No derrumbarse, tener confianza

Resucitado
El día se abre con una luz radiante, la tierra está en fiesta, es un día alegre: Cristo ha resucitado. Nos trae la justicia y la paz.“Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna” (Salmo 71, 7). Sí, realmente Jesús trae al mundo la justicia y la paz. Pero esto no es tan evidente cuando abrimos el periódico, la TV, o simplemente salimos a la calle. Entonces nos puede invadir el desaliento, nos podemos derrumbar pensando que esto de la alegría pascual será para unos pocos, la mayoría de la humanidad vive en la discordia, el enfrentamiento, el odio, la guerra, la miseria.

¿Qué hacer? ¿Quedarnos de brazos cruzados, desanimados como los apóstoles el sábado santo? No, Cristo ha resucitado pero pide nuestra colaboración. Él dijo a sus apóstoles, nos pide a cada uno de nosotros: “Id por el mundo y anunciad la Buena Nueva”. Tenemos que anunciar su resurrección con palabras y gestos. Hay tantas cosas que podemos hacer: Una sonrisa, ofrecer nuestro brazo a un anciano que camina con dificultad, una palabra de aliento al que lo está pasando mal,... hay muchas maneras de enjugar las lágrimas ajenas a nuestro alcance.

Tenemos un largo camino a recorrer y Jesús nos dijo que Él es camino. Recorramos por este camino iluminados por su luz que nos conducirá a su término a la Pascua eterna y no entraremos solos sino acompañados de aquellos a los que gratuitamente hayamos tendido nuestra mano. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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