La repetición de ciertos conceptos elementales relacionados con las creencias o supersticiones puede causar tedio, pero menester es recordarlo para que resulte más obvio. No debe causar esto extrañeza a quienes están acostumbrados a escuchar sistemáticamente las mismas verdades "fundamentales" que nutren su fe.

Curados en salud, de nuevo reiteramos lo ya sabido, que los mitos primero y las religiones que se organizaron después, nacieron como respuesta primera a cuantas preguntas e inquietudes ha generado la mente del hombre.

Paso a paso y de manera sistemática, ha sido la ciencia la que ha venido a desmontar su tinglado explicativo. Así ha sido en el pasado en los campos de la cosmología, la física, la bioquímica, la geografía; así es en el presente con las ciencias de lo humano, como Psicología, Psiquiatría y demás neurociencias.


En la pugna por colonizar los barbechos del saber, arrumbados ya los temores y terrores ancestrales relacionados con la Naturaleza, las religiones pretenden hoy día dar respuesta a un triple mundo:

el de los deseos,
el de las carencias
el de las angustias.

Éste es el contenido quasi único del kerygma cristiano (1)

Poco más hay en su mensaje soteriológico(2). Y como no hay más, cuando el hombre sea vitalmente consciente de que su ira descontrolada no es sinónimo de pecado sino producto de las tensiones familiares y laborales --y esto es un ejemplo nimio de por dónde van los tiros-- religiones y mitos pasarán al "museo de las creencias" por vaciamiento de contenido. Desaparecerán del paisaje psíquico, como sus lábaros van desapareciendo de la libre circulación ciudadana.

Ésta es la conclusión "simple" --no importa que alguien diga "simplista"-- de lo que por ahora es una aspiración racional, dado que, por defecto,la estulticia humana siempre recurrirá a curanderos y sanadores del espíritu.

Los gurús del espíritu dicen:¡Claro que hay algo más!. Y replican por lo bajo los burócratas de las multinacionales del rezo: "Y si no lo hay, se inventa". Bien saben ambos cómo la masa, que se rige por los criterios de su propia incultura, seguirá aturdida por cuestiones como el "más allá" y el "qué va a ser de mí", preguntas que siempre producen temor y crean dependencia salvífica.

Lento será el proceso hasta que el vulgo con acceso a la cultura entienda, --copérnicos y galileos de los conflictos humanos-- que la tierra de los credos es la que gira alrededor del sol del sentido común nutrido por la razón y que cualquier dios es un producto más de la humana necesidad, el "deus ex máchina" de los teatros antiguos.
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(1) Del griego kerügma, kerügmatos = anuncio, pregón, predicación.
(2) Del griego sóter, sóteros=salvador