La venganza de Dios

Recuerdo aquella sentencia escrita en los muros de una de las estaciones del metro de Nueva York firmada por Dios: “Nietzsche ha muerto”. Y es verdad. Parece ser que Dios estuvo escondido por algún tiempo pero, al menos aparentemente, ha vuelto con fuerza y disfruta de más buena salud que nunca. A lo mejor, las religiones no puedan decir lo mismo. “La religión no ha vuelto, es Dios el que ha vuelto” (F. Lenoir). Y por supuesto, la vuelta de Jesús que nunca dejó de estar ahí pero que, en estos momentos, es protagonista de ensayos, novelas (Saramago, Mailer), películas, documentales, tertulias. Es verdad que la intención de muchos de los autores es la de aplastar al “el infame” (Votaire) o al "Galileo" (Juliano el Apóstata) pero, sin duda, todos colaboran en difundir su figura, dar a conocer su persona. “Que hablen de mi aunque sea bien”, dice el dicho popular. Algunos, ante este fenómeno, hasta hablan de "El gen de dios" (de Dean Hamer). A lo mejor, las iglesias se han distraído un poco hablando de cosas colaterales y han dejado de lado, al menos por temporadas, lo que la gente iba a buscar en ellas: Dios. Y Dios se ha vengado de las iglesias.
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