A vueltas con que si ciencia y religión son compatibles.

En primer lugar, los crédulos entienden por ciencia (especialmente si aplica sus métodos al hecho religioso) algo que desprecian y desde luego distinto a lo que en realidad es; las personas normales, por su parte, pueden presuponer en el término religión varios conceptos distintos.
Si por religión entendemos un “sentimiento de que algo misterioso flota sobre nosotros a lo que se puede llamar Dios”, claro que son compatibles. Ahora bien, ningún creyente admitirá tal concepto de religión. Si entendemos la “certeza de que existe un Ser sobrenatural que se manifiesta a los hombres y al cual se debe obediencia y adoración y que para adorarlo es necesario estar encuadrado en una sociedad determinada de crédulos”, rotundamente ciencia y religión se repelen.
De ahí que insistamos: ciencia y religión se repelen. Inteligencias perspicaces, avispadas o simplemente críticas dentro de su propio mundo religioso han entrevisto que la ciencia es la puntilla de las creencias. Quizá de buena fe han tratado de aunar algo que mutuamente se repele, ciencia y religión. Será una perogrullada, pero la razón no puede admitir lo irracional.
Con éxito dispar, en algunos casos notable, han surgido “religiones” –si así se las puede llamar— que aprovechan elementos de la ciencia concomitantes con la religión. La Iglesia Científica de Cristo comienza por una aceptación de la ciencia y genera todo lo contrario, una ideología espiritualista radical que tiene su justificación en “la curación”, quizá por la palabra (si lo consigue, será por obra del Espíritu Santo).
La Sociedad Teosófica, que recorre el camino inverso de la ciencia, defiende la investigación física de la Naturaleza, pero fustiga a quienes cierran tercamente sus ojos ante la evidencia de que... hay medios por los cuales las facultades perceptivas pueden pasar algunas veces de uno a otro plano [del natural al espiritual].
Iglesia de la Cienciología, religión “benjamín”, con su libro sagrado “La dianética”... Quizá una de las religiones más pretenciosas con supuestos creíbles, hasta aceptables --...el hombre debe pensar racionalmente y controlar sus propias emociones, poderosas pero trastornadoras-- pero cuyos líderes degeneran, cuando el éxito les sonríe, en creerse profetas y salvadores del mundo. Permítasenos la ironía: olvidan que casi todos los grandes fundadores pasaron primero, antes de resucitar, por algún tipo de suplicio.
Los métodos científicos son aceptables hasta el límite de lo aceptable: cuando comienzan a divagar en nuevos estados de conciencia, transformación en seres superiores, admisión de una tercera “dimensión” humana, el thetan, donde está la verdadera identidad inmaterial e inmortal del hombre; cuando subvierten el lenguaje y crean otros nuevos para relacionarse entre ellos; cuando su pretendida curación-depuración pasa por más de 50 niveles; cuando el aprendizaje del neófito es tutelado por pseudo-sacerdotes... cuando tal religión amontona tales “sustitutos” de los ritos de otras religiones, aunados con técnicas de la Psicología científica, cuando, como ellos dicen pretenden lograr la salvación, volvemos al mismo engendro engaña-bobos de la religiones organizadas.
Para encontrar al hombre no es necesaria tanta parafernalia. Y menos con pretensiones de novedad. Y, por otra parte, para eso ya tenemos las religiones establecidas, que al menos se presentan con una faz más aceptable