"Venid a mí los que estáis cansados"

Somos muchos los que en el día a día experimentamos diversas formas de cansancio, no solo físico sino espiritual o moral, porque la vida suelen llegarnos con preocupaciones que desembocan en situaciones cargadas de dificultad. Muchos afirmamos que nos gustaría tener una vida tranquila, serena, y no sabemos como hacer, porque vivimos en un mundo agitado por muchas cosas. Nos gustaría que nuestros los días y los de las personas que amamos, transcurrieran sin dolor, sin lágrimas, ni penas como en una sonrisa que no acabase nunca. Pero la experiencia nos dice que no siempre es así, que no logramos por nosotros solos esa serenidad en los momentos de dolor o en los días cargados de sufrimiento causado por males que no sabemos o no podemos remediar.
Cada mañana, cuando suena el despertador, cuando tomo conciencia del nuevo día mi deseo consciente es ponerlo todo en manos de Dios, y pedirle que me ayude y nos ayude a vivir en confianza que sepamos recurrir Él que nos acoge y consuela, porque su yugo es llevadero y su carga es ligera. Hna. Carmen Solé.