La Conferencia Nacional de los Obispos Brasileños celebra del 19 al 28 de abril su 60ª Asamblea General, que Mons. Edmilson Tadeu Canavarros dos Santos define como "bastante exigente, sobre todo porque se vuelve exigente en este proceso y en el ritmo que se establece". Pero al mismo tiempo, el obispo auxiliar de Manaos destaca que "la asamblea para mí es siempre una gran oportunidad para que la Iglesia en Brasil se encuentre a través de los pastores, que son los obispos, que representan cada porción, cada lugar de nuestro inmenso Brasil".

Sentir que somos uno

Es un momento que es "sin duda una satisfacción de comunión y participación y de sentir que somos uno. Esto nos alivia mucho en lo que realmente se requiere de la asamblea", destacó Mons. Canavarros. En relación a la sinodalidad, tema presente en la reflexión de la 60ª Asamblea General de la CNBB, ésta "es una realidad que se hace por el camino que cada diócesis ha trazado, que es un camino de continuidad con algunas perspectivas, especialmente por ejemplo el camino de la Iniciación a la Vida Cristiana, el camino de la reflexión bíblica, catequética, que se convierte cada vez más en una necesidad urgente de llegar realmente a las personas en esa adhesión y en ese verdadero encuentro con Jesucristo que se da a través de la Palabra, en un camino de fe más progresivo, más exigente, más auténtico".

En este camino sinodal, de ida y vuelta, en relación con la Iglesia de Manaos, que ha vivido su propio proceso sinodal, Mons. Tadeu Canavarros ve como una característica que llama mucho la atención en la Iglesia en la que es obispo auxiliar, "la participación de los cristianos laicos, y esto es muy interesante porque la propuesta que viene, tiene una repercusión muy positiva y al mismo tiempo exigente de la propia respuesta singular de la Iglesia, que nos ayuda mucho a hacer este camino de ir a las bases y desde las bases construir realmente estos caminos de fe".

Diálogo con el que piensa diferente

Sobre el desafío de la comunión en un episcopado tan grande y diverso como el brasileño, Mons. Canavarros cree que "la primera cuestión es lo que somos, no somos dueños de la Iglesia, sino hombres que se colocan en la construcción del servicio". En este sentido, destaca que "la particularidad que tenemos es que podemos trasladarnos de iglesia en iglesia, lo que también nos ayuda a generar esta comunión". Junto con esto, el obispo auxiliar de Manaos afirma que otra cuestión importante "es la fraternidad entre los obispos, en cada momento y en cada asamblea, siempre este gran momento de encuentro, de compartir, de conocimiento, de realmente tener un diálogo con el que piensa diferente, y cómo puedes poner tus ideas y al mismo tiempo compartir estas ideas, y al mismo tiempo estar abierto a acoger al otro que es diferente".

Con relación a la elección de los nuevos cargos, que comienza el próximo lunes, el obispo cree que "hay una conciencia cada vez más clara de que los cargos están al servicio de la construcción de una Iglesia que tiene una proporción continental como Brasil, pero al mismo tiempo al servicio de la evangelización. Todos los cargos, y ahora hay este intercambio, si se analiza bien lo que esto significa, es estar al servicio de esta institución para que la evangelización se realice realmente en todos los rincones de nuestro Brasil".