"En la izquierda hay gente de ideas e ideales, y la derecha tiene dinero" Anastasio Gallego: "Yo creo que en la Iglesia hemos rezado mucho, pero hemos escuchado poco"

Anastasio Gallego
Anastasio Gallego

Se decía: "la Iglesia oficial le pegó a la teología de la liberación". Sí, pero no mató a nadie. La ultraderecha mató a mucha gente; obispos, sacerdotes, religiosas, pero sobre todo catequistas

"Siempre tengo la impresión de que la derecha cree que el poder es subir, y si hay gente de izquierda toma el poder, son inquilinos. Que naturalmente no pueden estar en el gobierno"

"No puedes ir a buscar recetas porque lo único que estás haciendo es buscar o cómo fundamentar lo que tú crees, o cómo justificarlo. Sin dejarte interpelar, que para mí es lo principal"

"Hay un paralelismo entre un confesionario y un banco. Lo único que te ofrecen son promesas. Como ocurre hoy con algunas de las iglesias evangélicas o nuestros santuarios católicos…"

"Vengo de un país en el que, en lo que llevamos de año, ha habido más de 400 muertos en las cárceles. Y unos muertos por el sida, algunos cortados por motosierras, entre presos. Pero, a cargo de las cárceles llevan tres años la policía. ¿Qué han hecho?"

"Yo siempre insisto en esto de que de Roma viene lo que a Roma va. Si nos callamos, Roma no habla. Si no nos callamos, algún día tendrá que hablar"

"Siempre tengo la impresión de que la derecha cree que el poder es subir, y si hay gente de izquierda toma el poder, son inquilinos. Que naturalmente no pueden estar en el gobierno". Siempre certero, Anastasio Gallego disecciona, en esta entrevista exclusiva en RD, la creciente polarización en el mundo, y en la Iglesia, y la necesidad de cambio que, pese a la cultura del adormecimiento, sigue existiendo. 

Y de hablar, de no callar. "Yo siempre insisto en esto de que de Roma viene lo que a Roma va. Si nos callamos, Roma no habla. Si no nos callamos, algún día tendrá que hablar". Y también, de escuchar, sobre todo en las altas esferas. "Yo creo que en la Iglesia hemos rezado mucho, pero hemos escuchado poco". Hablamos con él.

-Hoy nos acompaña Anastasio Gallego, buen amigo de esta casa y que viene de visita, de vacaciones. ¿Cuánto tiempo hace que no vienes por España?

-Cuatro años.

-Antes de la pandemia.

-Sí.

-Vives en Ecuador.

-Desde hace 55 años.

-Cómo te da por irte a Ecuador?

-Yo me formé en los Carmelitas Descalzos. Y la provincia de Burgos, que se llamaba entonces, en América Latina tenía Ecuador, Bolivia, Uruguay y el sur de Brasil. Yo fui uno de los que nos metimos en la Unión de Estudiantes Misioneros Carmelitas. Y siempre estuvo la idea de América. Entonces, cuando me ordené, me enviaron a América y ya me quedé allí. Ejercí el Ministerio 8 o 9 años. Lo dejé, y a los dos años me casé. Y desde ahí, lidiando en estos campos. Sobre todo en el movimiento ecuménico de los años 70.

-Tenía una una fuerza importante, y en Latinoamérica más. Y después se vio un poco acogotado por los impulsos involucionistas. Ahora, parece que con Francisco, tanto los ecumenismos como el diálogo con otras religiones, se vuelve a potenciar. No solo a través de Fratelli tutti, sino a través de la realidad.

-En ese movimiento en el que yo estaba, que era Iglesia y Sociedad en América Latina, inspirado por el Consejo Mundial de Iglesias y en el que participábamos católicos y evangélicos de distintas distintas confesiones, aprendí aquello de que yo era no era solamente católico, sino que era católico romano de rito latín.

Anastasio Gallego
Anastasio Gallego

-Parece mucha nomenclatura, pero mientras estemos separados… Porque la catolicidad implica una universalidad, y nos apropiamos de un nombre que puede molestar.

-Claro, porque la Iglesia Anglicana se dice católica, nosotros nos decimos católicos… El sentido de la unidad es muy diferente en el mundo evangélico, en general, del mundo católico.

-¿Porque somos la mayoría, o hemos sido la mayoría?

