Identidad política ( y Vivencias y convivencias 45)

El tema de la identidad se ha convertido en problema controvertido, ya que tratamos de identificar personas y asuntos, países y partidos, idearios e ideologías con obvias dificultades. La dificultad proviene de que toda identidad es plural, mezclada o entrelazada, abierta y no encerrada. En el caso de la identidad política, afrontamos una identidad pública que se nutre empero de individuos privados en evolución, con sus diferentes vivencias y convivencias. 

Identidad dice mismidad diferenciada, una historia de hechos y hechuras, de razones y sentimientos, de realidades y realizaciones, pero también de idealidades e imaginaciones. La identidad nunca es pura sino impura, por lo que su verdad tampoco será pura sino impura. Digamos que la identidad política o pública se articula sobre un sentimiento racional y una razón sentimental, que dan cuenta y cuento, relación y relato de nuestra coapertenencia a un territorio, país o estado. 

No podemos por tanto blandir identidades dogmáticas ni verdades absolutas, ya que toda identidad es accidental o accidentada, y toda verdad es relacional y contextual. La verdad de nuestra identidad no se basa en el ser sino en el devenir, el cual deja siempre una puerta abierta al otro y la otredad, so pena de pervertir lo histórico y revertirlo en histérico. Toda identidad es así mudéjar, mezcla cultural y mestizaje social. El filósofo Hegel decía que la auténtica identidad es la identidad de la identidad y de la no-identidad, ya que no somos solo lo que somos, sino también lo que no somos. 

Las identidades son proyectos que se proyectan desde un pasado en un presente que es nuestra estancia móvil. De ahí el carácter de movilidad de toda identidad, lastrada por flujos y reflujos diversos que diversifican su presunta puridad o pureza. La identidad vasca no sería nada sin el mito de “ama lur” (la madre tierra), que incluye la famosa película del mismo nombre; como tampoco sería nada la identidad catalana sin la leyenda de san Jordi y el dragón (siendo el dragón España y san Jordi Catalunya). Incluso nuestra identidad española sería nula sin los Reyes católicos y su identidad religiosa católica, apostólica y romana. 

A menudo nuestra identidad se basa en factores meramente geográficos, como la península ibérica que induce una convivencia peninsular frente a África y junto a Europa. En el caso de Europa, su identidad originaria procede del mito griego de una princesa oriental “civilizada” por el dios occidental Zeus; lo mismo que Atenas, la capital de Grecia, debe su identidad a la diosa Atenea. Incluso la identidad del cristianismo, que es la religión occidental por antonomasia, no procede directamente de su fundador Jesucristo, sino por la mediación teológica de su cofundador Pablo de Tarso, el apóstol de los gentiles. 

La identidad siempre resulta compleja y complicada, así por ejemplo la identidad de nuestra Universidad no tiene sentido sin la influencia clerical de la Iglesia, aunque hoy nos parezca un contrasentido. Y es que no hay nada ni nadie puro, todo está mezclado evolutivamente. Por eso lo más peligroso es proyectar una identidad ideológica, como hacen tantos sistemas políticos desde el fascismo al comunismo, desde el nacionalismo al populismo, incluyendo aquí también como ideológico al capitalismo en su deriva ultraliberal. Pues la ideología es un ideario totalitario que hay que evitar en nuestra democracia liberal (sin que recaiga a su vez en un neoliberalismo abstractoide). Por eso nos interesan al respecto las identidades ya no ideológicas sino culturales y abiertas al diálogo con otras culturas, como es el caso de nuestro cervantino Don Quijote en diálogo con Sancho. Una obra que ha hecho más por nuestra positiva identidad española que toda política ideologizada. 

VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 45

---Para el paganismo clásico griego lo sagrado es lo numinoso o luminoso (olímpico): para el cristianismo lo sagrado es lo santo o humano (lo interior o personal). 

---El arte nipón del “kintsugi” no oculta las fracturas de cerámica sino que las resalta barnizándolas estéticamente: asunción o implicación simbólica de la fisura real. 

---Vivir la vida y la muerte: todo tiene su sentido y sinsentido. 

---El hombre de Kertész se halla metafísicamente abandonado en este mundo. 

---El enfermo y su vida agazapada pero no gafada: agafapada tras sus gafas interiores. 

---La enfermedad sana de sanidades enfermas. 

---Me dicen que luche “contra” la enfermedad: pero yo lucho a mi manera “con” la enfermedad. 

---Hay que luchar como Jacob: con el ángel y no contra el ángel. 

---La inusitada dialéctica entre enfermedad y salud, dolor y restablecimiento, sufrimiento y convalecencia, caída y recuperación: los contrarios se alimentan mutuamente. 

---En el hospital me introducen en una ruidosa máquina tubular: me ha recordado el tren subterráneo de nuestras ferias para asustarnos. 

---En mi convalecencia visiono viejas películas americanas de amor y muerte: el western romántico. 

---Soy un alma recta que ama lo oblicuo: soy más fuerte psicológica que físicamente. 

---Un psicoanalista lacaniano me envía un e-mail vacío denominado “el espejo del lenguaje”: se lo devolví hermenéuticamente redenominándolo “el lenguaje del espejo”. 

---El idioma inglés como protestante y frío: la lengua castellana como católica y sentimental. 

---El amor es la única cura, aunque él mismo no tenga cura (L.Cohen). 

---Los muertos no van al trasmundo: van al intramundo. 

---Madre mía, aunque mi amor te olvidare, tú no te olvides de mí (Canción mariana). 

---El fracaso hace sonrojar al éxito, decía E.Dickinson: pero el éxito hace sonreír al fracaso. 

---Como narra un viejo mito, la vida parece concreada por un dios y un diablo: cómplicemente. 

---Cuidado con la exhaustividad: suele dejar exhausto. 

---Sin oposición no habría posición: y sin posición no habría composición. 

---Según el Evangelio, el camino que lleva a la vida es estrecho y angosto: pero no las personas que lo transitan. 

---El homo viator es el hombre viable en la vía: in vía crucis. 

---Estoy médicamente en el buen límite de todo: limito con la trascendencia y su implicación. 

---Ya lo predijo Aristóteles: la sustancia se encuentra accidentada por sus accidentes. 

---Me gustaría escribir mis últimos artículos bajo el título “in artículo mortis”: y dejar un libro póstumo con escritos de ultratumba. 

---Sólo Dios basta: esta frase teresiana mienta positivamente  la vastedad del Dios, pero negativamente su bastedad. 

---A los hombres no les gusta la muerte porque no les gusta la paz (J.Mercanton). 

Volver arriba