La conversión de Jesús (dom 2, tiempo ordinario)

    Evoqué el tema en la postal anterior (Fue Bautista antes que Cristo: Jn 1, 35-51),  precisaré hoy el sentido de la conversión de Jesús, con el título de un trabajo de P. Hollenbach (The Conversion of Jesus, ANRWII, 25, 1996, 1, 196-219). En vez de conversión puede hablarse  de educación, vocación o iluminación. No sólo cambiaron algunos discípulos del Bautista, sino también él, Jesús, descubriendo e iniciando su auténtico camino.

 De ese ese cambio se ocupó J. P. Meier, Un Judío Marginal, vol. II/1, que  el mismo papa emérito (Benedicto XVI) tomó referencia de su libro sobre Jesús de Nazaret. También yo lo he tomado como clave de mi Historia de Jesús. Ahora  quiero plantearlo de nuevo, como elemento clave de la “vocación-educación” de Jesús, que no se convirtió pasando de pecador a Jesús, sino de Bautista judío a Mesías universas.   Para ser quien era y abrir un camino de nuevo humanidad Jesús debió convertirse, abriendo así un camino esencial de transformación (iluminación) vital humana.

Tres principios

  1.  Jesús fue bautizado por Juan Bautista, habiendo sido por un tiempo discípulo suyo, tras haber colaborado con él. El evangelio interpreta ese bautismo como “experiencia de conversión” (de iluminación divina).
  2. Jesús no sólo se convirtió, sino que “convirtió” con él a un grupo de discípulos de Juan Bautista, creando con ellos un nuevo “movimiento de Reino…
  3. Como es lógico, a través de un proceso más o menos largo, surgieron divisiones entre los discípulos de Juan y los de Jesús, entre Jesús y Juan, de manera que Jesús acabó separándose de Juan, pero conservando siempre una gran veneración por su maestro.

Éstos son los temas principales del argumento que J. P. Meier (=JPM) ha estudiado en Jesús, un Judío marginal (II/1, 159-175). JPM ha criticado, a mi juicio, demasiado duramente a P. Hollenbach por su manera de presentar a Jesús como un “apóstata” de Juan Bautista. Tampoco yo critico a Hollenbach, pero su argumento debe precisarse y valorarse. 

  • JPM cree que Jesús siguió bautizando tras separarse de Juan (en su misión de Galilea). En contra de eso, estoy convencido de que, tras dejar a Juan, viniendo a Galilea, para anunciar el Reino de Dios, Jesús dejó de bautizar, pues su mensaje de Reino (con sus curaciones) excluye el bautismo "de conversión" de Juan.
  • La forma en que JPM vincula el bautista de Juan con el bautismo cristiano requiere mayor estudio, pues no es la adecuada. JPM es quizá, hoy por hoy, el mejor investigador católico (y cristiano...) de la vida de Jesús. Pero su opinión en este campo me parece menos adecuada

 Entre los discípulos de Juan

Navidad en su contexto (1). Nacimiento de Dios en la historia de las  religiones

 Además de profeta escatológico, y precisamente por serlo, Juan Bautista era un maestro que enseñaba y ofrece un rito de iniciación como señal del comienzo de una vida nueva. En esa línea, Jesús empezó siendo discípulo  suyo, de forma que no sólo se bautizó con él, sino que permaneció integrado durante algún tiempo en el círculo de los bautizados, siguiendo quizá a Juan en sus recorridos bautismales por el valle del Jordán (cf. Jn 1,28.35-37; 3,23), y le ayudaba con sus predicaciones y bautismos (3,25), compartían su espiritualidad hecha de ayunos (Mc 2,18) y oraciones (Lc 11,1).

Allí conoció a los  discípulos de Juan (Andrés y Pedro, Felipe  y Natanael,  y quizá el “discípulo amado”, Jn 1,35-37.40.43-44), que serían después sus compañero.

  • Jesús aparece en el círculo del Bautista y  de ese entorno proceden sus primeros seguidores.
  • Jesús asumió y siguió la práctica de bautizar a los penitentes, hecho que creó cierta rivalidad.  Un tipo de iglesia cristiana sintió cierta “molestia” al pensar que su Maestro y Señor había sido discípulo de Juan, pero no pudo negar ese dato, elaborado después de manera más precisa por Juan Evangelista
  • Jesús hizo un camino con Juan, y tan bién lo hizo que, impulso y riqueza interna tuvo que superarlo, no solamente él, sino con algunos discípulos de Juan, a quienes acogió a su lado.