-No. Por la mentalidad. O sea, si yo soy miembro de una iglesia evangélica, por ejemplo aquí, en Madrid, puedo ser miembro de una congregación de cuarenta personas. Si alguien dice, aquí somos muchos; no nos entendemos. Hagamos otra. Entonces, pones otra, en otro barrio. Y el hecho de que yo me salga de este grupo y forme otro, no se entiende como ruptura de la comunidad.

-Y eso, ¿es bueno o es malo? Porque, por un lado no se entiende como ruptura de la comunidad, pero, por otro, seguimos dividiéndonos. Que no está mal, porque si todos tuviésemos el mismo carisma, sería estupendo. Pero defendemos carismas o identidades diferentes que durante siglos también han sido distintas…

-Y antagónicas.

Ese movimiento fue extraordinario. Yo he estado en reuniones en las que estaba Richardson, que es uno de los creadores del movimiento. Estaba Leonardo Boff, estaba Gustavo Gutiérrez, estaba Alejandro Cussianovich, de Perú, por ejemplo. Y no teníamos ningún problema porque se habían ido bajando barreras. Y como un buen grupo optó por esta línea, que después se llamó teología de la liberación, sí notamos que ahí se enfiló esa línea de las Iglesias, en general, como peligrosas.

Se decía: "la Iglesia oficial le pegó a la teología de la liberación". Sí, pero no mató a nadie. La ultraderecha mató a mucha gente; obispos, sacerdotes, religiosas, pero sobre todo catequistas. Yo no sé si tú has oído hablar de la matanaza de Panzós.

Rutilio Grande, Manuel Solórzano, Nelson Rutilio Lemu y Cosme Spessotto
Rutilio Grande, Manuel Solórzano, Nelson Rutilio Lemu y Cosme Spessotto

-Sí.

-Eso es macabro. Ver, en la entrada del pueblo, en los árboles, colgados lo dirigentes campesinos.

-Y fue silenciado. Porque todos recordamos a Romero, a Rutilio y a Angelelli, aunque las circunstancias son distintas. Esas grandes matanzas en Guatemala, en Ecuador, en Bolivia, en tantos sitios.

-En El Salvador mismo, y en Panamá. Eso pasó, y golpeó mucho porque, además, vino lo que hoy llamaríamos hoy 'el 11…' y lo que lleva asociado. Llamar comunista a un cura era lo peor que te podrían decir, frente a la población. Ahí nadie te hablaba de otros temas que hoy pueden estar de moda. Los que cayeron, Alsina y todos los demás, cayeron con el beneplácito de una parte de la jerarquía.

-En el fondo, aún se piensa, aunque no se diga, que se lo merecían, que algo habrían hecho, porque se mezclaban en asuntos donde no se puede meter un cura…

-Eso estuvo no solamente del moda, sino, además, muy fuerte.

-¿Y cómo está la cosa?

-Ahora, en el aspecto económico, político, yo creo que hay, nuevamente… Bueno, no nuevamente; yo siempre tengo la impresión de que la derecha cree que el poder es subir, y si hay gente de izquierda toma el poder, son inquilinos. Que naturalmente no pueden estar en el gobierno.

-Y por qué pasa que cuando la izquierda toma el poder, casi siempre hay divisiones, hay polémicas. Es como si, de alguna manera, determinada izquierda hubiera asumido que su papel funciona mejor como oposición, pero a la hora llegar el gobierno…

-Yo tengo una explicación que, por lo menos a mí me tranquiliza. Y es que en la izquierda hay gente de ideas e ideales, y la derecha tiene dinero. No tienen ningún problema en que se fusionan barcos, por ejemplo, o en que se fusionan empresas. Pero que se fusionen grupos de izquierda, tratan de impedirlo y de romperlo. Y sacando todos los elementos que se les puedan ocurrir.

Hemos vivido el famoso lawfare en América Latina; acusaciones que son impresionantes y que después no tienen ningún sustento. En cambio, salen los Pandora papers, el presidente del Ecuador tiene la mayor parte en paraísos fiscales, denunciado en los Pandora papers. Pero, si Maduro te manda dos reales, o dicen que te manda dos reales, se arma el escándalo.

Lamenta Cardenal Parolin que los mexicanos sufran a causa de la discriminación, la corrupción y la falta de justicia en el país.
Lamenta Cardenal Parolin que los mexicanos sufran a causa de la discriminación, la corrupción y la falta de justicia en el país.

