El Nacimiento de Jesús y el Belén del Vaticano

En estas fiestas he venido ofreciendo materiales para la reflexión, sobre el sentido histórico, teológico y catequético de la Navidad, especialmente para los cristianos. Mis lectores han podido opinar sobre el lugar y ciudad del nacimiento (pesebre o portal, Belén y Nazaret). También han podido evocar las consecuencias de aquel hecho que para los cristianos es fundamento y principio de su fe: Dios ha entrado en la historia de los hombres, haciéndose un ser humano, un niño amenazado. En ese contexto ha tenido este año su importancia el Belén/Nacimiento de la Ciudad del Vaticano. Nos dijeron por sorpresa que, según el Papa, el Niño Dios no nació en Belén, sino en Nazaret; no nació en el campo, sino en una casa de artesanos carpinteros; que había que dejar los animales y los signos más extraños para centrarnos en una casita humilde pero bonita de Padre-Madre-Niño… Ahora, pasado el calor del primer momento, quiero opinar sobre el belén que el Papa ha hecho construir en la Plaza del Vaticano. Humildemente me atrevo a disentir en varias cosas.

1. Muy bien. Por lo que he visto en reportajes y fotos, el nacimiento es estéticamente bello, con el marco incomparable del obelisco y el abeto, la columnata de Benini y la portada de Maderna, la cúpula de Miguel Ángel y el conjunto de los palacios vaticanos. Míese la foto: en la parte superior la ceremonia papal, en la inferior decenas de miles de personas rodeando la casa de Belén/Nazaret. Es evidente que el Niño Dios ha nacido en el Vaticano. Pocos escenarios podrían ser más evocadores, estéticamente más hermosos para el Nacimiento de Dios. Sin duda, son millones las familiar que han puesto “nacimientos” y abetos en sus casas. Pero el nacimiento-abeto vaticano ha querido ser como una guía de Navidad para el conjunto de los católicos. Felicidades a sus constructores.

2. Problema. Pero la dificultad está en saber si en un escenario como ese se puede representar el nacimiento de Jesús de un modo adecuado. No sabemos si nació geográficamente en Belén o Nazaret. Pero, al situar el Nacimiento en un lugar y tiempo, los textos de los evangelios (Mateo y Lucas) quieren indicarnos su sentido, es decir, el kerigma: lo que ese nacimiento significa. Eso es lo que importa, eso es lo que siempre han querido indicar los cristianos cuando han representado la venida de Dios a la tierra, como un niño amenazado. He vivido en Roma cinco años, conozco bien la plaza del Vaticano y, personalmente (¡es una impresión mía!) me ha parecido difícil que en ese escenario se pueda transmitir el temblor sorprendente y la extrañeza radical de la Navidad cristiana. No digo que los que han celebrado allí el nacimiento no fueran cristianos ¡Dios me libre! Pero pienso que, simbólicamente, aquel entorno no me parece el más adecuado para celebrar la Navidad.

3. ¿Un nacimiento de reyes?. Ese nacimiento del Vaticano está integrado en unas estructuras simbólicas de grandeza humana y de poder de este mundo. En ese contexto se pueden situar muy bien los grandes reyes y señores del mundo, que hubieran recibido encantados a Jesús: Herodes y Pilatos, el César Augusto y el Emperador de China. Todos podían haber estado allí, sin haber desentonado nada o “per niente”, como dicen los romanos. Todo el “buen mundo” cantando y celebrando la llegada de Dios. Pero, según Lucas y Mateo, el “gran mundo real” no estaba allí. El Augusto de Roma no estaba allí para recibir a Dios, sino que estaba diciendo “a todo dios” que debía someterse a su imperio (que el censo haya que situarlo ese año es secundario; lo que importa es que Jesús nace censado, controlado por un imperio). El Herodes de Jerusalén no estaba allí con su gran Palacio-Templo para recibir a Jesús, sino que andaba buscando la manera de matarle. Ese nacimiento vaticano me parece más un nacimiento para la gloria del mundo, que para la transformación del mundo.

4. Belén o Nazaret,eso es secundario . No es cierto que Benedicto XVI quisiera poner la casita del carpintero para decidir así que Jesús nació en Nazaret y no en Belén. Los que han dicho eso (reportajes y televisiones) no han entendido el tema. Benedicto XVI ha podido tomar como punto de partida el texto de Mt 2, pero allí se dice que Jesús nació en Belén (Mt 2, 1) y que estaba en una casa (oikia) cuando llegaron los magos (Mt 2, 11), sin decirse si esa casa era de ellos o prestada… Lo que el Papa quiere destacar es (a mi juicio) la “casa familiar”, con la carpintería de José, una casa honesta de buenos ciudadanos, casi burguesitos, para ejemplo de los honestos trabajadores del mundo occidental moderno. Este es el nacimiento que hace juego con el discurso de Benedicto XVI a la gran concentración por la defensa de la familia tradicional, celebrada en Madrid el domingo pasado (30 XII 07)

5. Una casita bien. La casita de la familia de Jesús, que pudo se la de Belén y que después se convierte en casita/casa/taller de Nazaret no es muy lujosa, pero no desentona con el conjunto. A mí se me parece a las casitas pasiegas con fresno en vez de chopo, en el alto Miera… pero el escenario es aquí distinto. La casita de Belén/Nazaret se ha integrado en la Gran Plaza de Vaticano y se ha extendido en las columnatas, la portada, la cúpula y todos los palacios del entorno. Ésta puede terminar siendo una casita-bien para la gran sociedad de consumo económico, político y religioso.. Ella es la que avala y justifica la gran plaza y los edificios del Vaticano, con lo que ellos significan, con este tipo de Papa incluido… Y aquí empiezan mis dudas, porque no sé si Jesús nació en una “casa-bien”.

