Moral (XIII). El humanismo en la historia. Un cambio de referente.


Comenzaré transcribiendo las definiciones de "humanismo" en el diccionario de la RAE.

1. Cultivo o conocimiento de las letras humanas.

2. Movimiento renacentista que propugna el retorno a la cultura grecolatina como medio de restaurar los valores humanos.

3. Interés por los estudios filológicos y clásicos.

4. Doctrina o actitud vital basada en una concepción integradora de los valores humanos.

5. Sistema de creencias centrado en el principio de que las necesidades de la sensibilidad y de la inteligencia humana pueden satisfacerse sin tener que aceptar la existencia de Dios y la predicación de las religiones.


Todas ellas son pertinentes, ya que el humanismo surgió como término para referirse a los estudios de los clásicos griegos y latinos, y desde el siglo XVI los estudiantes italianos llamaban “humanistas” a los profesores de humanidades de sus universidades.

Si las tres primeras acepciones interesarán poco o nada a quien pretenda hacer depender una verdadera opción humanista de su particular creencia religiosa, la cuarta es igualmente neutra y, la quinta, claramente laicista.

De acuerdo con Wikipedia:
“el humanismo trata de exponer y difundir con mayor claridad el patrimonio cultural. El individuo, correctamente instruido, permanece libre y plenamente responsable de sus actos en la creencia de su capacidad de elección. Las nociones de libertad o de libre albedrío, de tolerancia, de independencia, de apertura y de curiosidad son, efectivamente, indisociables de la teoría humanista clásica.”


El término humanismo designa la especial, singular, consideración que ha tenido el hombre en un sistema de pensamiento. Es humanista cualquier doctrina o teoría que intenta explicar la significación del hombre dentro del universo, el lugar que corresponde al hombre mismo y a sus valores, y, en función de dichos valores, formula un ideal de hombre. El intento no es tan antiguo como el pensar, pero aparece con nitidez en el siglo V a J.C. ateniense.” (Rus Rufino) (1)


Volviendo a Wikipedia:
El humanismo implica un compromiso con la búsqueda de la verdad y de la moralidad por medios humanos, en particular las ciencias, solidariamente con toda la humanidad. Al poner el acento en la capacidad de autodeterminación del individuo, el humanismo rechaza la validez de las justificaciones trascendentales, por considerarlas dependientes de lo sobrenatural y de las creencias. (…) Los humanistas desarrollan una moral universal basada en la identidad de la condición humana. (…) “El humanismo es un concepto (del) Renacimiento, asociado en particular con el movimiento representado por Erasmo, Michel de Montaigne o incluso por Guillaume Budé, a quienes corresponde el honor de haberse interesado a la vez por la literatura de la antigüedad greco-latina y la reflexión personal.”


La recuperación del saber clásico estuvo relacionada, desde el siglo XI, con la existencia de escuela de traductores (esencialmente en Toledo, y, desde un siglo más tarde (2) , en Palencia, Salamanca, Sevilla, Murcia…) que recuperaron textos científicos y literarios del mundo árabe, que a su vez habían preservado diversas obras de la Grecia clásica.

El Renacimiento europeo, prendió rápidamente en Italia (Toscana, Lombardía) y Holanda. En Florencia se fundó (ya en 1440) la Academia Platónica, que daría lugar a un auténtico “renacimiento” de ciencias, artes y letras. Roma fundará la Academia Romana veinte años más tarde. Durante este período –desde el siglo XIV al XVI- se desarrolla el llamado humanismo renacentista.

Según Wikipedia, éste constituyó “una respuesta a la educación universitaria escolástica”. “Hubo importantes centros de humanismo en Florencia, Nápoles, Roma, Venecia, Mantua, Ferrara y Urbino. Se trató de crear una ciudadanía (con frecuencia incluidas las mujeres) capaz de hablar y escribir con elocuencia y claridad y por lo tanto capaz de participar de la vida cívica de sus comunidades y persuadir a otros a acciones virtuosas y prudentes. Esto se lograría a través del estudio de las "humanidades" (studia humanitatis): gramática, retórica, historia, poesía y filosofía moral. Como un programa para revivir el legado cultural (especialmente el literario) y la filosofía moral de la antigüedad clásica.”

Fue una especie de despertar de la cultura y de optimismo en las capacidades humanas que, como hemos visto se dio en otros lugares y culturas. Tanto en la China y Grecia clásicas como en los países islámicos y cristianos.

Suele considerarse a Confucio el fundador del humanismo chino, aunque discutir la preeminencia de otro sería prolijo, ya que vivió entre los siglos VI y V AEC, en pleno centro del período de “las cien escuelas de pensamiento”.

Su ideal era el del hombre que se cultiva día a día hasta adquirir la armonía y la sabiduría, de modo que se convierta en un modelo –de autonomía, libertad, moralidad y versatilidad- para otros hombres.

La propia sociedad en paz y armonía precisaba un buen gobierno y una correcta educación que promoviera las 5 virtudes constantes: benevolencia, justicia, rituales (urbanidad), sabiduría y veracidad.

El humanismo griego comienza con Sócrates y los sofistas (Protágoras), y continúa con los cínicos (Diógenes), Epicuro y los estoicos (Zenón de Citio). Ni que decir tiene que este humanismo pervivió muchos siglos, se difundió en la época helenística, teniendo influencia en todos los países mediterráneos (incluyendo el mundo judío y el romano) y es la fuente última de buena parte de los humanismos posteriores.

Los árabes habían traducido textos griegos y siríacos de Platón, Aristóteles, Dioscórides, Euclides, Ptolomeo, Hipócrates y Galeno, entre muchos otros. De modo que en los siglos X y XI contaban con instituciones de índole universitaria (3) y hombres precursores de los renacentistas italianos, formados en lenguas, astronomía, física, medicina y filosofía, como Rhazes, Muhammad at-Tabari, Alí Abbas, Averroes, Isaac Iudeus, Avicena…

“Quien sólo es perfecto en medicina pero no en la lógica, la matemática, la física y la teología, más que un verdadero médico es un practicante de la medicina” (Ibn Ridwan).


Por supuesto que se puede ser humanista siendo creyente, de cualquier modalidad de fe. Es lo que trato de decir, y que, en esta misma idea, no es preciso ni siquiera ser creyente. Con frecuencia me sorprende tener que explicitar cosas tan evidentes como ésta. Contra lo que he visto defender aquí, pienso que se puede ser coherentemente humanista sin ser creyente, y sin ser cristiano, y también siéndolo.
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(1)Rus Rufino, Salvador Ignacio: “La aparición del humanismo en Grecia y la aportación de Protágoras”. (https://goo.gl/iciogc).

(2)En estas ciudades los maestros y escolares se independizaron pronto de las "scholae" catedralicias.

(3)Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Universidades_más_antiguas. Esta relación no incluye a las escuelas precursoras de Grecia (Academia, Liceo, Stoa…), China (Nankín) o Alejandría, entre otras.
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