Luego, me parece que una de las cosas que tiene el neoliberalismo es que fascina. O sea, entrar a El Corte Inglés es fascinante. No sé si conoces a este teólogo brasileño, Jung Mo Sung. Es un laico que trabajando y militando en grupos de Iglesia y de juventud universitaria estudió economía. Pero después le entregó mucho todo esto y estudió teología. Ha sacado la licenciatura en Teología con un libro que se llama 'Dios en una economía sin corazón'. Es su tesis de licenciatura.

Solo publicó en una editorial que había en Costa Rica, el DEI, Departamento Ecuménico[de Información. Y después obtiene el doctorado con otra tesis, 'Idolatría del Capital y muerte de los pobres'. Y él, a diferencia de los teólogos que, en general, toda la primera camada no tenían formación económica. Él sí tiene formación económica. Entonces, te desnuda toda la estética del capitalismo y te dice: es una copia fiel de la Iglesia. O sea, fuera del mercado no hay salvación. Fuera de la Iglesia no hay salvación. Tú entras a un centro comercial y son todo promesas y una condición; que tengas dinero. Cuando entrabas en la Iglesia, la única condición era estar en gracia de Dios.

Me estoy refiriendo al esquema de la fascinación. Hay un paralelismo entre un confesionario y un banco. Lo único que te ofrecen son promesas. Como ocurre hoy con algunas de las iglesias evangélicas o nuestros santuarios católicos…

-¿Cuánto hay de lawfare en la Iglesia?

-Creo que mucho, con una diferencia, que la iglesia te toca la conciencia. En política, no.

-Y la salvación es eterna, y la vida en política no siempre.

-Puede haber la resurrección.

Lula y Bolsonaro tienen problemas con el diablo
Lula y Bolsonaro tienen problemas con el diablo

-(Ríe) Bueno, cuando salga esta entrevista sa sabremos cómo ha quedado ,por lo menos la primera fase de las elecciones brasileñas.Tenemos a Lula, que ha vuelto después de su periplo, el año pasado, con Bolsonaro.

Pero, me refería más a esas tácticas y técnicas de desinformación y de ataques que también se dan en la Iglesia. El Papa las está sufriendo y muchas personas en la Iglesia, de alguna manera entendiendo la Iglesia como un instrumento de poder o al servicio de los de los poderes. Eso, desde Ecuador, cómo lo veis, también pensando a nivel global. En cómo funciona la Iglesia en Roma. Acabamos de ver una reforma de la curia que ha costado mucho tiempo y que todavía no se ha implementado del todo, pero que se ha intentado dinamitar desde algunos sectores.

-Yo creo que, por lo menos mi generación, nos formamos con la idea de que Roma es eterna. Por lo tanto, no tiene problemas de tiempo; lo que sea llegará. No tiene prisa.

-¿Y el mundo ahora es eterno, también para la Iglesia? Un lugar donde vamos con tanta prisa, donde todo queda viejo.

-Tratar de ver que tenemos un recetario, no es tan cierto. No puedes ir a buscar recetas porque lo único que estás haciendo es buscar o cómo fundamentar lo que tú crees, o cómo justificarlo. Sin dejarte interpelar, que para mí es lo principal.

Yo creo que en la Iglesia hemos rezado mucho, pero hemos escuchado poco.

-El movimiento sinodal, lo que prevé es esto.

-Claro. Pero, es que caminar en esta sinodalidad no es nada fácil. Porque, en el fondo, esperamos que el obispo diga, o que el cura diga. Yo llego a algunas conclusiones; hemos vivido sabiendo que teníamos poder y ahora no sabemos vivr sin poder.

Sinodalidad
Sinodalidad

-¿Estamos preparados? Hablas de vivir ahora sin poder. ¿Nos podemos acostumbrar a una iglesia sin poder? Quiero decir si hoy es factible ese modelo de Iglesia donde ser minoritario o ser más pobre no importa, pero sí más evangélica, más cercana a lo que a lo que Jesús quiso. ¿O es algo inviable con la actual estructura?

