El hombre que siente encuentra a Dios. Dicen.

Leo en un ensayo relacionado con la religión: “El hombre que siente” frente a “el hombre que razona”. En otras palabras: el hombre no razona tanto las cuestiones religiosas cuanto "las siente". Es del sentimiento de donde nace la necesidad de buscar a Dios.

Quieren hacer colar el nuevo sentido de Dios, el nuevo sentido de la vida, la nueva espiritualidad, por la vía de “el hombre que siente”. Podría ser si en el hombre hubiera compartimentos estancos, cosa que no es así.

Cuando la razón, al fin, ha dimitido de Dios, buscan la vía ennegrecida del sentimiento. Para ser más exactos, cuando ellos mismos han visto que Dios y razón se repugnan –y no otra cosa ha sido el recorrido hacia el sepulcro de la filosofía escolástica--, buscan con ansia nuevos caminos para nuevos horizontes.

No se puede admitir tal disociación: el hombre es uno, único en su esencia personal, pero guiado por la razón. Para no elevarnos tanto en las palabras, digamos "el hombre que se guía por su sentido común". Sentido común que no es otra cosa que la razón llevada a la práctica.

Con su capacidad racional cada individuo decide o puede decidir sobre todo lo que le sucede. O al menos tiene la capacidad de discernirlo y juzgarlo. Dimitir de la razón es caer de nuevo en las garras de otras instancias como lo son esas pretendidas guías “espirituales”.

Pretender asignar estructuras específicas para determinadas funciones, no estrictamente racionales, es algo inadmisible. Todo en el hombre es racional y todo en el hombre es emocional: un pensamiento se carga de emoción y un sentimiento pasa el filtro de la razón.

Tratar de encontrar un hueco para Dios en el abanico dispar del anhelo por desarrollarse anímicamente, en el ansia de paz, en el afán por crear, en el deseo de ser respetado y reconocido por lo que hace y por lo que vale, en la elevación del espíritu o en la búsqueda de amistad y comunicación... es querer engañar con palabras hueras a los nuevos prosélitos de la creencia. Algunos lo hacen "a sabiendas".
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