F. Cabral († 9 VII 11): No te hemos perdido, te has adelantado

No soy hombre de muchos cantos, pero conocía algunos versos/poemas de Facundo Cabral, desde que estuve en Argentina el año 1978. Me habló de él Ramón Iribarne, un hombre entrañable, amigo de la libertad, de la Merced, del amor y de la vida. Por eso, al enterarme hace tres días (9 del VII del 2011) de su muerte, asesinado por sicarios bien armados, en el camino del aeropuerto de Guatemala, he sentido un estremecimiento.

No sé si él creía en ninguna religión organizada, pero sé que era amigo de Jesús y de la vida, defensor de las causas que parecían perdidas, de los pobres y excluidos de la sociedad; era un hombre de la vida, cristiano radical. Tuvo una vida dura… y supo traducirla en poesía y canto, de manera que algunos de sus versos/poemas son de lo más hermoso que he conocido. Quien quiera saberlo vea: http://es.wikipedia.org/wiki/Facundo_Cabral .

Antonio Vázquez, mi amigo, me ha mando este breve recuerdo emocionado de la vida de F. Cabral:

"Cuando me fui de mi casa, niño aún, mi madre me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida, el segundo la libertad para vivirla.



La oración dilecta de mi madre decía: Señor, te pido perdón por mis pecados, ante todo por haber peregrinado a tus muchos santuarios, olvidando que estás presente en todas partes. En segundo lugar, te pido perdón por haber implorado tantas veces tu ayuda, olvidando que mi bienestar te preocupa más a ti que a mi. Y por último te pido perdón por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando mi corazón sabe que mis pecados son perdonados antes que los cometa, ¡tanta es tú misericordia, amado Señor!"


Le han ametrallado, no le han podido matar

He sentido llorar a mi lado, cuando han sabido que ha muerto, y cuando han leído de nuevo las palabras del poema que hoy quiero poner en mi blog.

Dicen que ha muerto, le han matado y hoy vienen en la prensa las fotos de su ataud llegando en avión a Argentina. Dicen que buscaban a otro, pienso que le buscaban a él, porque estorbaba su pensamiento y libertad, su amor a la vida verdadera. Ha muerto como mueren los mártires. Quien quiera saber más de lo que han sido sus últimos momentos a la prensa, que seguirá hablando de él. Creo que le entierran hoy o mañana en Argentina, envuelta en la gran nube del fútbol, lo mismo que el año 1978, cuando fui a Córdoba, y Ramón Iribarne me hablaba de él, en medio de la dictadura.


Le han matado, pero no ha muerto: Quedan sus cantos y poemas, queda él, como dicen los versos que he querido citar en mi blog. Como homenaje a su vida y su persona, recordando a R. Iribarne y a otros muchos amigos argentinos, voy a reproducir uno de sus textos más hermosos. Perdonad si lo conocéis, si lo cantáis. No me resisto a dejar que pase la ocasión sin citarlo.


No te digo “adiós”, F. Cabral, para despedirte (como los que te han llevado hasta Argentina en esa caja de muerto), sino "a-Dios" para prometerte y prometerme que nos seguimos encontrando en el Dios de la vida, como hermosamente has dicho en este pasaje en el que desnudas tu alma.(En las imágenes: Carátula de un libro... y propaganda de sus intervenciones en una autopista de Guatemala, hace una semana..., con la foto del féretro llegando a Argentina). (Todo lo que sigue es tuyo, Facundo).

No estás deprimido…


No estás deprimido, estás distraído …
…Distraído de la vida que te puebla,
Distraído de la vida que te rodea,
Delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano,
cuando en el mundo hay cinco mil seiscientos millones.

Además, no es tan malo vivir solo.
Yo lo paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad me conozco…… algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene setenta años, olvidando que Moisés dirigía el Éxodo a los ochenta y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los noventa, sólo por citar dos casos conocidos.
No estás deprimido, estás distraído.

Por eso crees que perdiste algo,
lo que es imposible, porque todo te fue dado.
No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza,
por lo tanto no puedes ser dueño de nada.
Además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas… te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud.
De la cuna a la tumba es una escuela;
por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.

No perdiste a nadie: El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.

No hay muerte… hay mudanza.
Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel,
Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados.
Haz sólo lo que amas y serás feliz.

El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser, será y, llegará naturalmente.

No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor.
Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban tres o cuatro meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo.
A ti debes hacerte libre y feliz.
Después podrás compartir la vida verdadera con los demás.
Recuerda : “Amarás al prójimo como a ti mismo”.
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho,
sino un deber; porque si no eres feliz,
estás amargando a todo el barrio.

Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir,
mandó a matar a seis millones de hermanos judíos.


Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo.
Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera,
el chocolate de la Perusa, la baguette francesa,
los tacos mexicanos, el vino chileno,
los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños,
Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia,
el Quijote, el Pedro Páramo,
los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven;
las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez,
Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas:

si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)…

y si le ganas, serás más humilde, más agradecido… por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la
vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.
No estás deprimido, estás desocupado.

Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo.
Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas.
Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá.
Da sin medida y te darán sin medida.

Ama hasta convertirte en lo amado;
más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor.
Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas.
El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad?.

Si Dios tuviera un refrigerador, tendría tu foto pegada en él.
Si Él tuviera una cartera, tu foto estaría dentro de ella.


El te manda flores cada primavera.
Él te manda un amanecer cada mañana.
Cada vez que tú quieres hablar, Él te escucha, El puede vivir en cualquier parte del universo, pero Él escogió tu corazón. Enfréntalo, amigo, ¡Él está loco por ti!
Dios no te prometió días sin dolor, risa sin tristeza, sol sin lluvia, pero él sí prometió fuerzas para cada día, consuelo para las lágrimas, y luz para el camino.

“Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír”

Volver arriba