La deriva de su cáncer con otro cáncer en deriva.

Dallas.Vencieron el cáncer.
Dice la enferma de cáncer (1): Sin la ayuda de Dios no hubiese podido soportar la enfermedad.

Dice quien piensa, quien se opone y quien anima: La naturaleza se defiende sola; el instinto de conservación lucha a muerte contra la misma muerte; las ganas de vivir hacen milagros; el amor de los que te rodean también es otro milagro de la naturaleza; el sentimiento de no haber cumplido todavía la tarea que uno se ha impuesto en la vida, anima a mantenerse en la lucha...

También es una deducción lógica pensar que Dios no es sino un elemento de muerte, un "hágase tu voluntad" que "tira la toalla", un entregar todo a la fatalidad de lo que ha sucedido y de lo que tiene que suceder, un principio retardante de la curación... (2).

Añadamos más: cuando sucede algo que escapa de lo normal y se aparta del acontecer diario, siempre hay una primera reacción, a la que sigue una reflexión. Esta reacción es, a su vez, instintiva o racional. La reflexión siempre es posterior y la religión se encuadra en "ese algo reflexivo posterior" añadido.

La religión "se aprovecha" de las situaciones vitales... si se la deja. No hubiese podido soportarlo, argumenta esa "reflexión reflexiva".

¡Claro que hubieses podido, posiblemente mejor! De hecho, has podido y ahí estás, de nuevo anclada en la vida... pero con otro cáncer mayor en la mente y en la conducta.

(1)Caso familiar real.
(2)El confesor le dijo: Ten fe en Dios; si tienes que morir, confía en él... No hubo palabras de ánimo ni de aliento. No le ha vuelto a dirigir la palabra desde entonces.
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