(AE)
La verdad es que la noticia de la celebración de una conferencia
sobre la islamofobia no ha dejado de sorprenderme. Sin duda, hay conferencias que parecen más políticamente correctas que otras... lo mismo que decía el famoso Orwell en su Animal Farm cuando los cerdos tomaron el poder de la ficticia granja... “todos somos iguales, pero unos más iguales que otros”
Es cierto que el 11 de Septiembre y la presión mediática de los Estados Unidos han tenido una huella negativa para los musulmanes. Me parece injustificado cualquier juicio general sobre ellos, como si todos fueran terroristas o estuvieran dispuestos a serlo. He vivido muchos años en países musulmanes y sé de la bondad, de la hospitalidad y del verdadero cariño de muchos de ellos hacia todas las personas, sean o no seguidores de su religión. Uno de mis maestros de árabe, que casi murió con la tiza en la mano, fue uno de ellos: un musulmán devoto que siempre llevó el amor al prójimo como su máxima fundamental. En mi santoral particular aparece él como un hombre justo y lleno de Dios.
Mi pregunta hoy es... ¿de dónde viene hoy día la fobia contra el “diferente”? ¿quién persigue a quién en el año 2007? No estamos hablando de los tribunales de la inquisición, de la batalla de Lepanto, ni de la conjura judeomasónica... estamos hablando de unos países que, en los principios del siglo XXI siguen aplicando la misma ideología intolerante y medieval que tantas veces se le achaca a la iglesia y al cristianismo... como si todavía estuvieran humeantes las hogueras de los autos de fe.
El cristianismo, con sus líderes a la cabeza, habrán cometido todos los fallos del mundo, pero hay que reconocer que ha hecho un esfuerzo por dialogar con el mundo secular (con fallos y aciertos). La ortodoxia del Islam no está dispuesta a dialogar con nadie; es más, formulará una fatua contra cualquier personaje musulmán que quiera abrir nuevos caminos de diálogo o disienta de la línea oficial. El Islam incluso desconfía de los sufíes, aquellas personas que en la mística y en la experiencia profunda de la trascendencia encuentran un nuevo nivel de apertura y de relación con el mundo exterior. Esto le pasó a Mahmoud Taha, un devoto musulmán que fundó un partido innovador en Sudán, un verdadero Gandhi sudanés que fue ahorcado por sus posturas con la bendición de la ortodoxia. En Arabia Saudita seguirá prohibida la cruz en cualquiera de sus formas, el abrir una iglesia (a pesar de las mezquitas que ellos han abierto en Europa) será una quimera, tener una Biblia seguirá siendo un delito, visitar la Meca como no musulmán se seguirá castigando con la muerte y reunirse para orar será todo un acto de clandestinidad y riesgo físico. Ningún gobernante tendrá huevos de criticar al régimen de Riad, es demasiado importante para la economía mundial y la geoestrategia de las naciones libres. Nadie organizará allí ninguna conferencia de ningún tema que no esté aprobado por el régimen.
No quiero amargarles el día, podría alargarme eternamente sobre el tema porque tengo montones de testigos directos de la tolerancia islámica para con los kuffar, los infieles que todavía poblamos este planeta. Tengo toda una lista de mártires sudaneses de hace pocas decenas de años... gentes sencillas que murieron a manos de las fuerzas de seguridad por el simple hecho de llevar un nombre cristiano, tener un rosario, haber ido a la iglesia o ser un catequista... Murieron de las maneras más horrorosas: a martillazos, con picante introducido por el ano, siendo azotados con los korbach, los temidos látigos de piel de hipopótamo, torturados con electricidad y fuego... hubieran podido evitarse todos esos problemas abjurando de su fe cristiana, pero no lo hicieron y murieron de la manera más ignominiosa e inhumana en un Sudán cuyo sanguinario régimen continúa hoy desafiando a la comunidad internacional, apoyando la intolerancia y el fundamentalismo religioso. No les hablo de viejas batallitas sacada de “Quo Vadis?”, sino hechos que han ocurrido, que tienen nombres y que son recientes.
Hay toda una voz de ciudadanos del Oriente Medio a los que ya les gustaría disfrutar de las libertades que se tienen en Occidente. Para estos colectivos no se les organiza ninguna conferencia sobre "La libertad de expresión en el Medio Oriente". A ningún inmigrante en España se le impide ir a la mezquita, asociarse o reunirse ... esto es una utopía no solo a nivel religioso sino también político en la mayoría de los países árabes. Al día de hoy las iglesias en Egipto siguen teniendo escolta armada, y no es para proteger el patrimonio cultural ni mucho menos... En las noticias de estos días oíamos la muerte de Rami, un joven palestino de Gaza cuyo crimen fue el regentar una librería de la Sociedad Bíblica Palestina en su pueblo ¿Y qué ha pasado en los países árabes? Las cifras cantan, el éxodo de cristianos árabes hacia otros países ha sido devastador, incluso países como Turquía e Irak, con minorías cristianas bastante importantes se han vaciado de cristianos que han emigrado a otros países buscando uno de los bienes más preciados: la seguridad.
No estamos hablando de la España de Torquemada, ni del oscurantismo medieval... estamos hablando de crímenes y de inocentes que están sufriendo en el presente del siglo XXI, con nuestra Carta de Derechos Humanos, nuestras Naciones Unidas y todas las Alianzas de Civilizaciones que queramos... y ante esto nadie alza su voz... los que se desgañitan cantando los desmanes de una parte no quieren ver los sufrimientos de la otra. Se acusa a la iglesia o al cristianismo de ser homófobo, por ejemplo, pero no se oye a “los colectivos” poner el grito en el cielo cuando Teherán ejecuta públicamente a un par de desgraciados cuyo único delito fue el querer a alguien de su sexo. Queda mucho mejor y se gana mucho más público poniendo al Papa a parir que al presidente Iraní... sin duda.
No hablemos del abuso a los símbolos religiosos. Cuando las caricaturas de Mahoma, hasta El Jueves que se mete con todo el mundo literalmente se acojonó... a Jesucristo, el Papa, la Virgen o cualquier otro icono religioso se le puede poner de cualquier manera... a otros, uno se lo piensa dos veces... Sin duda, hasta el humor parece que mide a las personas con dos raseros diferentes.
Si yo les contara hoy a los cristianos sudaneses sobre la cumbre que va a celebrarse sobre la islamofobia, seguro que ellos preguntarían con cierta extrañeza ¿dónde? ¿cómo? ¿cuándo? ¿cómo es que se persigue a los musulmanes? (porque ellos esto nunca lo han visto)... y estoy seguro que me preguntarían cuándo habría una conferencia para tratar la actual persecución religiosa contra los cristianos en muchos países del mundo... si hubiera algo tal, seguro que ellos no hablarían de oídas, podrían dar los nombres de los muchos que murieron victimas de la intolerancia y el odio anticristiano... pero para financiar este tipo de conferencia, me huelo que los gobiernos –y menos aún el nuestro- no tendrán ningún dinero.