Sobre cómo se casaron María la de Marta y el Buen Samaritano

Dice un apócrifo que, pasados varios años de la muerte de Jesus, María y el Buen Samaritano se encontraron, en el puerto Cesarea del Mar. El Samaritano andaba escaso de dinero, pues todo lo había gastado cuidando a los heridos del camino.

María quería seguir escuchando a Jesús resucitado y así había llegado a la vera del mar... donde el Señor le habló a través del Samaritano, que apenas sabía nada de Jesús... Conversaron los dos, largo y tendido, sobre sus respectivas experiencias. Marta, la hermana de María, había muerto... Después de algunos días de convesación se casaron y, con la bendición de Pedro Barjona, que andaba por allí, tomaron un barco velero que hacía la ruta de Hispania, para seguir haciendo juntos las cosas de la vida, las cosas de Jesús... Puede que este Apócrifo del samaritano y María tenga algo de invento de algún buen hispano (como el Apócrifo de los Siete Varones Apostólicos: Torcuato, Ctesifonte...), pero el evangelio de Lucas ha trazado una conexión muy íntima entre María y del Buen Samaritano, como verá quien sigue leyendo.

Las dos escenas. Marta-María y el Samaritano

He pedido a los amigos de mi blog que lean el Evangelio de Lucas con un buen comentario, para descubrir mejor las conexiones de las dos escenas… aunque no es del todo es necesario, pues van seguidas y, como cualquiera puede ver, se iluminan mutuamente.
Veamos el el contexto. Lucas ha empezado a contar la primera escena de la gran subida de Jesús a Jerusalén (cf. Lc 9, 51 hasta Lc 13, 31) y lo ha hecho aludiendo a una aldea de samaritanos "malos" que no quisieron recibir a Jesús y a su grupo (Lc 9, 51-52). Luego introduce una serie de textos sobre el seguimiento y la misión de los cristianos (Lc 9, 57- 10, 24)... y, al fin, para, para iluminar todo lo anterior, introduce en paralelo dos relatos muy relacionados: el Buen Samaritano (¡frente a los "malos samaritanos") y Marta y María, que acogen a Jesús y a sus enviados (Lc 10, 30-37 y 10, 38-42); Lucas responde así, con estos dos relato, a la pregunta del buen escriba sobre lo que tiene que hacer para alcanzar la vida eterna y sobre la identidad de su prójimo (Lc 10, 25-29). Aquí están relatos. Ruego al lector que los lea unidos:

Buen Samaritano. Pero él (el escriba, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: --¿Y quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús dijo: -Cierto hombre descendía de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de ladrones, quienes le despojaron de su ropa, le hirieron y se fueron, dejándole medio muerto. 31 Por casualidad, descendía cierto sacerdote por aquel camino; y al verle, pasó de largo. 32 De igual manera, un levita también llegó al lugar; y al ir y verle, pasó de largo. 33 Pero cierto samaritano...

(Marta y María). 38 Prosiguiendo ellos su camino, él entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Esta tenía una hermana que se llamaba María....


María, buena “escriba” y mujer buena, como buen samaritano

He venido comentando en los días anteriores los “papeles” de Marta y de María. Ahora quiero detenerme en María y ver la relación que ella puede tener con el Buen Samaritano, pues el apócrifo dice que que ellos se casaron.

Quiero que los mismos lectores relacionen las escenas y los personajes... imaginando lo que pudieron hacer... lo que no dice el Evangelio de Lucas...

Sabemos que María escuchó la palabra, pero no para quedardespués callada, en mística pasiva, sino para cumplir lo que había escuchado, en la línea del Buen Samaritano. Por otra parte, nos parecería bueno que el Buen Smaritano, en vez de andar por ahí a lo que salga...hubiera podido escuchar a Jesús. ¿Quién podrìa se su maestro cristiano? ¡Quizá María!. Ese samaritano era ya un “buen tipo”, aunque no conociera externamente a Jesús. ¿No sería bueno que lo conociera? (Lc 10, 25-37).

Entre María que escucha la palabra de Jesús y el Buen Samaritano que se hace prójimo del hombre herido del camino hay una profunda conexión: la misma palabra que María escucha debe culminar y expresarse en aquello Jesús dice al escriba: vete y obra de manera semejante, es decir, imita al Buen Samaritano (10, 37). Es claro que pueden hacer una buena pareja.

Frente al escriba que quiere justificarse (Lc 10, 29), porque se está buscando en el fondo a sí mismo, sin escuchar a Jesús, ha situado Lucas a María, que está escuchando la palabra de Jesús, de tal forma que ella puede cumplir y cumplirá lo que Jesús pide al escriba:¡vete y haz lo mismo, es decir, pórtate como el Buen Samaritano! Parece lógico que al fin se encuentren y se casen, como supone nuestro apócrifo.

