Luto y tristeza en el monasterio de San Juan de Acre Fallece Sor Isabel a los 97 años, una de las dos únicas religiosas de la Orden de Malta en el monasterio de Salinas de Añana

Fallece Sor Isabel a los 97 años, una de las dos únicas religiosas de la Orden de Malta en el monasterio de Salinas de Añana
Fallece Sor Isabel a los 97 años, una de las dos únicas religiosas de la Orden de Malta en el monasterio de Salinas de Añana

Las características de la comunidad de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta permite mantener el convento con pocas religiosas. De hecho ahora solo eran dos, Sor Virginia y Sor Isabel, las moradoras de este convento

La Reverenda Madre del convento de San Juan de Salinas de Añana, sor Isabel Angulo, falleció ayer, 29 de septiembre, a los 97 años de edad tras una larga y fecunda vida ligada a la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta, conocida popularmente como la Orden de Malta.

Natural del pueblo alavés de Arreo, sor Isabel era la segunda de cuatro hermanos. De familia profundamente religiosa. Esta mujer salinera nació en 1928 siendo muy devota de la Virgen de Angosto. Ingresó como religiosa en este convento en 1951, a los 21 años de edad y allí permaneció hasta la actualidad en sus labores de oración, meditación, contemplación y acogida a peregrinos. 

La espiritualidad de estas religiosas sanjuanistas, según sus constituciones, es “glorificar a Dios con la santificación propia, por medio de la observancia del Santo Evangelio, de los votos, de la Regla y Constituciones y practicar la Hospitalidad en la forma posible con la clausura papal que observan las Religiosas Sanjuanistas”

El año pasado celebró su cumpleaños recibiendo a través de la reja de clausura una tarta que le llevaron. 

Sor Isabel Orden de Malta 23

Su funeral será de cuerpo presente el miércoles, 1 de octubre, a las 12:00h en la iglesia del Monasterio de San Juan de Acre, donde también será enterrada en el cementerio donde descansan más de un centenar de religiosas de esta misma Orden de Malta. Tanto su misa como enterramiento estará presidido por el Vicario Episcopal de Vida Consagrada, Manuel Gómez-Tavira.

En su vida destaco un fuerte compromiso por el carisma propio de la Orden de San Juan de Jerusalén: la hospitalidad. Durante años se dedicó a cuidar y atender a las Hermanas mayores y enfermas de la Comunidad religiosa. Colaboró durante 3 años en el refuerzo de las Hermanas del Monasterio de Santa María de Sigena en Huesca y recordaba con inmenso cariño esos inolvidables años de servicio dentro de la Federación. Unos días previos a su partida a la Casa de Padre, recordaba como toda su vida intentó hacer el bien a todos, también a los necesitados que pasaban por el Monasterio. Su buena salud que le acompañó casi hasta el final de sus días, le permitieron disfrutar de acontecimientos importantes dentro de la Orden, y ofreció sus oraciones, particularmente el Santo Rosario, por nuestro carisma y las situaciones actuales de la Iglesia y del mundo.

Esta orden religiosa fue fundada en el año 1048 y está presente en 120 países y con unos 700 miembros en España donde atienden, entre otros servicios, hospitales, comedores sociales y residencias de ancianos. A nivel mundial, esta asociación de fieles y religiosos tiene dos conventos destinados a religiosas de clausura, uno de ellos en la isla de Malta y otro, aquí, en Álava. Se trata del Real Monasterio de San Juan de Acre de Salinas de Añana, único en España y ubicado en este lugar desde el siglo XVI y donde residió esta religiosa hasta los 97 años.

Non solum sed etiam

Las características de la comunidad de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta permite mantener el convento con pocas religiosas. De hecho ahora solo eran dos, Sor Virginia y Sor Isabel, las moradoras de este convento.

Durante el verano han acogido una experiencia monástica para jóvenes con una buena acogida. Se da la circunstancia ahora de que el convento de Salinas de Añanas es el único que queda en la península de esta Orden, rica en proyectos solidarios y actividades pero escasa, como la mayoría, en vocaciones. 

Las monjas de Añana siempre han tenido el respaldo de la Orden de Malta y el acompañamiento de muchos fieles que se acercan al convento y lo seguirán haciendo para acompañar a Sor Virginia hasta que la Providencia repoble este monasterio con cinco siglos de historia.

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