Amar sin condiciones

Por supuesto no es una idea inventada, porque Jesús en el evangelio ya nos lo dice con la parábola de la semilla. Una que cae en tierra buena, en terreno pedregoso… ¿qué tipo de tierra somos nosotros? ¿dejamos que la semilla crezca? Esa es la pregunta que deberíamos hacernos porque la teoría la conocemos todos, pero cómo lo vivimos, tal vez nos dejamos llevar por nuestro gusto o comodidad sin pensar en qué es lo verdaderamente bueno.
A lo largo de nuestra vida nos encontramos en situaciones que hemos de decidir, pensar… pero también se nos manifiesta a su vez la voluntad de Dios y nosotros somos conscientes de ello, pero no es algo impuesto sino una invitación de un amor personal, como dice Merton en su libro. El amor de Dios únicamente busca abrir nuestros ojos, mostrarnos un camino de felicidad… pero también hemos de morir al yo exterior, porque en el camino del Amor, sólo vale la entrega, el pensar en el otro, en ver la necesidad y en vivir únicamente para amar sin condiciones, porque es lo único que nos hace ser verdaderamente nosotros. Texto: Hna. Conchi García.