Padre Patera un Corazón sin Fronteras

Los días 10 y 11 de febrero el hermano de la orden franciscana de la Cruz Blanca, Isidoro Macías, más conocido como Padre Patera, visitó la ciudad de Vitoria-Gasteiz invitado por el programa de ayuda social de las parroquias del Casco Antiguo, BERAKAH, y la Cofradía de Ntra Sra. De la Virgen Blanca. Junto al hermano Isidoro se trasladó también la periodista Susana Herrera, autora del libro “Padre Patera: un corazón sin frontera”. Ambos participaron en la Cena Solidaria a favor de Manos Unidas y presentaron el libro en el singular marco del Museo de los Faroles. En las diversas intervenciones del P. Patera se repitió de manera especial un doble mensaje: que las instituciones han de implicarse más en las ayudas sociales y por otro lado que donde no llegue el Estado ha de llegar la Iglesia. Resultó especialmente significativo este mensaje en una ciudad que recientemente conocía el drástico recorte sufrido en los presupuestos dedicados a la ayuda a la cooperación.
El hermano Isidoro cree que la falta de sensibilidad por parte de muchos políticos se debe a que” algunos jamás han pisado, han estado, han pasado unas horas, en un centro de atención a marginados, a los que ellos quizá han concedido una subvención.”
El P. Patera reconoce que “sí es una vergüenza que por un lado la Iglesia esté haciendo lo que tendría que estar haciendo el Estado” refiriéndose a la acogida más justa y humana de los inmigrantes y a las leyes que regulan esa acogida, pero también reconocía que “el Estado no puede llegar a todo, y siempre hay almas buenas que comparten lo suyo con los demás.”

En el apartado de la labor del Estado en materia legislativa defendió también la legalización de la prostitución como modo de garantizar a las mujeres que ejercen la prostitución la seguridad frente a las mafias y una vida digna, “que cuando sean mayores puedan cobrar una pensión y no depender de las ayudas sociales”, de manera particular se refería a las inmigrantes que acaban siendo captadas y explotadas por las mafias.



En la presentación del libro intervinieron también que fuera el primer alcalde de la democracia de esta ciudad, José Ángel Cuerda quien afirmó “Es muy importante decirlo, que nuestros gobernantes pongan la solidaridad en el corazón de las políticas públicas.” Cuerda habló también de los diversos muros y fronteras que tenemos que eliminar “para poder sentirnos miembros de una misma patria ética formada por una multitud de patrias étnicas.” El sacerdote José Ángel López de Lacalle, distinguido en varias ocasiones por su labor humanitaria en la ciudad, abaló la tesis del P. Patera cuando dijo “Es una realidad que Las instituciones no pueden llagar a todo, hay algunas situaciones tan concretas, tan pequeñas, pero que pesan tanto en la vida de cada persona que exigen una cercanía que las instituciones no pueden dar.” El sacerdote alavés sentenciaba “lo difícil es aceptar que los pobres tienen los mismos derechos que nosotros y han de tener la misma calidad de vida que nosotros. Sin duda la tarea no es fácil y hay mucho por trabajar, pero esa es la meta.”

Non solum sed etiam.

Cuando el ex alcalde de Vitoria afirma que la solidaridad debería estar en el corazón de las políticas públicas habría que preguntarse antes si las políticas públicas tienen corazón.
Que los políticos tienen “corazón” se presupone, pero que lo tengan las políticas públicas? …. El “corazón” de las políticas públicas depende del corazón que pongan los gestores de esas políticas públicas, por eso es importante que quienes gobiernan hagan un hueco en su agenda para pasar (no por encima, ni de largo) unas horas en aquellos centros a los que destinan parte de los fondos públicos de ayuda social. Que experimenten estar cerca del que sufre, y si alguno lo hizo más profusamente en el pasado que recuerde los sentimientos revolucionarios que le inspiraron esas vivencias y que en algunos casos pudo hasta marcar su futuro personal, en lo político y en lo profesional.
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