Más conexiones. María se hace buen Samaritano

* El Buen Samaritano (Lc 10, 30-37) se encuentra en la línea de Marta. Ciertamente, él no ha recibido a Jesús (al herido) en su casa (le ha dejado en la posada pública, no en la comunidad cristiana). Este samaritano no es hombre de iglesia como Marta, sino de camino, pero también en el camino puede estar el “fundamento de todas las iglesias”, pues uno puede hacerse prójimo de aquellos que están expulsados y heridos. Este samaritano sabe ayudar al necesitado, haciéndose prójimo de ellos... , para llevarlos al pandokheion, que puede interpretarse como posada, lugar de acogida, hospital público.
Marta habría introducido al herido en su casa (la casa de la Iglesia) para que habara allí con María, su hermana, pero esta Marta del relato no anda por esos caminos de Dios (y de ladrones) como el buen samaritano, por eso no se dice que acoge a los necesitados (a no ser que tomemos a Jesús y a sus amigos itinerantes como necesitados, que lo son).

* Frente al buen samaritano se sitúan el Sacerdote y el Levita que bajan de Jerusalén (de haber escuchado la Palabra de Dios en el templo y de haber cumplido el rito), pero no son capaces de ver y ayudar al herido al borde del camino (Lc 10, 31-32). En un primer momento, ellos se parecen a Maria, pues han estado en el templo, a los “pies de Dios”, escuchando su ley… Ellos se encuentran, sin duda, en la línea de María, como profesionales de una religión que escucha la Palabra. Pero es evidente que no han oído de verdad ; su culto ha sido inútil, su religión (vivida en contexto israelita o dentro de la iglesia cristiana) acaba siendo una mentira. Por eso van de camino, pero no ven o no quieren ver al herido (al que quizá han mirado muy bien, lo suficiente, para retirar los ojos y murmurar algún tipo de oraciòn como: ¡Bendito sea Dios, que…! o ¡líbranos Señor de todos los ladrones y a ese pobre hombre dale vida eterna!.


* Con el Samaritano tendrá que dialogar María,
la mujer que escucha de verdad, para hacerse prójimo de todos los necesitados... También le vendrá bien al al Buen samaritano encontrarse con María....Él no ha tenido necesidad de escuchar a Jesús, ya sabía su doctrina… a pesar de que no era rezador. Pero no le vendría mal estar con María.

María ha escuchado bien a Jesús. Por eso, si después se hubiera comportado como el Sacerdote y Levita (malos orante) su escucha y palabra se hubieran vuelto mentirosas. La verdadera escucha de Jesús, en elección que no le será nunca arrebatada, le invita a comportarse como el Samaritano. Ella, que ha acogid de verdad a Jesús, dialogando con él, tiene que hacerse capaz de escuchar la voz de los necesitados, para así asistirles. Lógicamente ella tendrá que salir a los caminos del mundo, como hizo Jesús, buscando a los caídos, curando a los enfermos, iniciando así un camino de contemplaciòn en medio de la vida.

¿Cómo fue la boda? ¿Por qué vinieron a Hispania?

Aquí los tenemos, un Samaritano poco rezador y trotamundos, pero muy caritativo... y una María muy rezadora, pero con miedos de salir de casa... ¿No formarán buena pareja de evangelio?

Pero quiero seguir el relato. He supuesto que Marta había muerto, tras muchos trabajos y buena experiencia cristiana, tras algunos años. María había estado siempre con ellas. Las dos habían fundado una famosa Comunidad Doméstica (Iglesia) en una aldea de Galilea, por donde pasó el mismo Lucas de camino evangélico.
Fundaron una buena iglesia, abierta para hombres y mujeres, fiel a Jesucristo, su amigo, donde recibían a todos los que venían de camino. Pero un día Marta se murió (otros apócrifos dicen que llegó hasta el sur de Francia, donde le hicieron Obispa, después de haber luchado contra muchos dragones). Entonces, como los tiempos eran malos y parecía que iba llegando la guerra, María recordó lo que Jesús decía: “id por todo el mundo”… Y así se atrevió a bajar hasta Cesarea del Mar, que le quedaba más cerca que Joppe... para ver el mar, escuchar a Jesús... y quizá ponerse en camino, como otros apóstoels. Le quedaba algún dinero que le habían dado unos amigos y pensó que tendría suficiente para tomar el barco.Pero tenía el problema de que estaba sólo, plos apóstoles estaban ya casados. Quizá inspirada por algun voz bajó hasta el puerto grande, para hallar marido, pues en los puertos suele haber geste que ha visto muchas tierras.

