, hasta quedar esta totalmente derribada el año 1,386. El arquitecto Ponz dels Castels fue su inspirador, seguido en el cargo y oficio por Jaime Fabré de cuyos trabajos queda constancia en la construcción de la catedral de Barcelona. Las piedras empleadas en la catedral mallorquina tienen su historia tan artística como sagrada, de tal manera que algunas de las canteras de su procedencia submarina, del litoral y calas, lucen figuras, formas y sacralidades ciertamente catedralicias o más

Desde los inicios de la construcción pensaron sus artífices y donantes que habría de constar de tres naves, con sus tres ábsides correspondientes, con respeto religioso y tradicional significado de este número. La consagración “oficial” del templo, data del año 1,601, si bien posteriormente y “a consecuencia del derrumbamiento de sus bóvedas por la poca anchura de las columnas en comparación con la luminosidad de los arcos”, aunque el templo se mantuvo siempre en pie”, no le faltaron obras de envergadura durante los siglos XVII y XVIII y aún en tiempos posteriores.

El mismo arquitecto catalán Antonio Gaudí participó en una de las penúltimas reformas, conviviendo durante diez años (1904-1914) con el obispo en su palacio. Las reformas efectuadas por el arquitecto del celebérrimo templo de la Sagrada Familia de Barcelona tan alabado y universalmente reconocido en la historia de la arquitectura, fueron, y siguen siendo, muy criticadas en Palma de Mallorca, sobre todo por haber eliminado del templo el “Pasillo de los Cirios”, de estilo mudéjar del que con poderosas razones mozárabes se sentían los diocesanos de Palma de Mallorca y quienes desde los lejanos tiempos del pre-turismo visitaron la isla y viven en ella.

Desde el mar, o desde el aire, resuenan en nuestros oídos algunos versos del poeta José Hierro dedicados a la catedral mallorquina y a su asentamiento, como faro, guía y espectáculo arquitectónico único en el mundo, referencia colosal de las más sublimes artes :”Hecha manjar pura de luz, medida/ y ordenada hacia la altura”. El pintor Rodrigo Rusiñol rubricó el elogio son estas palabras: ”No creo que se pueda mirar este templo que, con mayor simplicidad de medios, llegue a tanta belleza”

El templo es de estilo gótico levantino, de 121 metros de largo y 55 de ancho, con contrafuertes y arcadas, es destinatario de los mejores, más floridos y veraces elogios que puedan idearse y expresarse por propios y extraños tanto por su excelsa ubicación y proporcione como por la belleza que alberga. Los nombres del arquitecto Guillém de Sagrera, del escultor aragonés Juan de Salas, del madrileño Juan Bautista Peryionnet, de Miguel Barceló y de Antonio Gaudí, entre otros, y la misma larga y activa presencia en Palma -castillo de Bellver, por más señas--, del inmenso don Gaspar de Jovellanos, dejaron huellas de historia, de arte, de luz, y hasta de atrevimiento arquitectónico, en la gran obra de la catedral del Mediterráneo -nuestro mar y el de nuestra cultura cristiana-, con remembranzas al dicho medieval abrazador de que “cada uno de nosotros no es la gota del océano, sino el océano en una gota”

Curiosamente, y como no podía dejar de ser de otra manera, el portal principal se ubica en la fachada sur o del Mirador, con vistas al mar y a las miradas y posibles -seguras- visitas de todos los diocesanos del mundo entero. Referencias ineludibles en el peregrinaje.-visita a la catedral, son, entre otras, la portada principal, y la del norte, que facilitaba el acceso al templo a la gran mayoría de chuetas -descendientes de los judíos conversos-, que poblaron la ciudad y en cuyo templo catedralicio hasta llegó a celebrarse una misa especial para ellos.

