¿Y me dicen que Jesucristo fue modelo? Sí, un modelo imposible.
Para redactar lo que sigue he repasado de cabo a rabo el Evangelio de Marcos. Me ha parecido suficiente.
Es un pensamiento que hace tiempo martillea mi cabeza. Ponen, erigen los cristianos como ejemplo de perfección a Jesucristo. Ejemplo a imitar, decimos. ¿Y de dónde, hablando con un mínimo de seriedad, procede ese creer en la bondad imitable de su Maestro? Si hay testimonios de tal bondad, la imitación podría ser hasta natural y lógica. Yo mismo lo tomaría modelo.
De los Evangelios, dicen. Yo no leo nada en ellos que me lleve a hacer el bien SÓLO tomando como modelo a quien más bien aparece como iracundo e iluminado predicador. Sí, se podría tomar modelo de lo que predica, pero, primero, no es ésta la cuestión dado que las palabras se las lleva el viento, y, segundo, esa moralidad también la predico y trato de practicar yo, porque es “natural” que así sea.
En el terreno humano, los niños tienen como ejemplo primero a sus padres; luego a algún que otro profesional admirable; luego se forjan ídolos creados por los medios de comunicación... En la vida profesional siempre tenemos como modelo, como personaje admirado, aquél que ha desarrollado al máximo las cualidades que quisiéramos tener. Amigos y compañeros de trabajo estimulan nuestro interés por conocer, por experimentar, en definitiva por crecer en entendimiento y bondad.
¿De dónde surge el “modelo Jesús”? “Pasó haciendo el bien”, dicen.
Su pretendido bien se funda y se basa –dicen en su Libro-- en que “dio vista a los ciegos, hizo andar a los cojos, dio habla a los sordomudos, resucitó a los muertos, expulsó demonios”... y calmó tempestades y procuró pescas milagrosas y curó a la hemorroísa y resucitó a la hija de Jairo y dio vista al ciego de Betsaida y se transfiguró...
¡Qué fácil es pasar haciendo el bien cuando se es Dios! Así cualquiera. Un modelo imposible no es modelo.
Pero a tenor de lo leído, ¡qué bien! Muchas cosas se me ocurren, pero, lo primero quiero tomar yo ejemplo de él y poner en práctica de inmediato algo parecido:
-- mañana salgo a la calle y miro a los ojos a la vecina esa que me mira de soslayo –creo que es bizca—, le soplo a la cara y ¡le curo de los demonios que lleva dentro!
-- El día que me toque ir al hospital, me acerco a la sección prostática y a tocar lo intocable: todos curados.
-- Cuando se me muera un ser querido, lloraré y me sentiré movido a resucitarlo
-- Cuando me digan en casa que baje a por el pan, tocaré el trozo de pan duro de ayer y, hala, cinco panes de golpe. Y al precio que está el pescado, el boquerón lo convierto en merluza.
Puestos a ser tiquismiquis, también se podría tomar a Jesús como ejemplo de cosas a no imitar: se lleva a unos pescadores dejando a sus mujeres e hijos en la más absoluta miseria (abandono del hogar); se lleva a otros que estaban en plena edad productiva, dejando quizá sin protección alguna a sus padres ya mayores; predica en tales y cuales sitios y provoca la ira de los mandamases y la división entre la gente, de tal modo que hasta provocaba escándalo (Mc, 6.3) (¿a quién tengo que hacer caso, a éste que predica “otro reino” o al doctor de la ley que predica en mi sinagoga?); les dice a los suyos que prescindan de padres y madres; dice que los muertos entierren a los muertos...
Del resto de rasgos modélicos, ¿para qué hablar? Hablan y hablan y hablan, pero
--perfección supuesta: echan encima del Jesús del Evangelio todas las virtudes, ¡porque primero han dicho que es Dios! Y eso ya no es modelo, sino un “modelado”.
--lo que yo veo es una bondad “de boquilla”, pues, por ejemplo, no se sabe que él practicara eso de “vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres”; de eso no dice nada el Evangelio. Bueno, dicen, es que él no tenía nada…
-- dicen que dio ejemplo de pobreza, viviendo como las zorras en madrigueras, sin un techo ni un hogar... Modelos similares los veo todos los días en el puente de la Pza España de Madrid, en los pasadizos del Metro... ¿Me ponen como modelo a un indigente miserable?
-- ¿puedo tomar modelo de cómo trabajó? Supuestamente, porque nada se dice –cuidado, lo recalco, NADA—de los 30 años que pasó con su padre. Quizá su padre, también se podría pensar, lo echó de casa por vago.
--tampoco creó empresa o negocio alguna que procurara mayor bienestar material y psíquico a aquellos a quienes se dirigía;
-- Hechos personales, ninguno, todos proceden de su condición divina.
Y dicen que nos dio ejemplo con su muerte: otra muerte también interpretable, porque casi todos dicen que fue condenado por ser un agitador, un suplantador (Rey de los judíos). Quizá el Che Guevara se sintiera movido a morir como él, por el bien de los pobres bolivianos.
Además, se supone que podría haberse notado el efecto –tanto de ser tan modélico como del bien que procuró su “salvación”-- en estos dos mil años. Se ve que tal efecto se agotó pronto, porque los que somos del pasado siglo XX bien sabemos de maldades “in crescendo”, las mayores que la historia ha conocido.
Dicen que murió por nuestros pecados. Será así si así lo dicen. Yo y muchos como yo no nos sentimos concernidos dado que no nos consta que tengamos pecado alguno: sí, alguna que otra mentira; alguna manifestación iracunda... ¡Pero eso no son pecados, son defensas o exabruptos!
ITEM MÁS, y esto es importante recalcarlo, todas las personas con las que yo he tratado en este mes –he hecho un recuento por encima--, todas, son honestas, bienintencionadas, afables, trabajadoras, preocupadas de su familia, nadie me ha engañado en este tiempo, nadie ha tratado de sisarme o robarme (excepto el Ayuntamiento, que lo hace en cuanto me descuido)... Podría interpelar al lector que esto lee: ¿Ud. se ve a sí mismo como un malvado pecador, que del sábado al domingo “ha pecado de pensamiento, palabra, obra y omisión”? ¿De verdad y en serio Ud. se siente pecador?
Ah, se me olvidaba, en el recuento anterior he encontrado una persona que no es buena: es un ser catalogado por todos como paranoide, egocéntrico, inseguro, que se defiende como puede de sus “neuras”, y atacando, egoísta a más no poder, sólo preocupado del dinero... Ya le hemos dicho que vaya al psiquiatra, pero se pone más iracundo todavía...
También encuentro otro, que hoy es arzobispo de Burgos, que supuso el quebranto mayor que mi vida ha padecido. No, no obró como persona buena. Él cree que es bueno, pero también es opinión “de parte”. Lo dejamos, porque ésta es otra historia en el capítulo de la bondad de los hombres.