"En Banco Sabadell fuimos pioneros en la implementación de sistemas de recogida de donativos mediante medios electrónicos" ¿El dinero en efectivo está en extinción?

¿El dinero en efectivo está en extinción?
¿El dinero en efectivo está en extinción?

"Debemos romper esos prejuicios de implementar las nuevas tecnologías y facilitar a los donantes y feligreses todos los canales posibles para que puedan colaborar económicamente con nuestros proyectos, de esta forma estaremos   alineados con sus usos y costumbres cotidianos, siendo el pago mediante tarjetas uno de ellos"

Esta es una pregunta muy recurrente y que recibimos a menudo, con este artículo espero poderle clarificar al menos cual es la tendencia actual y su repercusión dentro del ámbito de las instituciones religiosas y del Tercer Sector para que puedan sacar sus propias conclusiones.

El pasado mes de julio varios medios se hicieron eco de un informe elaborado por la consultora Nielsen donde se ponía de manifiesto un dato muy significativo, por primera vez en la historia de nuestro país los pagos con tarjeta habían superado a los pagos en efectivo, el 45,5% de las compras fueron en efectivo frente al 54,1% realizados mediante tarjetas, siendo el dato anterior en favor del efectivo en un 61,2% vs 38,5%

La crisis sanitaria y el confinamiento, sin lugar a dudas, han tenido impacto en este cambio de tendencia al igual que otros usos y costumbres que hemos incorporado en nuestro día a día, pero más que cambiar de signo la ecuación lo que ha producido es una aceleración de la tendencia en favor de las operaciones electrónicas que se viene observando desde hace años.  

En la actualidad muchas voces abogan por que en este siglo veremos desaparecer el efectivo canalizando todos nuestros pagos y cobros de forma electrónica ¿será esto así? ¿estamos ante la inminente extinción del dinero en efectivo? ¿qué ventajas e inconvenientes nos puede traer en caso de ser así?

Una breve historia sobre el inicio de los pagos con moneda

Aunque existen datos que corroboran que el ser humano viene intercambiando bienes por objetos desde hace 40.000 años, una de las  primeras monedas de la que se tiene constancia es el Siclo mesopotámico (shéqel en hebreo ) surgida hace unos 2.500 años y que de la cual tenemos varias referencias en la Biblia como por ejemplo  en el precio de venta de la tumba de Sara y de los patriarcas, que Abraham compró a Efrón, por "400 sequels" y  también el precio de venta de José por parte de sus hermanos a la caravana de mercaderes, que fue de 20 siclos de plata, incluso hay historiadores que afirman que las 30 monedas de plata que recibió  Judas Iscariote a cambio de la entrega de Jesús pudieron ser siclos.

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Siclos del año 66 dC

Posteriormente diferentes monedas fueron creándose rápidamente alrededor de todo el mundo debido fundamentalmente a su fácil transporte, su durabilidad y su valor inherente asociado a los materiales con los que se acuñaban, llegando hasta nuestros días en las diferentes divisas existentes, incorporando también billetes y dando lugar al sistema fiduciario actual donde el valor de dichos elementos no está soportado en metales preciosos sino más bien en la confianza y evolución de los mercados monetarios, por lo tanto el efectivo es un medio de pago integrado culturalmente en toda la faz de la tierra desde hace miles de años.

¿Dónde nos encontramos hoy?

Los avances informáticos, la globalización y las interconexiones digitales han hecho que las operaciones con tarjetas hayan ganado terreno al efectivo reflejándose en los usos de los consumidores impulsado también por el crecimiento de las operaciones de comercio electrónico en la web. Según datos extraídos del Banco de España en el periodo comprendido entres 2002 y 2019 se observa una clara tendencia en este sentido como podemos ver en la siguiente tabla.

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Durante este periodo el número de operaciones con tarjetas se ha quintuplicado mientras que el parque activo de cajeros automáticos casi permanece igual después de 17 años sufriendo incluso un retroceso desde el pico marcado en 2008 donde existían en nuestras ciudades un total de 61.714 de estos dispositivos. Por último, las tarjetas en circulación han aumentado casi al doble arrojando una media muy cercana de dos por habitante, datos que reflejan el avance del uso de las tarjetas con respecto al efectivo y que se ha puesto de forma manifiesta y acelerada en el periodo de confinamiento.

Conclusión: Cada vez usamos menos los cajeros y más las tarjetas

Navegamos por tanto hacia un escenario cada vez más digital donde el efectivo irá cediendo más terreno a otros medios de pago y el ser humano se irá acostumbrando a la intangibilidad de lo digital para acumular sus ahorros dejando atrás costumbres arraigadas desde hace miles de años.