El conjunto arquitectónico del edificio como tal y en sus proporciones debidas, es todo él digno de admiración y contemplación. Su erección y sostenimiento fueron considerados durante largos periodos de tiempo como un verdadero milagro, en los que las leyes físicas de la gravedad se ausentaron, o no fueron tenidas científicamente en cuenta. Desde tan sorprendente visión hay que prestarles devota, “agradecida” y especial atención a los 14 pilares octogonales que sostienen templo, tan “milagrosamente” erigido.

Solo el hecho de relacionar la Capilla de la Trinidad con sus primeros arquitectos justifican y explican la necesidad de visitarla detenidamente por multitud de razones. La Capilla Real, con los sepulcros regios de Jaime II y Jaime III, “reyes de Mallorca”, colman de interés alargar el tiempo dedicado a esta zona de la catedral, en la que precisamente por ella comenzaron sus obras.

De la Catedral Basílica de Palma, además de su gran órgano y su museo, no es posible dejar de reseñar el capítulo turístico- religioso y cívico relacionado con su campanario. Solo este y la veraz interpretación de sus cien (¡¡) toques distintos que componen sintonía tan plural y tan rica -auténtica obra de arte- reclamaría extasiarse ante hecho tan singular, obra de Dios, con la participación de infinitos angélicos y de la pericia de los componentes del gremio de los campaneros , cuyo valor y estima aún no fueron convenientemente reconocidos ni pastoral ni cívicamente en la historia. …

De entre los sagrados nombres con los que fueron bautizadas algunas de las campanas destacan los de Picarol, Tertia, Maitines, Mitja, Antonia, Bárbara, …Los 4,500 kilos de peso de algunos de los ejemplares de este coro plural de, peticiones y acciones de gracia y de los diocesanos y añadidos, proclaman por encima de todos la necesidad de común unión que ha de definir a la Iglesia en todas y cada una de sus manifestaciones. Es indispensable citar y enaltecer la existencia de un reloj mecánico, de los más conocidos e importantes de Europa, “símbolo de la ciudad y aún del archipiélago balear”.

El presbiterio, el portal de la Almoina, la Sala Capitular, el claustro, la capilla de san Pedro, el solar de la desaparecida “casa de la Recogida” con sus leyendas, las remembranzas a las limosnas y obras de caridad de la Almoina, siguen siendo, o fueron, referencias inexcusables en los programaciones de las visitas a tan singular monumento religioso del Mediterráneo, cual es la catedral de Mallorca.

Corona -¡y de qué manera¡-la catedral mallorquina , el espectacular “Rosetón Mayor” con características preciosas y precisas como para haber alcanzado fama internacional y, por sí mimo, concitar el interés de ser admirado por expertos o no, procedentes de todo el mundo, y más en los fervorosamente turísticos tiempos en los que nos encontramos, abanderados en gran proporción por la colosal oferta identificada por esta ciudad y la isla.

El rosetón, con sus 13,8 metros de diámetro y sus 152 metros cuadrados, - equivalente a la altura de cuatro pisos- es considerado como el más grande y artístico del cristianismo. Correspondiente a las catedrales góticas. Con sus 1236 cristales renovados a la perfección varias veces a consecuencia de los terremotos, es y ofrece uno de los espectáculos visuales mayor belleza que salieron de manos humanas y, en este caso, con la directa y esencial colaboración nada menos que del sol y la luz balear, la misma que de por sí anticipa y presagia el mensaje de Jesús., resucitado y glorioso…

Expertos o no afrontan toda clase de esfuerzos por no perderse el conocido como “Espectáculo del Ocho” que se celebra el 2 de febrero y el once de noviembre, días en los que el sol se reviste con sus ornamentos sagrados de mayor valía y capacidad de comprensión litúrgica y religiosa …La Estrella de David se halla permanentemente presente en el “Rosetón” luciendo sus mejores galas.

Que yo sepa, tal espectáculo es todavía gratuito, dado que el sol, la luz, el templo y la belleza son – siguen siendo- dones “religiosos” que, sin limitación alguna, Dios parte y comparte con los seres humanosy más con los pobres.

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