6. Conforme a la visión de Lc 2, Jesús nació en el campo abierto (porque no había para él lugar en la ciudad…) o nació en la cuadra (porque no había lugar en la casa). En un caso o en otro, Jesús nació en el suburbio, fuera de las estructuras de poder, no fue recibido por los grandes. Es eso lo que han destacado desde siempre los nacimientos y belenes de mi infancia. Para celebrar el nacimiento del Hijo de Dios hay que salir fuera de las estructuras de dominio social e imperial… Ciertamente, Jesús nació “censado” (bajo el control de Roma), pero nació fuera de las estructuras de seguridad que ofrecían Jerusalén y Roma. Sólo desde la periferia (cueva o pesebre de campo, animales…) se entiende el nacimiento de Dios.

7. Según Lc 2, los primeros visitantes de Jesús fueron pastores o gente de cuadra (en la hipótesis de Ariel y Bruzzone, presentada en este blog)… No estaban allí los reyes y grandes del mundo, los sacerdotes y nobles, para recibirle, pues ellos le hubieran matada (porque los niños como Jesús sobran siempre. Vinieron a verle los rechazados de la sociedad, los impuros, los marginados… Hasta los ángeles que cantan: ¡Gloria a Dios, ha nacido…! son un signo de protesta. Ellos utilizan las palabras de los anuncio imperiales: ¡ha nacido el César! Pero no las emplean para el césar de turno, sino para el niño expulsado de la sociedad. Ése niño es el verdadero César, ese niño es Dios. No veo claro ese motivo en este nacimiento del Papa, ciertamente, hay ángeles, pero no sé si son los del pesebre/campo/cuadra de Belén… Por eso, me faltan a mí los animales, la dura naturaleza, el mundo-mundo, me faltan los marginados y expulsados; sólo con ellos se puede celebrar la Navidad. Éste nacimiento del Vaticano, con gran abeto incluido, me parece muy domesticado; aquí no caben apenas los marginados.

8. Según Mt 2, Jesús estaba en una casa donde recibió a los magos…Pero su casa fue requisada por la policía y sus padres tuvieron que llevarle escondido, de noche, por los caminos de la emigración ilegal, por las fronteras escondidas… A un Jesús de verdad, nacido en ese Nacimiento del Vaticano le habrían agarrado a la primera y le habrían matada muy pronto, precisamente algunos de los participantes de ese nacimiento, de manera que la misma fiesta se habría vuelto imposible. A no ser que ese Nacimiento del Vaticano esté construido para que todo siga igual. En ese nacimiento me faltan los fugitivos de siempre, los que cruzan fronteras legales/ilegales, los perseguidos, los inocentes asesinados…

9. Creer, ese es el tema. Los relatos del nacimiento de Jesús, tanto el de Mateo como el Lucas, nos hacen ver la inmensa extrañeza de la venida del Hijo de Dios… que nace exilado, expulsado, rechazado, perseguido, lo mismo en Belén que Nazaret… Por eso me faltan aquí el burrito y la mula, las ovejas y los pastores, la cueva… y, sobre todo, la huída, la gran huida… Jesús tuvo que escapar del Buen Belén de su tiempo, tuvo que evitar la gran planaza de Jerusalén para sobrevivir y para anunciar después su evangelio precisamente a los perseguidos…

10. Me faltan, finalmente, los soldados de Roma y los verdugos de Herodes… En todos mis nacimientos de niño estaba allí el Palacio de Herodes, siempre amenazante, con soldados romanos dispuestos siempre a la violencia. En este nacimiento del Vaticano faltan. Por eso tengo que cerrar los ojos, porque si sigo mirando me parece que el Palacio de Herodes es el mismo frontal de Vaticano. Ya sé que es una impresión subjetiva, pero me cuesta superarla. Por eso quiero que quiten ya pronto el Belén de la Gran Plaza (¿una cadena de supermercados?) del Vaticano.

11. Felicidades, mañana hablaremos de los Magos que vienen. Y después de todo esto quiero decir que me siento encantado de que, a pesar de todo, se haya podido celebrar allí también en nacimiento del Hijo de Dios. Mi felicitación a los que estaban allí, mis mejores deseos al conjunto de la Iglesia Católica, en la que estoy con toda felicidad… Pero debo decir una vez más que, quizá, la Gran Plaza/Portal (columnata, portada, cúpula, palacios) del Vaticano no sea la mejor tarjeta de visita para Jesús en su nacimiento.
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