El resto ya lo conocemos. Allí se encontró con el Buen Samaritano, que seguía impertérrito en sus buenas obras, a pesar de que apenas sabía nada de Jesús, aunque alguno le dijo que el buen Jesús, al que mató Pilato) le había puesto de ejemplo, lo que no le disgustó… Evidentemente, María le contó muchísimas cosas de Jesús..… y él pensó que no sería malo hacerse cristiano (sobre todo si así podía seguir con esta buena María y hacer con ella cosas buenas, juntos los dos, por los caminos y los mares).
Lógicamente, el buen Samaritano le dijo a María las buenas cosas que podían hacerse ayudando a la gente en los camino de la tierra y de los mares... Quizá podían ir juntos: ella le contaría cosas buenas de ee Jesús del que decían que era el Cristo. No se sabe todo lo que hablaron, pero decidieron vivir juntos y, como no tenían otra opción mejor (y además empezaron a quererse mucho), aunque eran un poco entrados en años, decidieron casarse, pues irían así más seguros, como otras parejas de “hermanos cristianos” que conocía María. Pedro bendijo la boda, que fue muy sencilla, subiendo casi al barco.
Podían haber vuelto a la aldea de María (en Galilea), como matrimonio para retomar la Iglesia Doméstica, o quedarse en una ciudad de Samaría, donde el Samaritano tenía familia y habíamucha gente necesitada de cuidados...… Pero los tiempos eran duros, se oían tambores de guerra y, además, tenían ciertas ganas de aventura. Por eso se embarcaron, con la bendición de Pedro, muy de prisa, pues el barco ya salía, de manera que con el nerviosismo se les cayó el ramo de boda y siguió flotando en el mar mientras el barco salía y Pedro sonreía. Suele decirse que llegaron a las costas de Tarraco.... o hasta Redondela, que está más arriba... La continuación la tenemos que imaginar y cumplir nosotros, pues algunos siguen diciendo que ellos dos viven en nuestras iglesias.

UNA BIBLIOGRAFÍA SOBRE lUCAS

Para leer mejor e imaginar el fin de la escena ofrezco alguna bibliografía sobre Luchas, como prométí hce dos días. La podréis encontrar en cualqquier libro.. Como supondrèis, el Apócrifo de María y el Samaritano me lo guardo para otras ocasiones, no sea que me roben el invento.

a. Introducciones. Métodos de lectura:

** Conzelmann, H., El centro del tiempo. La teología de Lucas, Fax, Madrid 1974 (original de 1954). Punto de partida de todos los trabajos redaccionales y teológicos sobre Lucas.
** Aletti, J-N. El arte de contar a Jesucristo. Lectura narrativa del evangelio de Lucas, BEB 77, Sígueme, Salamanca 1992. Es uno de los trabajos con los que se ha iniciado el método de estudio narrativo de los evangelios.
* Rigaux, B., Para una historia de Jesús. III. El testimonio de Lucas, Desclée de Brouwer, Bilbao 1974.
↑** Rasco, E., La teología de Lucas. Origen, desarrollo, orientaciones, AnGreg 201, Gregoriana, Roma 1976
* George, A., El evangelio según Lucas, CB 3, Verbo Divino, Estella 1989.
** Dillmann, R. y Mora Paz, M. C., Comentario al Evangelio de Lucas, Evangelio y cultura, Verbo Divino, Estella 2004. Lectura pragmática de Lc.
* Flichy, O., La obra de Lucas, CB 113, Verbo Divino, Estella 2003.


b. Comentarios
** Fitzmyer, J. A., El evangelio según san Lucas, I-3. Cristiandad, Madrid 1986/7. Se ha publicado en castellano la introducción (vol 1º) y las dos primeras partes del evangelio. Es un comentario ya clásico.
** Bovon, F. El evangelio según san Lucas. I. (Lc 1-9). 2. (Lc 9-14), BEB 85/6, Sígueme, Salamanca 1995 y 2002. A medida que va "creciendo", se va consolidando este comentario básico de Bovon, protestante francófono suizo que enseña en USA. Será un libro de referencia para decenios.
* Schmid, J., El evangelio según san Lucas, CR, Herder, Barcelona 1968.
* Stöger, A., El evangelio según san Lucas I-II, NTM. Herder, Barcelona 1970.
* Harrington, W.J. , El evangelio según san Lucas, Studium, Madrid 1972.
* Rigaux, B., Para una historia de Jesús. El testimonio del evangelio de Lucas, Desclée de Brouwer, Bilbao 1974.
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