No acepto un feminismo que... Quiero un feminismo de... (Emilia Castellano H.)

https://www.youtube.com/watch?v=Ikxq51_WWyc
Una pausa de silencio, y la lectura de estas letras.

Esta mañana he querido empezar el día cantando el Magníficat, pidiéndole a Ella (María)
que iluminara mi mente para poder decir algo atinado en este día de la mujer tan controvertido por politizado.
Con el Magnífcat nos pasa lo mismito que, con el Padrenuestro, que de tanto leerlo, cantarlo y rezarlo ya no nos asombra. Sin embargo, es un canto maravilloso que sirve en este día para poder deciros algo desde mi ser mujer.
No todas podemos ser la madre de Dios. Pero todas deberíamos apropiarnos de su experiencia reivindicativa cuando Ella canta que "el Poderoso, hace obras grandes por mí". Ni más, ni menos. Hay que dejar fluir dentro de la conciencia, esa verdad y dejar que inunde todo el arco consciente de nuestra vida. De esa experiencia, surgirá el poder inquebrantable de la fe en nosotras mismas y el respeto hacia todo y todos. No hay mayor "empoderamiento" (no me gusta nada esa palabreja), que la fe de una mujer en sí misma.
Transparentes, sencillas, fuertes hasta poder dialogar con Dios mismo "cara a cara".
No creo que haya mayor "empoderamiento" que ese.
Dejo aquí su canción de reivindicación. No hay otra igual en la Historia de la Humanidad.
  • No acepto un feminismo que no sea el de la igualdad dentro de la diversidad.
  • No acepto un feminismo que reivindique cosas absurdas con lemas aún más absurdos.
  • No acepto un feminismo que sea fruto de una ideología que "politiza" todo lo que toca.
  • Quiero un feminismo de reconocimiento, no de enfrentamiento, con leyes sabias y humanizadoras.
  • Quiero mujeres convencidas de su propia dignidad y grandeza capaces de transmitir esos valores a sus hijos
  • Quiero unas mujeres que una vez en el poder no se comporten siguiendo el patrón masculino rechazado
  • Quiero mujeres que ahora y aquí sean capaces de hacer cosas grandes por sus familias y por todos
Son muchas y muy grandes las diferencias entre hombres y mujeres que la Historia arrastra como un fardo. Diferencias que muchas veces rayan en la injusticia, y duran demasiado tiempo ya. ¡Esto es inaceptable! Pero el camino no es la lucha unilateral, sino el progreso conjunto de varones y mujeres empeñados en hacer un mundo mejor y cuidarse mutuamente. Ni los unos ni las otras somos nada por separado. Y mientras no resolvamos esa ruptura que muchas feministas acentúan por revancha, no estaremos dando pasos de verdad hacia esa igualdad que hace de la pareja humana la perfecta imagen y semejanza de Dios (Génesis 1,27-28).
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