Una española será la "voz" del Papa Francisco

Paloma García Ovejero, hasta la fecha corresponsal de Cope en Roma, ha sido nombrada vicedirectora de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, donde formará tándem con el norteamericano Greg Burke. Dos laicos, dos periodistas de carrera, que sustituirán al jesuita Federico Lombardi, después de diez años de trabajo, dos cónclaves y una renuncia papal. Su nombramiento supone un triple guiño del Papa Francisco.
El primero, a los periodistas, pues serán dos profesionales, bregados en la Sala Stampa, quienes ejercerán la portavocía papal, con lo que ello supone en aras de una mayor profesionalización de la información vaticana; el segundo, a la importancia que el Pontífice da al papel de la mujer en la Iglesia. Puede parecer un pequeño gesto, pero el hecho de que la viceportavoz del Papa sea mujer supone, en el caso de la Iglesia católica, un paso de gigante; y el tercero, una apertura al mundo hispano, donde viven la mitad de los católicos del mundo.
A partir de ahora, el italiano ya no será el único idioma oficial, y tendrá que convivir con el inglés (el nuevo portavoz, Greg Burke, es norteamericano) y el castellano. Con un añadido, que pocos han advertido y que parece otra de las claves del nombramiento de la española: Paloma García Ovejero habla chino, y el viaje de Francisco al gigante asiático es el gran objetivo de los próximos años, después del histórico encuentro entre Bergoglio y el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa.
García Ovejero nació en Madrid el 12 de agosto de 1975. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid en 1998, ha desarrollado casi toda su carrera periodística en la Cope. Desde 2012 es su corresponsal para Italia y el Vaticano.
Un Papa mediático
¿Cuáles son las funciones del portavoz vaticano? En primer lugar, ser la voz del Papa, que es la de una institución como la Iglesia católica, con 1.700 de fieles en todo el mundo. Sin lugar a dudas, la principal multinacional del planeta que, en un mundo globalizado, tiene una voz escuchada en todos los foros. No hay que olvidar, además, que Francisco es, además del líder de una confesión religiosa, un jefe de Estado, cuyas palabras sobrepasan a los creyentes de una religión determinada.
En el caso de Francisco, además, nos encontramos con un Pontífice que, por primera vez en la historia, no tiene miedo de los medios de comunicación. Son habituales sus entrevistas a distintos medios, sus ruedas de prensa en los viajes papales -el próximo será a Polonia, a la Jornada mundial de la Juventud- y sus interpelaciones sobre temas que van más allá de lo estrictamente religioso: su papel en el desbloqueo de relaciones entre EE.UU y Cuba, en el proceso de paz con las FARC o en la cuestión de la guerra de Siria y el drama de los refugiados es incuestionable, así como el impacto de su última encíclica, “Laudato Si”, relacionando la crisis medioambiental con la lucha contra la pobreza y el hambre.
El desafío de “traducir” el lenguaje eclesiástico al mundo
Burke y García Ovejero, además, habrán de luchar contra la creciente “oposición interna” al Papa por su posicionamiento respecto a los gays, los divorciados vueltos a casar, la apertura a la mujer y el cambio de lenguaje, absolutamente necesario en la Iglesia, para pasar de una institución oscura e inquisitorial a lo que Francisco ha denominado “Iglesia hospital de campaña”. El tratamiento de los escándalos de abusos sexuales o filtraciones de documentos son otros de los aspectos que tendrá que abordar el nuevo equipo comunicativo de la Santa Sede.
La portavocía de la Santa Sede, además, tiene una dificultad añadida, que no es otra que la de “traducir” un lenguaje eclesiástico, demasiado apartado de la realidad, al mundo de hoy. Éste será uno de los principales retos de los nuevos responsables de la comunicación vaticana, y una de las razones por las que ambos son laicos, y con una carrera profesional contrastada.
"Yo solo soy periodista, solo sé hacer periodismo y es lo único que he hecho, pero si él se fía, yo me fío. Y si me lo pide el Papa, pues me salto los semáforos", ha declarado García Ovejero, quien se comprometió a “cumplir la voluntad del Papa y, en la medida de lo posible, la voluntad de los periodistas. Yo sigo siendo periodista”.
"A mí me gustaría que el hecho de ser mujer cuente tanto como el hecho de ser morena, o madrileña, o española, o no muy alta. Afortunadamente, Francisco lo tiene claro, la Iglesia lo tiene claro", subrayó la nueva viceportavoz del Papa.