Los pormenores de cómo sucedió esto no podemos precisarlos, pues, obviamente, tanto el relato del evangelio de Juan (Jn 1-4) como e de los sinópticos ha sido reelaborado con colores cristianos. Pero queda firme un dato: Jesús permaneció por un tiempo en el entorno de para cambiar después y convertirse, encontrando su auténtico camino. 

Como dice el Cuarto Evangelio:

Tras las "bodas de Caná” y de la purificación templo de Jerusalén (Jn 2), después de su encuentro “simbólico” con Nicodemo (Jn 3,1-21), Jesús y sus discípulos fueron al campo de Judea, donde él estuvo algún tiempo con ellos, y bautizaba» (Jm 3, 22 22). Nótese bien la perspectiva: Jesús y sus discípulos fueron donde Juan… pero sólo Jesús aparece bautizando (como si él fuera un nuevo Bautista).  

De esa forma se vinculan, Jesús y Juan como administradores del bautismo, los dos mano a mano, en la tarea de un Dios todavía de Antiguo Testamento. En este contexto añade Höllenbach que Juan  Bautista fue quien “educó” a Jesús, que después le “traicionó”, abandonando su “empresa” de bautistas, con deplorable ingratitud,  primero haciéndose competidos y luego abandonándole del todo.

Resulta indudable que el cambio de Jesús… suscitó la envidia y recelo de algunos discípulos del Bautista. Este es el argumento de fondo de Jn 3, 22 a 4, 2, un pasaje muy embarazoso:

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El evangelio de Juan empieza diciendo que Jesús bautizaba… y que tenía mucho éxito como bautista, creando la “envidia” o rechazo de algunos discípulos de Juan… El tema es tan fuerte que un “corrector” posterior del evangelio ha tenido que poner una glosa o nota diciendo que Jesús no bautizaba.

En la línea de esa glosa “defensiva” (que no entiende ni acepta el despliegue normal de un Jesús que va avanzando, hasta dejar un día al Bautista) se sitúa la preocupación de muchos antiguos y modernos que tienen miedo de aceptar al Cristo encarnado, que hace camino, que se convierte y cambia.

Unos podrán decir que Jesús se ha ido convirtiendo, cambiando, hasta dejar el Jordán con el agua del bautismo… y venir a Galilea como mensajero de “conversión” (Mc 1, 14ss) viendo en ese cambio la manos de Dios… Otros podrán contestar que Jesús fue un desagradecido, que tras aprenderlo todo del Bautista le dejó…   

Para entender la conversión de Jesús

 Es evidente que Juan Bautista, su mensaje, su vida y su bautismo deben considerarse globalmente como el origen vital e indispensable del mensaje y vida posterior de Jesús… Pero, al mismo tiempo, conforme a toda la tradición de los evangelio, debemos añadir  Jesús no ha rechazado a Juan, sino que a fin de ser fiel a lo que Juan quería y buscaba ha tenido que separarse de él.

En esa línea, los evangelio suponen que, precisamente para ser fiel a Juan Bautista, Jesús ha tenido que dejarle: Ha tenido que dejar el río, con su bautismo de penitencia, ha tenido que venir al centro de su tierra, en Galilea, iniciando un camino en el que tienen que destacarse estos rasgos:

  • Jesús llama a todos los habitantes de Galilea, para iniciar con ellos el Reno, y no sólo a unos “especialistas” religiosos, bien convertidos, para iniciar con ellos el reino.
  • Jesús no empieza bautizando, sino curando, animando y compartiendo la vida, con los pecadores y expulsados sociales. Así toma la iniciativa de   recorrer Galilea (y Judea) anunciando y proclamando con su vida la llegada del Reino de Dios. 
  • Su apertura a los pecadores, su opción por los pobres y excluidos,   y su visión de un Dios Padre de todos por encima de la ley y el templo (y de un tipo de identidad nacional israelita) le enfrentaron con grupos influyentes de la oligarquía judía, que desembocaron en su condena a muerte por parte del gobernador romano.  

  Jesús no fue un desertor del Bautista, sino todo lo contrario: Élllevó hasta el fin (hasta las últimas consecuencias) el mensaje de fondo del Bautista…, y para ello tuvo que “romper” con él, en un sentido.

