La necesidad de gritar: por una ONG del grito (1/2)


La moral del grito.- Es necesario comenzar a gritar. Es menester conseguir la organización teórica y práctica del GRITO.

El “grito”, como otra novedosa obra pictórica, convertido en “ley preconstitucional”:
Se le reconoce a toda persona el derecho a gritar ante las injusticias, el mal funcionamiento de las instituciones, el dispendio gubernamental, el acoso, etc. etc.


El grito duele más que la revolución y tiene consecuencias más duraderas. Éste es uno de los retos de la nueva sociedad. Saber gritar hará al hombre digno de ser escuchado.

La víctima nunca grita y si lo hace es amordazada con facilidad. Es el silencio de los demás el que ha sido durante siglos refugio de ególatras, ambiciosos, prepotentes, adinerados, jerarcas y demás ralea instalada en el poder.

Gritos en sus palacios, gritos en sus desplazamientos, gritos en sus restaurantes, gritos en sus consejos de administración, gritos en sus reuniones de gobierno... gritos continuos a favor del hombre.



Por una ONG del grito.- Es preciso desarrollar una nueva literatura, la del grito. Miles de grupos, miles de frases, ingeniosas, acres, irritantes, acerbas, duras, palabras como puñales recorriendo calles, pantallas de frases ante ministerios, en avenidas, en los cruces de caminos, como expositores de verdades...

Cuesta menos que muchas ONGes de la dádiva fácil y consigue mayores efectos.

Nada molesta tanto al que quiere guardar sus tesoros que decir cuánto y dónde los esconde.

¿Imaginamos al caminante seguido por una recua de perros ladrando continuamente? La próxima vez no sale a pasear o lo hace por otro sitio o da de comer previamente a los perros.
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