El purpurado oficia el funeral de Estado de David Sassoli Cardenal Zuppi: "Damos gracias al Señor por David. Fue bendecido incluso en la aflicción"

"El Evangelio nos habla de la Beatitud. Eso sí, estas bienaventuranzas no son diferentes de la felicidad humana, de hecho es precisamente la felicidad plena, la misma que todos buscamos. La bienaventuranza del Evangelio no es una recompensa final de sufrimiento por algún sacrificio, sino la liberación de las interminables caricaturas pornográficas de una felicidad de bienestar individual a cualquier precio. ¡No hay alegría sola! La alegría del Evangelio une, no divide de los demás, y no buscamos una alegría barata, sino una verdadera y duradera".

Durante su homilía en el funeral de Estado de David Sassoli, el Card. Matteo Zuppi, que presidió la misa, retomó el significado de las bienaventuranzas evangélicas. Luego dijo: "Debo decir que al ver cuánto amor se ha reunido en torno a David y su familia en estos días, comprendo con mayor claridad que la alegría proviene de lo que uno da a los demás y que luego, sólo después de haberlo dado, lo recibe, siempre, porque la alegría está en el ser y no en el tener, en el pensarse para y no en la búsqueda del interés propio o ajeno".

"Preguntémonos qué tenemos que dar a los demás para que sean felices, porque mi felicidad es la suya. Es cierto, como alguien dijo sabiamente, que siempre debemos ver la vida a través de los ojos de los demás. Por eso damos gracias al Señor por David. Fue bendecido incluso en la aflicción, durante su enfermedad, que aceptó con dignidad, sin hacerla pesada, gastando hasta el final, invitando a todos a mirar lejos, viviendo con la fuerza de sus ideales y el amor que tanto le rodeaba y acompañaba. Esta es la dicha plena que David vive hoy y que nos recuerda con su vida. David era un hombre de partido, pero también un hombre de todos, porque su partido era el de la persona. Por eso para él la política era, y debe ser, para el bien común y la democracia siempre inclusiva, humanitaria y humanista".

El cardenal añadió: "por eso quería una Europa unida con sus valores fundacionales, a la que sirvió para que sus instituciones funcionaran, a la que amó porque era hijo de la generación que había visto la guerra y los horrores del genocidio y la violencia pagana nazi y fascista, de los muchos nacionalismos, era hijo de la resistencia y de sus valores, aquellos en los que se funda nuestra República y que inspiraron a los padres fundadores de Europa. De ese inmenso sufrimiento nació su compromiso. No ideologías, sino ideales; no cálculos, sino una visión porque ni siquiera Europa puede vivir para sí misma, porque el cristianismo no es una idea, sino una persona, Jesús, que pasa a través de las personas y en la historia".

A continuación, Zuppi citó algunos pasajes del mensaje de Sassoli para la pasada Navidad. Finalmente, leyó las palabras de David María Turoldo: "Dios de la vida, eres tú quien nace, quien sigue naciendo en cada vida. Voz para los que mueren ahora: porque no mueren, nadie muere: nada ni nadie muere porque Tú eres. Tú eres y todo vive, es el Todo en ti el que vive: ¡incluso la muerte!".

El Cardenal concluyó: "Que Jesús os abrace en su gran misericordia. Que tenga un buen viaje. Descansa en paz y tu sonrisa nos recordará siempre que hay que buscar la felicidad y construir la esperanza, hermanos todos".