Exposición de religiosas medievales

Una frase de Shakespeare, que ha pasado a la histori, decía que cuando una mujer no se casaba recomendaba a la familia meterla en un convento como manera de que dejara de ser un estorbo.

Con la intención de demostrar la valía de estas mujeres se ha inaugurado en Londres (en octubre del año pasado y con la intención de que siga hasta marzo de este año) en la British Library, una exposición que quiere poner de relieve a las religiosas medievales porque los estereotipos negativos sobre sus personas las han hecho muy distintas de sus realidades. Esta exhibición pretende salir al paso de la idea de que estas mujeres tuvieron una vida muy limitada. Tiene por título Hablan las mujeres medievales y tras el recorrido nos permite conocer lo interesantes que fueron sus existencias…, aunque no estuvieran casadas ya que el matrimonio parecía ser el destino privilegiado de las mujeres. Sus vidas gozaron de una gran experiencia cultural ya que tuvieron la posibilidad de estudiar y hacer cosas creativas

            De sala en sala, los visitantes podrán ver pinturas desconocidas de las monjas, el primer texto en inglés escrito por una mujer y otros hechos que nos hablan de estas mujeres: libros de oración, impresos, telas y crónicas de sus vidas que demuestran que eran independientes, creativas y humanas. Sus manuscritos iluminados, que provienen de la Western Heritage Collections, no fueron nunca considerados ya que eran de monjas y para monjas. En esta exposición se presentan como la labor de un grupo

            Aparte de lo colectivo se van exponiendo a distintas religiosas como la abadesa alemana benedictina del siglo XII, Hildegarda de Bingen o la religiosa alsaciana Herrad of Lansberg, cuyas vidas y trabajos manifiestan lo prolíficas y consideradas que fueron tanto en el arte como en los textos religiosos. No podemos dejar de pensar que el arte medieval fundamentalmente se hizo en conventos, un origen y una expresión artística distinta de la que vemos en las galerías de arte modernas

            No tenían sus obras interés crematístico, sino que nacieron de impulsos religiosos, espirituales o con la intención de producir devoción. Obviamente no tuvieron la misma libertad que los artistas actuales, pero la gozaron dentro de sus límites y encontraron maneras de expresar su espiritualidad individual. Un ejemplo que nos da la exposición es el de una monja clarisa del siglo XV, Sibilla von Bondorf, que reprodujo imágenes de Cristo como gran pastor a las que les dio un gran giro ya que no llevaba sobre sus hombros un cordero, sino una monja pequeñita. Es una representación única en la historia de la Iglesia y de la que se valió esta religiosa para expresar sus sentimientos religiosos

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