Será canonizado el 13.10.19 13.10.19: San John Henry Newman, un cristiano (1801-1890).

Canonización innecesaria, pero gratificante

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 Su canonización no me parecía necesaria,  pues su vida y pensamiento, con el nombre de J. Henry Newman o de "cardenal Newman", venía siendo un faro de vida, de pensamiento abierto, de buen hacer cristiano para todas las iglesias (católica, anglicana, luterana, ortodoxa), pues era todo eso: se hizo católico sin dejar de ser anglicano, ofreció su fidelidad a la Sede de Roma sin dejar de ser protestante, perteneció a la iglesia de occidente sin abandonar sus raíces orientales (ortodoxas).

 No necesitaba que le canonizara, pero me alegro de ello, pero me gustaría añadir que no fue ni es un santo "romano", sino universal... un santo para todas las iglesias, para católicos,ortodoxos y protestantes, para ilustrados y postilustrados, el "cardenal más sabio" de la Iglesia del siglo XIX y de la del XX. Nadie supo escribir como él, interpretar como él la historia.

No se me ocurre un título mejor que llamarle simplemente cristiano. No me suena bien llamarle santo (al uso actual de ese término), ni le veo de aureola, ni de “sacerdote” o cardenal, sino de "simple cristiano". Sencillamente le veo como intelectual, hombre de diálogo, escritor y pensador, quizá el más significativo de los analistas cristianos del siglo XIX, una referencia fundamental para la iglesia del futuro, en diálogo con la modernidad y con la historia, con el "imperio británico" y con los pueblos que otros muchos querían colonizar a la fuerza.

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  Fue un cristiano “inglés”, y en ese sentido “anglicano”. Estudió teología y fueue predicador y profesor en la ciudad universitaria de Oxford, donde sus sermones y sus publicaciones tuvieron gran influjo entre profesores y estudiantes. Formó parte del «movimiento de Oxford» que quería poner de relieve el origen apostólico de la Iglesia de Inglaterra, destacando así sus relaciones con el catolicismo, entendido en sentido radical, como signo de universalidad. Fue inglés y británico,  pero en sentido universal, desde la raíces medievales y modernas de la Universidad de Oxfor, que fue su casa intelectual.

   Fue “católico”, pero no exclusivamente “romano”, sino que quiso formar parte de la Iglesia entera, iglesia de iglesias, con sus raíces patrísticas y “patriarcales” en Alejandría y Antioquía, en Roma y en Bizancio, y después en la reforma del siglo XVI, con la Iglesia de Inglaterra (Anglicanismo).

     Fue uno de los pensadores y escritores más conocidos de Inglaterra, uno de los grandes oradores  de su tiempo, escribiendo en  el inglés más perfecto que se había conocido. Se hizo católico en el sentido de "universal", pero sin renunciar a su historia anterior,a Bizancio ni a Antioquía, a Canterbury ni a Ginebra. En esa línea, el año 1845 se convirtió al catolicismo, ordenándose sacerdote dos años después.

               A partir de entonces vivió en Londres, donde estableció una comunidad u Oratorio de San Felipe Neri, dedicándose al estudio y a la publicación de libros de tipo teológico, histórico y espiritual. Es quizá la personalidad más destacada del catolicismo (e incluso de cristianismo) no sólo inglés, sino universal del siglo XIX, uno de los mayores escritores y pensadores cristianos de todos los tiempos.

Después de su entrada en la Iglesia Católica, llevó una vida retirada, pues eran muchos los que, en las altas esferas de la Iglesia Romana, se sentían incómodos con su visión del catolicismo (y muchos anglicanos y protestantes pensaron que les había abandonado). Pero él no abandonó a nadie, sino que quiso integrar a todos, vinculando desde el evangelio las diversas línea de historia y presencia de la Iglesia (o, mejor dicho, de las Iglesia). Pero él no dejó su oración, su visión del misterio, su enorme pensamiento, abierto a un futuro que ha de ser de comunión y respeto entre todos los hombres.

               Pues bien, superando recelos de un lado y del otro,  en un gesto de gran lucidez, cuando Newman tenía ya 88 años de edad y estaba casi a punto morir, el Papa León XIII le nombró Cardenal de la Iglesia Romana (el año 1889), ratificando así el valor universal de su testimonio cristiano. Personalmente, he sentido (y siento) el influjo de las obras históricas de Newman, con su visión de la primera iglesia (de las primeras iglesias, del siglo IV‒V), que mantuvieron la unidad en medio de grandísimas disputas y diferencias doctrinales y eclesiales.

Vivió con el dolor de la división de la iglesias, maduró en conocimiento de “comunión”, de diálogo abierto, de encarnación del Evangelio en las diversas culturas, dentro de una modernidad entendida como  espacio y camino de maduración en libertad y diálogo. Habría disfrutado dialogando con el Papa Francisco; su vida y pensamiento sigue siendo (y será) testimonio de fidelidad y libertad cristiana, de unidad en la diversidad, de diálogo en amor entre todas las iglesias. Entre sus obras, traducidas casi todas al castellano, podemos destacar.

 1. Apología "pro vita sua". Historia de mis ideas religiosas (Madrid 1977). Éste es una especie de libro de “confesiones” donde Newman presenta el proceso de su pensamiento y de su vida cristiana, tal como vino a desembocar en su conversión al catolicismo. Es el mejor testimonio del ambiente religioso de Inglaterra en la primera mitad del siglo XIX, desde la perspectiva de un hombre de gran lucidez, que quiere formar parte de la Iglesia Universal, que ha existido desde la era apostólica, con disputas y luchas internas, pero sin perder su unidad.

               Así aparece el rasgo quizá más significativo de la visión religiosa de Newman: su forma de entender la “carnalidad” y universalidad de la Iglesia, que mantiene la comunión de Cristo en medio de conflictos incesantes; desde ese fondo, en un entorno religiosamente dividido, él decidió asumir la unidad católica, como signo de fidelidad a los principios de la Iglesia.

2. El asentimiento religioso (Barcelona 1960). Obra clave del pensamiento cristiano donde Newman analiza el despliegue y la racionalidad de la fe, en un contexto social donde la Iglesia ha perdido ya su función dominante y donde los creyentes no pueden ya apoyarse sin más en la tradición y en la presión social del ambiente. Es la primera gran obra de teología escrita desde fuera del “sistema” religioso y eclesiástico que había dominado no sólo en la Edad Media sino en los comienzos de la Edad Moderna.

Newman ha querido mostrar el sentido de la fe y su despliegue en un contexto social donde la mayoría no son creyentes, en un ambiente donde no puede utilizarse ya un tipo de racionalidad filosófica y social asumido mayoritariamente por la sociedad. El asentimiento religioso es “racional”, pero de otra manera, en clave de sentimiento interior, de intuición cordial y de búsqueda en la que se implica toda la persona. Newman publicó también muchas otras obras, sobre todo sermones, que han ido marcando los elementos básicos de la identidad cristiana en una época en la que tuvo que vivir aislado de la sociedad dominante e incluso de la Iglesia Católica, que sentía miedo de muchas de sus afirmaciones.

Entre sus obras: Discursos sobre el fin y la naturaleza de la educación universitaria (Pamplona 1996); Discursossobre la fe (Madrid 2000); El sueño de un anciano (Madrid 1954).

(Texto tomado de X. Pikaza, Diccionario de pensadores Cristianos, Estella 2010,  656‒657)

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