El labriego y el legislador

Al rural le resulta muy difícil comprender como alguien puede sentirse bien dentro de una multitud que fluye. El urbanita oscila de lo serio a lo jocoso sin problema de transición, y avanza o retrocede en sus pensamientos a grandes zancadas. Ser rural es una manera de ver el mundo, una filosofía de vida, una cultura, y como tal, muy difícil de descubrir y más aún de interiorizar. El labriego suele avanzar lentamente, al ritmo de la naturaleza, que es una rueda, siempre igual en todas circunstancias. Aunque se haya oído hablar mil veces de la manera de ser del rural, su particularidad sólo se puede aprender por inmersión y contemplación. Muchos urbanitas que vienen vivir a lo rural no se encuentran con los rurales sino con ellos mismos en lo rural. Vivir en lo rural es fácil, una vida cercana a lo natural y a la naturaleza; otra cosa es convivir y ser un rural. Esto es terrible cuando les ocurre, les ocurre casi siempre, a los hacedores de leyes para lo rural
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