Modelo de pasarela: ¿cuerpo vivo o percha?

Esta expresiva acuarela me la regaló hace años el genial dibujante Ragel, virtuoso de la esqueletomaquia (pulsar aquí para contemplar el cuadro a mayor tamaño).Todo lo dibujaba este extraordinario pintor en esqueleto. Su ascética mirada eliminaba carnes y nervios: huesos y ropa eran sus únicos recursos gráficos(pulsar) . Recuerdo, como su principal creación, estampas del caballero de la tristísima figura, un Don Quijote descarnado. Identificado literariamente con tan ascético héroe, se me escaparon unos versos:
Si yo fabricara el mundo,
sería sin carne: hueso.
Con azules calaveras
y rotundos esqueletos.
Rayos X redentores
me llevarían adentro:
a la raíz, a la esencia,
sin olas de sangre ardiendo.
Ay, cómo pesa tu carne,
Sancho, tragón irredento.
¡Aire! Yo no quiero abrigos
grasos. ¡Vestidme con viento!
Si yo frabricara el mundo,
sería sin carne: hueso.
Arremetiendo molinos
con mi lanza y con mis sueños.
Por aquellos tiempos de cilicio y disciplina me atraía esa espiritualidad barroca del menosprecio del cuerpo y del mundo. Pero mi teología de hoy me demanda subir a Dios por el placer, la verdad, la bondad y la belleza.
¿Cuerpos vivos o perchas? Para Ragel, perchas, estilizadas perchas-huesos a las que colgar flameantes vestidos... Como en nuestras pasarelas, como en la publicidad de productos para adelgazar... (Recordad el ejemplo contrario del pasado post, sobre Cantar 7,1-6, con una novia de prietas carnes y elegante atavío...)