El regalo de cumpleaños de Francisco

Y es que Francisco volvió a sacar una paloma debajo de las faldas de su sotana blanca. Una paloma de la paz. Bergoglio jugó un papel clave en el histórico acuerdo entre Estados Unidos y Cuba, anunciado esta misma tarde por Barack Obama y Raúl Castro y que puede suponer el punto y final a uno de los últimos rescoldos de la Guerra Fría. Y que, si a alguien podía caberle alguna duda, podría conceder, finalmente, el Nobel de la Paz al Papa de Roma, el mismo que frenó la intervención internacional en Siria y que vive bajo la amenaza directa del Estado Islámico.
A comienzos del verano, Francisco envió una carta a ambos dirigentes llamándoles a la distensión en las relaciones entre los dos países. Un gesto que impulsó el comienzo de unas negociaciones secretas en Canadá, en las que la Santa Sede fue el único estado interviniente. De hecho, las conversaciones fructificaron en octubre en un principio de acuerdo suscrito en el Vaticano. En las reuniones intervino directamente el secretario de Estado, Pietro Parolin, y el propio Papa recibió, en privado, a ambas delegaciones.
Esta misma semana, Parolin recibía a su homólogo estadounidense, John Kerry, y consensuaban que el anuncio del inicio de las conversaciones se haría el 17 de diciembre, coincidiendo con el cumpleaños del Papa. Tanto Obama como Castro agradecieron públicamente el papel jugado por la Santa Sede para el buen fin de las negociaciones.
Poco después de las comparecencias de Obama y Castro, la Secretaría de Estado vaticana emitía un comunicado en el que señalaba que el Papa “se complace vivamente por la histórica decisión de los Gobiernos de los Estados Unidos de América y de Cuba de establecer relaciones diplomáticas”, con el fin de “superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia reciente”.
La nota añade que “en el curso de los últimos meses”, el Papa escribió a Obama y Castro “invitándoles a resolver cuestiones humanitarias de común interés, como la situación de algunos detenidos, para dar inicio a una nueva fase de las relaciones entre las dos Partes”, al tiempo que se compromete a continuar “apoyando las iniciativas que las dos Naciones emprenderán para acrecentar sus relaciones bilaterales y favorecer el bienestar de sus respectivos ciudadanos”.
Autoridades cubanas y estadounidenses reconocen el “papel fundamental” del Papa Francisco y de la diplomacia vaticana en estos pasos hacia el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y añaden que fue Francisco quien dio el primer paso tras el encuentro que mantuvo, el pasado mes de marzo, con el presidente de EE.UU. Barack Obama, quien salió “profundamente emocionado” de su reunión, y que esta tarde destacó la “implicación personal” del Pontífice. Por su parte, Raúl Castro quiso “agradecer el apoyo del Vaticano y especialmente del papa Francisco".
Un Papa que hoy sopló con fuerza las velas de su 78 cumpleaños, y que después esperó a que, entrada la tarde, los líderes de Estados Unidos y Cuba le entregaran el mejor regalo: el del comienzo del fin a medio siglo de bloqueos, frustraciones y guerra fría.