60ª Asamblea General de la CNBB se celebra en Aparecida de 19 a 28 de abril Recorrido brasileño al Sínodo 2021-2024: Proceso cíclico entre el Pueblo de Dios, las Iglesias locales y la Iglesia universal

Percuso Sinodal no Brasil
Percuso Sinodal no Brasil

El Sínodo 2021-2024 comenzó con la Fase Diocesana, que tuvo lugar entre octubre de 2021 y agosto de 2022, dando paso a la Fase Continental, que se cerró el 31 de marzo

El proceso cíclico marcará todas las fases del Sínodo, como ocurrió en la consulta diocesana para la Etapa Continental en torno a tres cuestiones: experiencias nuevas o iluminadoras, tensiones o divergencias sustanciales y prioridades, temas recurrentes o llamadas a la acción

La conversación espiritual es una metodología para que los grupos no se convirtieran en un lugar de discusión sino de discernimiento para llegar a un consenso comunitario

Un elemento que marca, o debería marcar, la vida de la Iglesia a todos los niveles es el Sínodo 2021-2024, que recientemente concluyó su Etapa Continental. Dentro de los trabajos de la 60ª Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), que se celebra en Aparecida del 19 al 28 de abril de 2023, se presentó el recorrido brasileño en el actual Sínodo, liderado por el Equipo Nacional de Animación del Sínodo, un equipo sinodal, con tres obispos, cinco sacerdotes diocesanos, dos religiosos, dos religiosas y dos laicas.

Mariana Venâncio

Un camino liderado por el Equipo Nacional de Animación

Este equipo, en nombre del cual la laica Mariana Venancio presentó el camino recorrido, ha desarrollado un trabajo de dinamización y asesoramiento para la realización de la etapa diocesana, elaborando posteriormente la Síntesis Nacional, realizada a partir de las síntesis diocesanas, que fue entregada el 15 de agosto de 2022 a la Secretaría General del Sínodo. Posteriormente, fue este equipo el que organizó la participación brasileña en la Etapa Continental, incluyendo una nueva escucha y síntesis.

Como se recordó, el Sínodo 2021-2024 comenzó con la Fase Diocesana, que tuvo lugar entre octubre de 2021 y agosto de 2022, dando paso a la Fase Continental, que se cerró el 31 de marzo. Con los resultados de las asambleas continentales se elaborará el Instrumento de Trabajo para la primera sesión de la Asamblea Sinodal que se celebrará del 4 al 29 de octubre de 2023. En esta 60ª Asamblea General se elegirá a los obispos representantes de la CNBB. Un proceso que en octubre de 2024 tendrá su segunda sesión de la Asamblea Sinodal.

261 diócesis participantes

En Brasil, 261 diócesis enviaron su síntesis, lo que representa el 93% del total, que fue la base para la elaboración de la Síntesis Nacional, junto con otras contribuciones. Todo el proceso sinodal es cíclico, como se ha indicado, superando así los procesos lineales, hablando de un proceso de restitución que lleva a un diálogo entre el Pueblo de Dios, las Iglesias locales y la Iglesia universal, como se ha destacado.

La Etapa Continental en América Latina y el Caribe se desarrolló en 4 asambleas, participando Brasil en la Asamblea del Cono Sur realizada en Brasilia del 6 al 10 de marzo. Estas asambleas fueron facilitadas por el equipo elegido por el Celam, que elaboró, entre el 17 y el 20 de marzo, la Síntesis Continental que expresa el discernimiento realizado en las 4 asambleas, texto que fue leído del 21 al 23 de marzo por los secretarios generales y presidentes de las Conferencias Episcopales, enviado a la Secretaría del Sínodo, y que está disponible en la página web del Celam.

60ª AG CNBB 21 abril

Procesos cíclico

El proceso cíclico marcará todas las fases del Sínodo, como ocurrió en la consulta diocesana para la Etapa Continental en torno a tres cuestiones: experiencias nuevas o iluminadoras, tensiones o divergencias sustanciales y prioridades, temas recurrentes o llamadas a la acción, un trabajo al que respondieron 183 diócesis brasileñas, un número menor debido a la rapidez con que se realizó y al tiempo en que tuvo lugar, durante las vacaciones.

Los delegados brasileños llevaron a la Etapa Continental del Sínodo diez prioridades: espiritualidad eclesial centrada en la persona de Jesús; ensanchar la tienda; laicado, con especial atención a las mujeres y a los jóvenes; formación para la sinodalidad; estructuras de comunión y participación; diálogo con la sociedad, ecumenismo y diálogo interreligioso; Iglesia misionera al servicio de la caridad; comunicación y mundo digital; superación de la ideologización de la fe; conversión pastoral y evangelización.

Conversación espiritual

De la Asamblea Continental se destacó la metodología de la Conversación Espiritual. Los participantes se dividieron en comunidades de discernimiento que se reunían cada día para meditar y responder al documento preparatorio a través de tres pasos: escucha activa, escucha receptiva, compartir lo que nos toca más profundamente. Una metodología para que los grupos no se convirtieran en un lugar de discusión sino de discernimiento para llegar a un consenso comunitario. El número total de participantes fue de 407, el más alto en la asamblea del Cono Sur (177), donde Brasil tuvo 80 participantes en representación de las vocaciones eclesiales.

La mayor novedad del proceso es el texto de la Síntesis Continental, con ocho ejes temáticos, que resumen lo discernido en las asambleas, y cuatro cuestiones centrales, donde aparecen propuestas para la sesión sinodal de 2023.

60 AG CNBB 21 abril

Preguntas centrales

Las preguntas centrales, presentadas como propuesta del Continente para la Asamblea Sinodal, son: Necesario y constante proceso de conversión eclesial con vistas a una Iglesia sinodal misionera, que concierne a las relaciones entre eclesialidad, sinodalidad, ministerialidad y colegialidad y encuentra su fundamento en la eclesiología del Concilio Vaticano II, a partir de la noción de Pueblo de Dios; La primacía de una espiritualidad de comunión sinodal, cuya centralidad es la fidelidad a Jesucristo y la misión evangelizadora a los pueblos; «Considerar el admirable intercambio entre el magisterio del Pueblo de Dios, los pastores y los teólogos»,(n. 101); «Redefinir las mutuas implicaciones entre lo particular y lo universal, el valor de la experiencia eclesial en las periferias y su impacto en el conjunto, el justo y tenso equilibrio entre las prioridades locales, nacionales, regionales y globales, y el desafío de abrirse a la armonía, obra del Espíritu» (n. 106).

De cara al camino futuro, se discutió la continuidad del proceso en las diócesis, el Instrumento de Trabajo para la Fase Universal y la elección de los obispos que representarán a Brasil en la Asamblea Sinodal. Junto con esto, se destacó la necesidad de formación para la sinodalidad, que no es un evento, sino una forma de ser Iglesia, una espiritualidad sinodal, y de asumir el gran descubrimiento de la Fase Continental, la metodología de la Conversación Espiritual, que es capaz de desatar los espíritus y favorece la comunión.

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