Vivencias 70

---En su obra Archaelogy of the mind, G. Frankl presenta el período auriñacense (35.000 a.C 20.000 a.C.) y magdaleniense (17.000 a 12.000 a.C.) como una cultura de cosmovisión matriarcal, lo que quedaría comprobado por las figurillas femeninas y pinturas rupestres de caza, las cuales aparecen en el período magdaleniense ya no en las cuevas, sino en el fondo de las cavernas, en un sancta sanctorum, al que se llega a través de un difícil pasaje que, según el autor, simbolizaría un regressus ad uterum a modo de iniciación matriarcal.

--- Hemos pasado del oro —el metal más maduro, según la alquimia— al dinero —la materia menos madura, según la química.

--- La verificación individual del matriarcalismo se realiza en nuestra infancia: pueri matriciant. Por otra parte, el psicoanálisis ha mostrado la impronta general de la madre en la vida psíquica del niño, hasta el punto de que, ante la imposibilidad de “poseerla” (prohibición del incesto), toda la naturaleza comparecería como la gran sustituta de la madre (y, finalmente, como la gran prostituta o prostituida). La madre es “sustituida” fundamentalmente por otra mujer “como” la (madre, en donde aparece el carácter simbólico radical de la existencia basado en la relación diafórica madre-mujer-madre). Los problemas psíquicos provienen cuando dicha sustitución es mero sucedáneo, lo que ocurriría cuando la represión de la madre y lo matrial es total, o bien, cuando no se da auténtica sublimación o tránsito —pérasis--- del reino matrial al patrial y , finalmente, al fratrial. Por ello falla el héroe clásico mata que mata al dragón matriarcal, fundando un patriarcalismo conquistador, donjuanesco y masculinista. Pero también falla el héroe anticlásico que, en su competitividad para acceder a la madre, mata al padre poniéndose en su lugar y fundando ahora un matriarcalismo irracional. Edipo simboliza ambos heroísmos, al matar primero al padre y fundar un orden desordenado carcomido por la peste; y al querer matar después a su madre (ya autoinmolada tras el incesto) y fundar un interregno desarraigado, el cual concluirá con su definitivo arraigo en la madre tierra (Edipo desaparece en una grieta del suelo). Así pues, frente al matar a madre y padre, a menudo preconizado por una psicología social irresponsable, se trata de coimplicar lo matrial y lo patrial en nosotros para lograr su síntesis andrógina o totalización psíquica, así como el diálogo interior de los contrarios. Pero toda nuestra pedagogía predica/practica la identidad sin contrario.

--- En la mitología dogon estudiada por M. Griaule en su obra Dios del agua, el dios Amma crea un terrón de tierra cual mujer con la que se une. La tierra simboliza aquí la mater-materia viva frente a la materia muerta de nuestra tradición racionalista.

--- En el Juego de la pelota mexicano tratado por H. Kurnitzky en su obra Edipo, dos fratrías se enfrentan para tratar de “encestar” la pelota en aros de piedra en forma de sierpes situadas en los laterales del campo. Si se pierde dicha pelota y cae en un hoyo de la tierra, el “culpable” es amonestado; pero si se la logra introducir en dichos aros, el equipo resulta vencedor. Lo curioso del caso es que el equipo vencedor será sacrificado ritualmente en un altar preparado ad hoc. Yo interpretaría dicho Juego agónico (agonal) como una actividad mágica propia de jugadores masculinos que tratan de energetizar la fuerza del sol —simbolizado en la pelota— al pasarlo a través del arquetipo matriarcal del aro serpentino de piedra. De este modo, el encestar se convierte en un incestar, fecundando la energía masculina a la abierta virtualidad matriarcal-femenina: a la cual finalmente se sacrifica la libido viril de un modo reduplicativo. En este contexto, la recaída de la pelota en un hoyo del campo significaría a mi entender la decadencia de la propia fuerza en sí misma en un proceso inmanente y no trascendente, autoerótico y no fecundizante, es decir, insignificante. El ritual describiría así no tanto el sacrificio o castración política de las fuerzas naturales por las contrafuerzas sociales, como quiere Kurnitzky, sino el hierogamos del principio masculino con el femenino para la fecundación del cosmos, lo que implica la coapertenencia de eros y thanatos, amor y muerte, recreación y destrucción. La cosmovisión es primariamente mágico-religiosa (ontológica) y derivadamente político-social: pues que se concelebra la fecundación de la diosa por sus hijos finalmente castrados (recuérdese aquí el mito de Adonis y similares) (El corolario es que la cultura pasapor el aro a la bruta fuerza de la natura: pero en el caso de la cultura naturalística que nos ocupa, realiza dicha tarea de un modo naturalístico o imitativo del cosmos (natura non vincitur nisi parendo). Por eso el sacrificio final imita la muerte pensada como regeneración natural).

--- El compartimentismo occidental consiste en la visión de cada cosa como de-suyo: res ita se habet cum se ipsa. --- Los mazos de un piano golpean la sien; en cambio, el destripar de los violines facilita la digestión. Es la diferencia entre el metal seco y la tripa húmeda: el metal es duro y cabezón, la tripa es blanda y vegetal. En cambio el órgano insufla el espíritu esponjando el corazón.

--- A menudo el estado/estadio feliz se basa en la aceptación de la infelicidad (llevadera).

--- Qué manía con querer ser el primero de los demás: hay que ser el primero de sí mismo.

--- Nietzsche interpreta críticamente al sacerdote (cristiano) como víctima de la neurosis pública de su Iglesia. Pero cabría una interpretación comprensiva, en la que la Iglesia sería capaz de albergar en su seno a los neochamananes como interesantes casos clínicos, medicine men o personalidades-mana (hoy devaluados). --- La realidad es una (Oriente): pero a cada uno le toca una —la suya (Occidente).

--- Vivimos en la aflicción de los opuestos.

--- Hay quien se deprime por no haber hecho nada en la vida. Otros nos deprimimos por haber hecho demasiado... para lo mismo: nada.

--- Quizá el secreto de cierta felicidad está en que se puede ser feliz sin objeto, aunque no sin objetivo. Pues la felicidad con objeto es una objeción contra la felicidad, la cual es por definición subjetual y proyectiva.

--- Vacaciones: en el propio lugar dejado vacante por los que se marcharon.

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