Autor de "Francisco García Salve, preso político, cura obrero y sindicalista de CCOO" Juan A. Delgado: “García Salve fue condenado por criticar al Régimen franquista"

(Jesús Bastante).- Fernando García Salve es uno de esos curas obreros, sindicalistas, cercanos al pueblo, que hicieron posible en buena medida que en la Iglesia española entrara el Concilio... y la democracia en este país. Sin embargo, es uno de los grandes olvidados. Para acabar con este silencio, Juan Antonio Delgado presenta "Francisco García Salve, preso político, cura obrero y sindicalista de CCOO" (Endimion)

Vienes a hablarnos de un nuevo libro, de un personaje muy conocido en su época. Para el que desgraciadamente no hay demasiada memoria. Este libro, probablemente, sea un homenaje a su memoria. Vienes a hablarnos de Francisco García Salve. La primera pregunta es obligada para alguien de mi edad. ¿Quién es Francisco García Salve?

García Salve ahora va camino de los ochenta años. Es de la generación de Mariano Gamo. Fue un muchacho que nace en un pueblecito de Palencia y que, con el tiempo y una beca que le dieron, se metió a hacerse jesuita. Se dedicó durante muchos años a escribir artículos y más de cuarenta libros y, luego, cambió hacia lo social y político. Es procesado por sus acciones reivindicativas...

¿Por qué fue procesado?

Él pertenecía a Comisiones Obreras y se le procesa junto a otros compañeros por reividicar unas mejoras en las condiciones de los trabajadores.

¿A qué fue condenado?

A diecinueve años de cárcel. Nada más y nada menos, como al resto de los miembros del proceso. Fueron condenados, sobre todo, por criticar el Régimen franquista. Por defender los derechos humanos, estuvo en la cárcel de Carabanchel.

Cuenta en el libro, también, la experiencia de la concordataria. Es un tema extraño, poco conocido, lo de las cárceles para sacerdotes.

Sí, es un fenómeno que en el resto de Europa no se da. Él estuvo en la cárcel concordataria de Zamora. Suena a paradoja: España, el país nacionalcatólico, tiene una cárcel para curas. Claro, es que empezaba a haber muchos problemas con ellos, sobre todo con los vascos. Curas nacionalistas. Y, en medio de esos curas vascos, llegó García Salve. Entonces se mete a otros sacerdotes también por ser sindicalistas, aunque no pertenecieran sólo a Comisiones. Hay que recordar que García Salve, además de fundarlas, perteneció al Partido Comunista Español.

Era muy difícil ver en aquella época que un sacerdote, que un cristiano formara parte del PCE.

Sí. Date cuenta que, además, pertenecía a una aristocracia...La Compañía de Jesús. De la Iglesia, pero lo era. En el libro cuento cómo arremetió contra el clan Ibarra, de Bilbao. Él decide desclasarse. Se va con los pobres.

De entre esa burguesía eclesiástica, aparecen tres personajes: Salve, el padre Gamo, Llanos. Están ahí, pero pertenecen a la Compañía. ¿Cómo se casa?

Díez Alegría también... Hay diversos personajes, pero tuvo que ser difícil. A D. Alegría, por ejemplo, le desclasan después de pertenecer durante cuarenta años a la orden. Él no se retractaba y, por no obedecer, en el 70 dejó de pertenecer a la Compañía. Llanos perteneció siempre a la Compañía de Jesús, pero fue un hombre que desde el 55 se fue al Pozo a vivir, donde no había presencia alguna de la Compañía, sólo algunos jesuitas viviendo a su manera. El mismo García Salve, estuvo muchos años dentro de la Compañía de Jesús, siendo director y redactor de un par de sus revistas. Fue valorado, ya que estaba formado en las Humanidades más perfectas, como todos los que acabaron siendo expulsados o solicitaron salirse de la Compañía. Fue una trayectoria de jesuitas díscolos.

¿Dónde está, eclesiásticamente hablando, García Salve hoy?

Hoy es un hombre dedicado a vivir en su barrio, compartir con los vecinos. Vive en zona obrera, cerca del barrio del Pilar. Yo empecé a trabajar con él en 2011. Le pedí que fuera contándome, le entrevistaba, aunque él no quería salir de su vida oculta. Desde que había dejado de ser abogado laboralista -estudió Derecho en la cárcel de Zamora-, a lo que se dedicó en Comisiones Obreras, se dejó de periplos y ahora se dedica a escribir poesía. Escribe muy bien, tiene una cabeza muy lúcida.

Habiendo peleado por ese tipo de Iglesia, una Iglesia comprometida con los pobres, ¿cómo ve García Salve la Iglesia actual? El contraste entre la Iglesia española que estamos viviendo y la que parece representar el Papa Francisco.

Bueno, lo del Papa él lo ve como una esperanza. Le sitúa dentro de lo posible, pero, viendo la Iglesia española en concreto, se da cuenta de que todas aquellas reivindicaciones que hicieron con ánimo ya antes del Concilio, no se han materializado, por imposibles en España. Ahora ve un poquito de aliento en el Papa.