Ahora bien, esta tendencia puede suponer también una forma de exclusión social sobre todo en aquellos grupos de personas con dificultades para acceder a medios digitales e incluso a servicios financieros básicos, aquí creo que está el desafío como sociedad el facilitar una transición hacia algo que no tiene marcha atrás, pero sin dejar a nadie fuera, de lo contrario habrá como en otras cosas varias velocidades de desarrollo creando ineludiblemente brechas sociales.

¿Cómo nos puede ayudar esta tendencia?

Las instituciones de la iglesia y del Tercer Sector ya inmersas la mayoría   en esta transformación deberían seguir avanzando en los procesos ya iniciados de transición en los sistemas de cobros y pagos e incluso incluirlos en obtención de donativos y colectas para sus obras y proyectos, se abordarán mucho más rápido elementos y sistemas necesarios que ayudarán en la eficiencia de la gestión, la globalización, la transparencia y la optimización de los recursos desde el ámbito económico.

No podemos olvidarnos de los costes que provoca el dinero en efectivo, a los estados y Bancos Centrales con su fabricación y puesta en circulación, a instituciones y personas por el conteo y la seguridad y custodia, por ejemplo. Desde el ámbito sanitario un menor uso del efectivo ha demostrado que favorece también que desaparezca un elemento de contagio para enfermedades de transmisión por contacto como se ha observado durante la pandemia del Covid-19.

Me gustaría en este punto destacar también como la utilización de sistemas de obtención de donativos y colectas por medios digitales bajo el sistema Done de banco Sabadell ha supuesto un incremento en el importe medio de los mismos, así como un aumento en los recursos obtenidos, ayudando a las diferentes obras y proyectos para los cuales son utilizados. Estadísticas hoy muy fiables apoyadas en casi 700 dispositivos instalados por toda la geografía española y fuera de nuestras fronteras y que ayudan a las instituciones que lo han implantado a conocer mejor las costumbres de sus donantes e interactuar con ellos para otros fines mas allá de lo económico mediante el análisis de los datos obtenidos, algo que no es fácil y mucho más costoso cuando la recogida se realiza solo en efectivo.

Por tanto, debemos romper esos prejuicios de implementar las nuevas tecnologías y facilitar a los donantes y feligreses todos los canales posibles para que puedan colaborar económicamente con nuestros proyectos, de esta forma estaremos   alineados con sus usos y costumbres cotidianos, siendo el pago mediante tarjetas uno de ellos.

En Banco Sabadell fuimos pioneros en la implementación de sistemas de recogida de donativos mediante medios electrónicos y lo hicimos pensando en ese modelo de transición y no exclusión, permitiendo convivir ambos sistemas, efectivo y tarjetas, buscando también llegar a ubicaciones más allá de nuestro entorno para hacer llegar las obras y proyectos de las instituciones religiosas y del Tercer Sector y conseguir el apoyo de aquellas personas que no las conocían o simplemente se habían levantado ese día sin saber que iban a hacer un donativo para ellas, a mi me gusta llamarlo “donativo en salida”

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Donation Wall instalado en el centro comercial Parquesur apoyando una campaña de Cáritas Diocesana de Getafe.

¿Se puede hoy ir de compras sin efectivo en la cartera?

Personalmente es raro que lleve en la cartera efectivo y a diario puedo comprobar que tampoco es necesario, en el último año tan solo recuerdo que haya tenido que pagar en efectivo en una peluquería y en una excursión turística, el resto lo suelo hacer incluso sin tarjeta directamente con mi móvil o smartwatch y de forma totalmente segura. Esto que todavía puede parecer muy revolucionario es, sin embargo, el presente en nuestros jóvenes, los milennials, y si queremos llegar a ellos y mirar a futuro hay que tener presencia en sus canales de interacción principalmente en el móvil y no solo desde el ámbito económico también como medio para hacer llegar nuestro mensaje.

Existen países donde no solo esto también es una realidad, sino que el pago en efectivo recurrente esta mal visto socialmente, la tendencia por tanto  es a nivel mundial, aunque como decía antes con distintas velocidades.

Para finalizar y en mi opinion, el dinero en efectivo terminará desapareciendo, otra cosa será la fecha en que esto suceda, que dependerá en gran medida de que sepamos como sociedad abordar la transición sin excluir a ningún colectivo, porque de lo contrario esto provocaría una economía o mercado paralelo donde de nuevo la moneda sería el medio de intercambio para la subsistencia de aquellas personas excluidas por no poder acceder a medios digitales.

La tecnología supone progreso si sabemos implementarla, poniendo a la persona en el centro, sin excluir a nadie y buscando el bien común de esta manera la evolución merecerá la pena, de lo contrario nos ayudará, pero tendremos que trabajar curando las heridas que deje en el camino.

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