Esta es la 'Síntesis sinodal' del encuentro celebrado en Praga La Iglesia europea cierra su asamblea sinodal comprometiéndose a "tomar decisiones concretas y valientes sobre el papel de la mujer en la Iglesia"

Concluye el 'cónclave' de la Iglesia europea
Concluye el 'cónclave' de la Iglesia europea CCEE

"El Espíritu nos pide que escuchemos el grito de los pobres y de la tierra en nuestra Europa, y en particular el grito desesperado de las víctimas de la guerra que piden una paz justa"

El texto final admite "el dolor de las heridas que jalonan nuestra historia reciente, empezando por las que la Iglesia ha infligido a través de los abusos perpetrados por algunas personas en el desempeño de su ministerio u oficio eclesial, y terminando por las causadas por la monstruosa violencia de la guerra de agresión que ensangrienta Ucrania y el terremoto que ha asolado Turquía y Siria"

Buscarán "explorar formas para un ejercicio sinodal de la autoridad, es decir, el servicio de acompañar a la comunidad y salvaguardar la unidad"

"El Espíritu nos pide que escuchemos el grito de los pobres y de la tierra en nuestra Europa, y en particular el grito desesperado de las víctimas de la guerra que piden una paz justa". Concluye el grueso de la Asamblea Sinodal europea(hasta el 12, a partir de ahora, solo continuarán los presidentes de las Conferencias Episcopales, para "revisar colegialmente la experiencia sinodal vivida en común"), con la publicación de las 'recomendaciones finales', en las que la Iglesia del Viejo Continente asumen el compromiso de "tomar decisiones concretas y valientes sobre el papel de la mujer en la Iglesia".

"Hemos profundizado en las percepciones que las comunidades eclesiales de nuestro continente han adquirido a través del proceso sinodal, así como en las tensiones e interrogantes a los que se enfrentan las Iglesias europeas", apunta el texto, que admite "el dolor de las heridas que jalonan nuestra historia reciente, empezando por las que la Iglesia ha infligido a través de los abusos perpetrados por algunas personas en el desempeño de su ministerio u oficio eclesial, y terminando por las causadas por la monstruosa violencia de la guerra de agresión que ensangrienta Ucrania y el terremoto que ha asolado Turquía y Siria".

Perdón por las heridas, amar la diversidad

Un trabajo "no exento de problemas y dificultades" pero que ha permitido a los participantes "mirar a los ojos a la Iglesia que está en Europa". "Hoy que podemos afirmar que nuestra Iglesia es bella, portadora de una variedad que es también nuestra riqueza", pese a las heridas, por las que "necesita pedir perdón para poder avanzar realmente hacia la reconciliación, la sanación de la memoria y la acogida de los heridos".

"Necesitamos amar la diversidad dentro de nuestra Iglesia y apoyarnos mutuamente en la estima, fortalecidos por nuestra fe en el Señor y el poder de su Espíritu", constata el documento, que aboga por "seguir caminando en estilo sinodal", entendido como "una forma de vida". Así, proponen convertir esta asamblea "en una cita periódica" para "abordar los temas en los que nuestros esfuerzos deben madurar e intensificarse: el acompañamiento de las personas heridas, el protagonismo de los jóvenes y las mujeres, la apertura al aprendizaje de las personas marginadas, etc.".

Entre los temas abordados, los sinodales destacan "el diálogo ecuménico e interreligioso", que "ha resonado con fuerza", viendo la Iglesia sinodal como "un modo de concretar la igualdad en dignidad de todos los miembros de la Iglesia".

Prioridades de la Iglesia europea

¿Cuáles son las prioridades de esta asamblea europea? En primer lugar, "profundizar en la práctica, la teología y la hermenéutica de la sinodalidad", para "abordar el sentido de una Iglesia totalmente ministerial, como horizonte en el que situar la reflexión sobre los carismas y los ministerios (ordenados y no ordenados) y las relaciones entre ellos", y "explorar formas para un ejercicio sinodal de la autoridad, es decir, el servicio de acompañar a la comunidad y salvaguardar la unidad".

Por otro lado, la Asamblea se compromete a "aclarar los criterios de discernimiento para el proceso sinodal y a qué nivel, desde el local hasta el universal, deben tomarse las decisiones", así como "tomar decisiones concretas y valientes sobre el papel de la mujer en la Iglesia y sobre su mayor participación a todos los niveles, incluso en los procesos de toma de decisiones", así como "considerar las tensiones en torno a la liturgia, para incluir sinodalmente la Eucaristía como fuente de comunión".

Superar la fractura entre fe y cultura

"El cuidado  de la formación a la sinodalidad de todo el Pueblo de Dios, con particular atención al discernimiento de los signos de los tiempos con vistas al cumplimiento de la misión común" es otro de los ejes, así como "renovar el sentido vivo de la misión, superar la fractura entre fe y cultura para volver a llevar el Evangelio al corazón de la gente, encontrar un lenguaje capaz de articular tradición y actualización, pero sobre todo caminar con la gente en lugar de hablar de ella o a ella".

"El Espíritu nos pide que escuchemos el grito de los pobres y de la tierra en nuestra Europa, y en particular el grito desesperado de las víctimas de la guerra que piden una paz justa", culmina el documento, que invita a "entrar en la dinámica de comunión, participación y misión" para convencerse de que "amar a nuestra Iglesia europea significa entonces renovar nuestro compromiso de llevar adelante esta misión, incluso en nuestro continente, en una cultura marcada por las numerosas diferencias que conocemos".

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