-Acabo de llegar de Turquía. Tuve la presencia del Islam por todos los sitios, y me acordaba de los padres capadocios. ¿Qué queda de aquella Iglesia? Quedan comunidades. ¿Qué pasaba con el norte de África en los primeros siglos y que pasó después? Desapareció a partir del siglo VI. Pero la Iglesia no se acabó, se aprendió a vivir de una forma diferente. Y yo creo que estando en América Latina, sí nos dábamos cuenta de que estar sin poder… primero, ya no tienes sotana ni tienes hábito.

A Leonardo Boff, un día le preguntaban qué diferencia había entre el Leoonardo Boff de antes y el de ahora. Y él dijo, antes nunca me faltaba el asiento en el autobús. Hoy, si hay, hay también para mí. Eso, que es un gesto tan bobo, por decirlo así, nos ocurre en toda la sociedad. Veías Turquía y veías los minaretes. ¿Y cuál es la diferencia? Le oía gritar al imán llamando la oración y nadie le daba pelota. En un estado laico, nadie presta atención. Que nos acostumbremos a vivir sin poder y ser minoría; yo creo que de alguna forma ya está dándose. Vosotros, aquí, sois una minoría.

-Pero creativa.

-Pero hay gente que os tiene miedo y que haría lo posible porque esto desapareciera. Y sin embargo existen. No es lo único que existe. Hay muchas otras cosas en la sociedad en las que la presencia del espíritu, si uno aprende a escuchar, lo oye.

-¿Es posible seguir escuchando, con tanto ruido alrededor?

-Sí, sí. Porque el ruido lo que más hace es obligarte a callar y a guardar silencio. Y, además, hoy día que tú eres amigo mío y te tengo en mis cuentas, basta dar una tecla para que dejes de ser amigo. Pero, al mismo tiempo, cómo se ocultan esos espacios. Vengo de un país en el que, en lo que llevamos de año, ha habido más de 400 muertos en las cárceles. Y unos muertos por el sida, algunos cortados por motosierras, entre presos. Pero, a cargo de las cárceles llevan tres años la policía. ¿Qué han hecho?

-Dejar que se maten.

-Esa es una salida. Pero se está volviendo en contra porque el reclamo es: o esto se nos desmorona o hacemos otra cosa.

En junio, hubo levantamiento indígena. El líder del levantamiento fue miembro de los movimientos juveniles en la Iglesia católica. Y cuando se vio ahogado, llamó a la Conferencia Episcopal y al Celam porque no querían otra masacre. Todavía en el Parlamento, en la Asamblea Nacional, hay una asambleísta diputada que cada vez que habla, te hace temblar, porque es una chica que de un tiro le sacaron un ojo en la manifestaciones del año 19. Entonces, cuando esta muchacha se levanta para hablar, lo que estás viendo es una víctima. Pero eso está cundiendo. Hasta cuándo, ya no sé. Pero ella no se olvida.

-Espero que no nos olvidemos y que sigamos trabajando para que esas cosas dejen de darse, o por lo menos sigamos intentando denunciarlas. El mundo hay que ir cambiándolo a medida que se va viviendo, también.

-Lo cambiamos a cada rato. ¿A vosotros, cuánta gente lee mensualmente? Esos se quedarían sin alimento. Yo lo veo por Ecuador, que me dicen, oye, en Religión Digital vi esto. No tienen ni idea de lo que es esto, pero ven lo que va saliendo. Alguno me dice, pero hablan poco de cosas políticas. Pero es que es Religión Digital y no Política Digital -les digo yo-, te está hablando de este mundo. Y cuando tienen algo, mandan información. 

Yo tuve muy claro, después del caso del obispo Gonzalo López, que de Roma viene lo que a Roma va. Y si no mandan a Roma, de Roma no viene nada. Eso de que no van a hacer caso, no importa. Hay que informar.

-Claro, hay que aplicarse en las cosas porque si no, es solo un pataleo.

-Un día me decía un diputado, cuando fui a visitarle: mira este montón de papeles que tengo; son reclamos que me hacen sobre un tema. De otro, que era la reforma Agraria, no había ni diez.

-¿De cuál me voy a ocupar primero?… Claro.

-Yo siempre insisto en esto de que de Roma viene lo que a Roma va. Si nos callamos, Roma no habla. Si no nos callamos, algún día tendrá que hablar.

-O, por lo menos, no nos quedaremos con la sensación de que no pudimos hacer lo que teníamos que haber hecho.

Anastasio, muchísimas gracias.

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