Los últimos fueron los primeros Investigadores españoles destacan el uso de un medicamento contra el COVID que, además, Cáritas distribuye en Latinoamérica

Investigadores españoles destacan el uso de un medicamento contra el COVID que, además, Cáritas distribuye en Latinoamérica
Investigadores españoles destacan el uso de un medicamento contra el COVID que, además, Cáritas distribuye en Latinoamérica VLG

Comercializado desde 1981

el uso de este fármaco está extendido en todos los vicariatos del país andino

El debate ahora se centra en seleccionar una dosis eficaz con el mejor perfil de seguridad y la menor toxicidad posible

Un grupo de profesionales sanitarios vinculados al Instituto de Investigaciones Sanitarias de Bioaraba acaban de publicar un artículo sobre el “uso potencial de ivermectina para el tratamiento y profilaxis de la infección por SARS-CoV-2: eficacia de la ivermectina para el SARS-CoV-2” 

Enlace del artículo de los investigadores españoles

https://www.oatext.com/potential-use-of-ivermectin-for-the-treatment-and-profilaxis-of-sars-cov-2-infection-efficacy-of-ivermectin-for-sars-cov-2.php#gsc.tab=0 

Al parecer este medicamento, la  ivermectina, es una lactona macrocíclica con una actividad farmacológica antiparasitaria de amplio espectro. Es el derivado semisintético más seguro y eficaz de toda la clase de avermectinas. Comercializado desde 1981, su bajo costo, alta eficacia y seguridad, y el marcado tropismo de helmintos (por lo tanto, casi sin impacto en la bioquímica humana) han llevado a la inclusión del medicamento en la 21ª Lista de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud.”

Este medicamento viene usándose desde hace años en países afectados por infecciones de todo tipo. En África, Asia y Latinoamérica es de uso común. No solo en personas, sino también en su versión veterinaria. 

Desde Radio Madre de Dios, en la Amazonía peruana, nos confirman que  “Cáritas distribuye este medicamento. Que en Quillabamba se creó un laboratorio que lo fabrica y que hasta en la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios (Unamad), a través de la Dirección Regional de Salud (Diresa), se elabora ivermectina de consumo humano, como una estrategia para afrontar al coronavirus.” Así mismo, el Gobernador de esta misma zona, D. Luis Hidalgo, que es médico, ha pedido desde hace meses que se use para la prevención, ya que disminuye la carga viral. Ha realizado campañas por todo el departamento logrando reducir los contagios”. También aseguran desde Radio Madre de Dios que muchas personas han consumido en algunas ocasiones, a falta del medicamento para los humanos, la versión veterinaria diluida en leche”. 

En una noticia fechada en septiembre del año pasado se decía que el laboratorio de Madre de Dios producía mil dosis diarias de este fármaco. 

Al parecer el uso de este fármaco está extendido en todos los vicariatos del país andino. 

En el artículo citado al principio se dice: “se ha observado que aquellos países con administración profiláctica de fármacos de forma rutinaria tienen menor incidencia de COVID-19. Por tanto, un estudio realizado por Hellwig, et al. la recopilación de datos de países que utilizan farmacoterapia profiláctica para el tratamiento de otras infecciones, detectó una menor incidencia de COVID-19 en pacientes tratados con ivermectina en dosis de 150-200 µg / kg (p <0,05) [35], sin observarse ninguna observación notable diferencia entre dosis.”

En la última parte del artículo consideran que “La evidencia científica revisada en este manuscrito parece indicar claramente que la ivermectina es eficaz en el tratamiento a corto plazo y la profilaxis de COVID-19. El debate ahora se centra en seleccionar una dosis eficaz con el mejor perfil de seguridad y la menor toxicidad posible.” 

Varios países se van sumando a la autorización para su uso, aunque de momento hoy siguen siendo más las reservas y cautelas, especialmente entre los países del llamado primer mundo. 

Non solum sed etiam 

Otra vez más los últimos son los primeros. A falta de más estudios, y de que los organismos internacionales y los gobiernos de muchos países lo sigan aceptando, desde 1981 existe un medicamento, la ivermectina, que reduce los efectos del COVID-19. Nacida para hacer frente a enfermedades del Tercer Mundo, hoy podría salvar al mundo entero. 

Este medicamento, además de la necesidad de un aval institucional, tiene otro gran problema. No da muchos beneficios, su coste es muy bajo y su producción muy sencilla. 

¡Así no se sostiene la industria farmacéutica! 

¡Pero el estudio no dice que sustituya a la vacuna!

Ya, pero ¿Y si crece el número de escépticos de las vacunas porque con esto se puede ir tirando? 

Ironías de la vida, quizá una vez más los últimos siguen siendo los primeros.  

Por otro lado, hemos de tener en cuenta que los criterios de unos países a otros varían, y en mucho a veces. Entiendo perfectamente que las instituciones sanitarias y políticas de nuestros países del primer mundo sean más cautos, más allá de la cuestión de beneficios económicos para la industria farmacéutica. La consecuencia es que si este fármaco es apropiado acabará llegando pero cuando tenga todos los controles y bendiciones. Aquí se prefiere ir dando los pasos sobre seguro. En aquellos países donde una gran parte de su población convive con el hambre, la miseria, las enfermedades tropicales, … cualquier alternativa que de un mínimo buen resultado, aunque sea a corto plazo, es adoptada sin miedo, con decisión, con arrojo, … y si funciona eso que llevan por delante. Eso acaba provocando que, en algunas circunstancias, los últimos sean los primeros.

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