¿Paracaidista "del demonio"?

Esa expresión viene de hace muchos años, cuando se reunía la "Trinidad heterodoxa" de J.M. González Ruiz, J.M. Díez Alegría y Llanos y que había canónigos de la catedral de Málaga, a la que pertenecía González Ruiz, que les llamaban "paracaidistas del demonio" porque donde "aterrizaban" traían problemas a la Iglesia. Y ya la expresión se quedó para denominar a la disidencia, en este caso, el de García Salve, jesuítica. Hay muchas más trayectorias: la del obispo de Zamora, por no representar la "ortodoxia". Todos los curas que apoyasen esa forma social de ver la Iglesia tendrían que pasar por la cárcel. Hay un tema muy interesante... El del "cristianismo para hombres sinceros". Es la idea central de todos estos jesuitas progresistas. El cristianismo estaría inédito hasta que no se realizara y viviese por hombres sinceros. Hombres y mujeres.

¿Hoy siguen viviendo esas ideas?

Perviven en pequeños núcleos. En la gente de las comunidades cristianas sencillas, las que toman el cristianismo como una experiencia que vivir. Movimientos de Iglesia de tamaño reducido...

Dices al final del libro, en la solapa, "fe y militancia obrera; marxismo, sindicalismo, filosofía de la conciencia". ¿Son compatibles todos estos términos?

Lo que hicieron todos estos personajes, por supuesto en la praxis pero también en su faceta más académica, fue entablar un diálogo sincero con sus relaciones del cristiano y del marxista, cada uno a su nivel. García Salve lo llevó a la práctica perteneciendo al aparato central del Partido Comunista hasta que fue expulsado en el 81. Tenemos que recordar que se le expulsó por "pro-soviético" frente a la línea eurocomunista de Carrillo.

Por ser demasiado rojo.

Sí. Fue expulsado por eso. Y en aquellas lindes se empeñó en enraizar la experiencia de fe con la del marxismo. A Llanos, que hacía parecido análisis crítico, le pasó lo mismo en el 77. Fueron a la primera manifestación organizada del Partido Comunista, al primer mitin, y aquel levantamiento de puños de Llanos le trajo miles de problemas. Ellos conjugaban, sin problemas de conciencia.

¿Por qué no se conoce tanto a estos personajes?

Yo tengo dos o tres teorías, prudentemente, de por qué no se les ha reconocido lo suficiente. La Compañía de Jesús, por su parte, tiene muchos hombres eméritos, en acción y pensamiento, que ha guardado y ya está. No se por qué los guarda, pero los guarda y ya está. No ya García Salve: es que no se supo que Díez Alegría había sido jesuita. Y eso que no estuvieron dos días, sino años y años. No sé si fue prudencia de la Compañía o que son personajes que, hoy día, en nuestra Iglesia no creo que interesen mucho. Son parte de una memoria histórica, sobre todo porque enlazaron, como comentaba, cristianismo y marxismo, filosofía y crítica, a obediencia con la conciencia. Pero tuvieron elementos muy radicales. Eran incendiarios.

Lo digo porque, aunque desde la Iglesia no se les ha reconocido lo suficiente, sí, al menos, el espíritu de Díez Alegría, García Salve...casa mucho con los nuevos movimientos sociales y políticos que estamos experimentando en la España de hoy y que, con cierta posibilidad, puden alcanzar próximamente el poder para el futuro.

Es así. Pero creo que nos faltan referencias. Que las hay, pero que hay que sacarlas. Todos los personajes de ideas claras, como estos, que podamos. Que reivindicaron los derechos humanos, primero, y ya luego lucharon porque la Iglesia cambiara. Primero, que las personas tuvieran una dignidad y, ya dentro de eso, que la Iglesia se abriera. Que entendiera cuál era el trabajo con las personas, no como sus objetos sino, más bien, como sujetos. El otro día, cuando presenté en un colegio el libro de García Salve, estuvieron Cristina Almeida, Sauquillo...y el que hace el prólogo, Ignacio Fernández T., secretario general de Comisiones Obreras. También estaba García Salve. Y todos, desde su posición, agradecieron sencillamente tener estas referencias.

Francisco García Salve, preso político, cura obrero y sindicalista de CCOO. Dinos cómo podemos econtrar el libro.

En las librerías y, si se quiere solicitar online, hay que ir a la página Endimion, la de la editorial, que es bastante conocida. Son doscientas páginas en las que hay un trabajo largo de investigación y de entrevistas a García Salve con una parte final de archivos históricos inéditos, donde se han intentado recuperar cosas que no se conocían.

Otros titulares:

Fue condenado por criticar al Régimen franquista; por defender los derechos humanos.

En España Existió una trayectoria de "jesuitas díscolos".

Aunque a la Iglesia española ni el Concilio trajo novedad, el Papa es una esperanza.

A los religiosos de la disidencia de Iglesia les llamaban "paracaidistas del demonio".

García Salve entabló un diálogo sincero entre su faceta de cristiano y su faceta de marxista

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