Biblia Gustave Dore: Jesús y los discípulos van ...

En ese sentido podemos decir que Jesús fue un “desviado”, un discípulo crítico, pero no un “apóstata” ni un desertor… como puede pensar Hollenbach, aunque con ciertos elementos de verdad:

  1.  Hollenbach traza una trayectoria que presenta primero a Jesús como penitente, arrepintiéndose de sus pecados de opresión social y acudiendo a Juan en busca del bautismo.
  2. Luego presenta a Jesús como Discípulo, (aprendiendo más de la visión apocalíptica y de las practicas disciplinares de Juan, su maestro). En esa línea, a Jesús como bautista, ejerciendo un ministerio similar y simultáneo al de Juan.
  3. Finalmente le define como sanador (rompiendo con las ideas y la práctica bautismal de Juan por una drástica experiencia de "conversión")…      

Ciertamente, Jesús aparece en el evangelio posterior como un “convertido”…, pero no como un convertido en contra de Juan Bautista, ni como un desertor… Sino como auténtico discípulo. Él se separa de Juan para ser fiel a su mensaje, viendo aquello que Juan no había visto: La necesidad  de compartir la vida con los pobres y enfermos, con los pecadores y expulsados, pero no de un modo penitencial, junto al río, para bautizarse, sino en el mismo centro de la vida social de Galilea.  

  1. Hollenbach habla de un determinado punto crítico en el ministerio de Jesús en que el Nazareno dejó de bautizar y empezó a exorcizar y curar, compartiendo así su vida y camino con los expulsados, pobres y enfermos de Galilea… Eso es cierto en un sentido pero debe matizarse.  Jesús no rechaza a Juan Bautista, sino que completa el camino de Juan… Precisamente porque Juan tiene razón Jesús quiere recrear su camino, no en forma penitencial, sino de transformación vital, de comunión con los pobres y enfermos, de vida en amor, de presencia del Reino de Dios.
  2. Los evangelios sinópticos han identificado esa conversión de Jesús con su “experiencia de Dios”, pero no en el bautismo de Juan, sino después de ese bautismo. Aquí reside la conversión de Jesús, que no es una conversión penitencial y de bautismo para perdón de los pecados, sino de revelación de Dios como Padre-en-amor creador, en salud y curación en perdón y en comunión.   
  3. La iglesia retomará después un tipo de “bautismo”, pero no en la línea de Juan Bautista, sino desde la experiencia pascual de la resurrección y presencia de Jesús como “espíritu de vida”… Para que la Iglesia pueda recrear después de la pascua un tipo de “bautismo”… Jesús ha tenido que abandonar el bautismo de Juan… Por eso, él no aparece en Galilea bautizando, en línea de culminación de camino iniciático de penitencia, sino acompañando, curando, compartiendo el perdón de Dios…

 Desde aquí se entiende su relación posterior con Juan - Por un lado, Jesús realiza un ministerio que no es bautismal en sentido penitencial, un ministerio que es (como dice J. P. Meier) una explosión  de vida, de curación, de acogida…- Por otro lado, Jesús ensalza a Juan como un profeta valeroso e incluso más que un profeta: es el hombre más grande que ha existido (I 1,7-11a par.).

Tres conclusiones

El paso de Jesús bautista al Jesús “mesías del reino” se puede entender como conversión,  pero también como iniciación, educación más alta, transformación… No es un paso “en contra” de Jesús (una traición), sino todo lo contrario: Es un paso de “afirmación” de Juan. Sin el camino y educación de Juan hubiera sido imposible el evangelio de Jesús.

Jesús es fiel a Juan precisamente al “dejarle”, al retomar su camino de un modo distinto, en línea de afirmación de vida. La única forma de no ser traidor al maestro es no quedarse en la letra del maestro… En esa línea podemos decir que Jesús conoce el mensaje de Juan mejor que el mismo Juan. Así lo han comprendido todos aquellos que, según el evangelio, identifican a Jesús con Juan Bautista (asesinado ya por Antipas) que vuelve a completar su obra.

La relación de Jesús con Juan Bautista… parece haber sido siempre “transparente”, pero es claro que entre algunos discípulos de Juan y el mismo Jesús (o algunos discípulos de Jesús) han podido darse disensiones (incluso envidias) hasta fuertes.

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