-Las analiza, a fin de inferir un principio general
-Las resume en una teoría explicativa que debe:
Casar con los hechos a explicar (en este caso, la Hª de la vida)
Incluir las mínimas suposiciones posibles (ß Occam)
Ser predictiva (anticiparse a futuros hallazgos o experimentos)
Ser falsable (ßPopper), asumir posibles fallos y proponer casos en que sería refutada (debiendo ser sustituida por otra teoría mejor).
Entenderse con “espíritu” científico (abierto, crítico, tolerante y transitorio): los modelos son culturales, provisionales y perfectibles.
Someterse a prueba.
La teoría debe poder someterse a prueba o refutación (debe al menos ser refutable).
– Confirmación: experimentable o comprobable en sus predicciones (ß Bacon)
– Falsación: ser refutable (ß Popper)
– Someterse a confirmación-refutación (ß Lakatos)
Por lo demás, no existen límites de creatividad, siempre que se afronte “la carga de la prueba”.
– Una teoría científica puede surgir por inducción o contrainducción (ß Feyerabend) y estar abierta a un cambio de paradigma o renovación histórica (ß Kuhn)
ii) ¿Por qué no es científico el creacionismo?
• Según los principios expuestos, falla en todos los momentos
• No es una teoría científica porque:
– Ignora la evidencia fósil y las diversas ciencias que apoyan el hecho evolutivo: geología, física, paleontología, embriología, anatomía comparada, cladística, bioquímica, genética…
– Ignora incluso los métodos de datación admitidos.
– Se apresura a considerar pruebas cualquier indicio secundario por débil que parezca, en tanto decide ignorar datos relevantes de signo contrario.
– Su único apoyo es un libro mítico gestado hace entre 3000 y 2500 años.
– Pretende que no existe error alguno en dicho relato… Es irrefutable (aunque no lo es: ha sido refutado) y reinterpretable ad infinitum (sólo desde dentro, por sus defensores…) según la exigencia ad hoc a que se enfrente.
En suma, el creacionista:
– Se muestra ultracrítico con cualquier afirmación científica en la que se debatan asuntos evolutivos, pero al mismo tiempo, se esfuerza hasta el ridículo para compatibilizar los hallazgos con lo que relata su texto sagrado.
• Esto es, para hacerle decir lo que no dice, a fin de hacerlo casar con lo descubierto.
• A menudo, el discurso creacionista se hace eco de un supuesto desacuerdo entre científicos, dando a entender, erróneamente, que está en discusión el propio hecho evolutivo en sí mismo, en lugar de detalles teóricos secundarios de alguna teoría explicativa del mismo.
• Al confundir ambos asuntos, y el tema discutido, los textos creacionistas (copiados innumerables veces, frase por frase, hasta dominar el espacio web) tergiversan el debate científico y demuestran: no entender el alcance de lo debatido, y carecer del mínimo conocimiento científico requerido para intervenir productivamente en dicho debate.
– En resumen: desconocimiento, blindaje, prejuicios y dogmatismo.
• Prejuicios: son convicciones profundas, preferencias marcadas más o menos inconscientes que impiden la búsqueda, observación o análisis objetivo.
• Significan un sesgo por ideas prefijadas y creencias o “saberes” previos (la otra cara del conocimiento “significativo”). Y una restricción de la búsqueda o del ejercicio racional o crítico por sobrevaloración restrictiva de argumentos de tipo: tradición, autoridad, excepcionalidad o “experiencia personal” (inindagable e intransferible).
• Dogmatismo: “Los fundamentalistas saben que están en lo cierto porque han leído la verdad en un libro sagrado y saben, además, que nada les va a apartar de sus creencias”.
• La verdad de un libro sagrado es un axioma, no el producto final de un proceso de razonamiento. El libro es verdadero y, si hay evidencia alguna que parece contradecirlo, es esa evidencia la que debe rechazarse, no el libro.” (Richard Dawkins: “El espejismo de Dios”)