Declaración 8M Grupo Federal Cristianos Socialistas PSOE Ningún país del mundo ha alcanzado la igualdad de género entre mujeres y hombres.

Somos socialistas, creyentes y feministas, y por ello reivindicamos la igualdad en la Iglesia.
Queremos una Iglesia que, al modo de las enseñanzas de Jesús, no mire con prejuicios y que no discrimine a nadie.
Mostramos nuestro apoyo y hacemos un llamamiento a participar en las movilizaciones que, con motivo de la celebración del 8 de marzo, se organizan en nuestros pueblos y ciudades, y muy especialmente a las convocadas por la Revuelta de Mujeres en la Iglesia y por Alcem la Veu.
Mostramos nuestro apoyo y hacemos un llamamiento a participar en las movilizaciones que, con motivo de la celebración del 8 de marzo, se organizan en nuestros pueblos y ciudades, y muy especialmente a las convocadas por la Revuelta de Mujeres en la Iglesia y por Alcem la Veu.
| Montserrat Curtó González Coordinadora del Área de Igualdad
Este año conmemoramos el 30 aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada de forma unánime por 189 países en 1995.
Hace 30 años de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, que tuvo lugar en Beijing, China, y que fue el punto de partida de la hoja de ruta mundial para lograr la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres de todas partes, y la realización de sus derechos humanos.
Tras tres décadas se han producido avances importantes, sobre todo en aquellos países en los que, como en el nuestro, se han ido impulsando normativas y políticas públicas de la mano del movimiento feminista. Pero siguen existiendo muchos obstáculos para llegar a la plena igualdad entre hombres y mujeres; algunos de esos impedimentos son prácticamente invisibles.
La situación de muchas mujeres en el mundo se ve agravada por la inseguridad, los conflictos bélicos y la pobreza extrema, que afecta sobre todo a mujeres y niñas y niños, que son el objetivo de las guerras, como claramente estamos viendo con el genocidio de Gaza.
Es muy preocupante el retroceso en derechos que sufren las mujeres, un hecho que aumenta de forma exponencial con la llegada a los gobiernos de los grupos de extrema derecha. El aumento de políticas negacionistas, contrarias al feminismo, hacen del mundo un lugar donde, cada vez más, la mitad de la población vive bajo un goteo constante de pérdida de libertades, y en consecuencia nos convertimos en una sociedad cada vez más injusta.
Es muy preocupante el retroceso en derechos que sufren las mujeres, un hecho que aumenta de forma exponencial con la llegada a los gobiernos de los grupos de extrema derecha.
Frente a los posicionamientos que amenazan con limitar los derechos de las mujeres y las niñas, es imperante volver a la agenda marcada por la Plataforma de Acción de Beijing, y renovar el compromiso de cumplirla en su totalidad.
Es alarmante la actitud de cargos públicos de la extrema derecha de nuestro país, generando discursos de odio, poniendo en peligro la integridad, la seguridad y la vida de mujeres y niñas, colocando en el foco de sus campañas especialmente a las mujeres inmigrantes.
Es urgente que las mujeres que deciden denunciar por violencia sexual o por cualquier otro tipo de violencia machista, se sientan protegidas y amparadas por el sistema judicial, y para ello se debe evitar, en los procesos judiciales y también por parte de toda la sociedad, la culpabilización y la revictimización que aboca a muchas mujeres a no denunciar. Ellas son las víctimas y todos y todas tenemos el deber de protegerlas y apoyarlas.
Es urgente que las mujeres que deciden denunciar por violencia sexual o por cualquier otro tipo de violencia machista, se sientan protegidas y amparadas por el sistema judicial.
Son necesarias las políticas públicas que fomenten la corresponsabilidad, es decir, el reparto de las responsabilidades en los cuidados, para que estos no sigan recayendo de forma desproporcionada en las mujeres, penalizándolas e impidiéndoles, entre otras cosas, el desarrollo de su carrera profesional.
Somos socialistas, creyentes y feministas, y por ello reivindicamos la igualdad en la Iglesia. Queremos una Iglesia que, al modo de las enseñanzas de Jesús, no mire con prejuicios y que no discrimine a nadie.
Mostramos nuestro apoyo y hacemos un llamamiento a participar en las movilizaciones que, con motivo de la celebración del 8 de marzo, se organizan en nuestros pueblos y ciudades, y muy especialmente a las convocadas por la Revuelta de Mujeres en la Iglesia y por Alcem la Veu.
Desde el Grupo Federal de Cristianos PSOE, mostramos nuestra más enérgica repulsa a los ataques al feminismo y lucharemos contra cualquier retroceso en los derechos humanos de las mujeres y las niñas. Cuando la derecha avanza, nuestros derechos retroceden: cerremos el paso a la extrema derecha.