Como dice Francisco: "Es una herida abierta en todo el mundo" La violencia contra las mujeres

La violencia contra las mujeres
La violencia contra las mujeres

"Hoy, 25 de noviembre, hemos de recordar que todas las dictaduras han intentado anular a las mujeres. O como mínimo a invisibilizarlas"

"En la larga lucha de las mujeres para defender su dignidad, la Iglesia, desgraciadamente, no siempre ha estado a su lado, ni las ha valorado como se merecen"

"La situación de persecución que viven las mujeres en Afganistán también es responsabilidad de Occidente, aunque no solo"

"También los cristianos hemos de entonar el 'mea culpa' y pedir perdón por la marginación de las mujeres en las comunidades cristianas"

"Las mujeres que sufren 'situaciones de exclusión, maltrato y violencia', son 'doblemente pobres', como dijo Francisco. Hace falta un gran pacto político, eclesial y social para erradicar esta plaga en pleno siglo XXI"

Hoy, 25 de noviembre, con motivo del día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, hemos de recordar que todas lasdictaduras, de la Unión Soviética al nazismo, pasando por el franquismo y hasta llegar a Afganistán, han intentado anular a las mujeres. O como mínimo a invisibilizarlas.

En la larga lucha de las mujeres para defender su dignidad, la Iglesia, desgraciadamente, no siempre ha estado a su lado, ni las ha valorado como se merecen. A diferencia de lo que hacía Jesús, que no solo no las rechazó nunca, sino que las acogió y, con ternura, las amó, como lo podemos ver en los Evangelios, con las mujeres que Jesús trató, como Juana, Susana, Salomé, Marta y María, la Samaritana, María Magdalena y las otras mujeres que acompañaban al Maestro por los caminos de Galilea, tal como recoge en su magnífico artículo, “Jesús i les dones”, el amigo Eduard Ibàñez (Catalunya Religió, 22 de julio de 2013).

Por eso el papa Francisco siempre ha defendido a las mujeres, afirmando incluso que “la Iglesia es femenina” y también, que “no se puede entender una Iglesia sin mujeres, pero mujeres activas, con su estilo”. Incluso el papa ha dicho que “es necesario hacer una profunda teología de la mujer”. El papa ha llegado a decir que “si soñamos con un futuro en paz, hemos de dar espacio a las mujeres” (Religión Digital, 21 de septiembre de 2021).

Por el contrario, los manuales del franquismo reducían a las mujeres a únicamente a esposas y a madres y a nada más. Estos manuales decían que “la vida de toda mujer no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse”. Y por eso la dictadura afirmaba que “las mujeres nunca descubren nada; les falta el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles”.

El franquismo (como todas las dictaduras), despreciaba a las mujeres y quería que fuesen sumisas: “En un matrimonio normal, siempre será la mujer la que tenga que hacer más concesiones”. Por eso la “Sección Femenina”, adoctrinaba a las mujeres así: “A través de toda la vida, la misión de la mujer es servir. Tampoco tenemos que tomar el deporte como pretexto para independizarnos de la familia, ni para ninguna libertad contraria a las buenas costumbres”.

Sección Femenina
Sección Femenina

Ante el fracaso de los estados en la defensa de los derechos y de la dignidad de las mujeres afganas, hace falta que la Iglesia (donde las mujeres son la mayoría) y la Europa de las naciones alcen su voz para mostrar su solidaridad con estas personas, maltratadas y marginadas en muchos países. Por eso el papa ha pedido que se busquen soluciones para acabar “con el ruido de las armas”, ante el horrible sufrimiento de este pueblo afgano, “martirizado”. El papa ha dicho también que las mujeres que sufren “situaciones de exclusión, maltrato y violencia”, son “doblemente pobres”, ya que “se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos” (24 de noviembre de 2013), como pasa actualmente con las mujeres.

Con todo, la situación de persecución que viven las mujeres en Afganistán (pero no solo en este país), también es responsabilidad de Occidente. Así lo resumía, muy acertadamente, el Dr. Àlex *Arenas, doctor en Física y catedrático del Departamento de Ingeniería Informática y Matemáticas de la Universitat Rovira i Virgili, en su *twitter (20 de agosto de 2021), cuando escribió: “Occidente ha proporcionado a los talibanes armas, entrenamiento militar, apps que permiten localización de personas y sobretodo los hemos enseñado a hacer política, es decir, a MENTIR. Qué esperábamos?”. Y ahora no se vale las lamentaciones inútiles y los golpes en el pecho.

Por otra parte, estoy totalmente de acuerdo con el artículo de la Sra. Tere Mollà, “Altres polítiques” (Levante, 18 de noviembre de 2021), cuando esta columnista considera que las Sras. Colau, Oltra, Hamed, Díaz y García, reunidas en València hace unos días, hacen el juego “al patriarcado”, que considera “la prostitución” (que no es sino una forma de esclavitud de la mujer) “como un trabajo más”. Y es que no promoviendo la abolición de la prostitución, “se está condenando a la explotación sexual a centenares de miles de mujeres en burdeles y pisos que se acaban por convertir en sus campos de concentración”.

Por eso Tere Mollà, muy acertadamente, denuncia que estas cuatro políticas (dos de las cuales, catalanoparlantes, y que en el acto en València despreciaron la lengua del País Valenciano), “no contemplen para nada este tema fundamental de la agenda feminista”. Incluso, como nos recuerda Tere Mollà en su artículo, y por difícil que sea de creer en una mujer, “Colau exhibe su posición sobre lo que ella llama “trabajo sexual”, que no es sino la explotación sexual de la mujer. O, como dice también Tere Mollà (por más chocante que sea) “la apuesta de Oltra de los llamados “asistentes sexuales” para personas con discapacidad”.

Como ha dicho el papa Francisco, “ninguna religió no justifica la violencia de los derechos de las mujeres y de las niñas”. Aún más: como dijo el papa en septiembre pasado, “la violencia a las mujeres es una herida abierta en todo el mundo” (Religión Digital, 22 de septiembre de 2021).

Pero también los cristianos hemos de entonar el “mea culpa” y pedir perdón por lamarginación de las mujeres en las comunidades cristianas. Por eso, con valentía, la jerarquía de la Iglesia y el laicado, habrían de defender el papel activo de las dones en el seno de las comunidades cristianas.

En este día por la eliminación de la violencia contra las mujeres, hace falta un gran pacto político, eclesial y social para erradicar esta plaga que, en pleno siglo XXI, continúa marginando, explotando e incluso matando a las mujeres. Por eso el papa Francisco, el viernes 12 de noviembre, en Asís, exigía “que es detenga la violencia contra las mujeres, se las respete y no se las trate como mercadería” (Religión Digital, 12 de noviembre de 2021).

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