Sensación de "rechazo" tras la publicación de 'Querida Amazonia' Antonio Aradillas: "Las mujeres no pueden ser ordenadas como sacerdotes… Con ello queda excluida una posibilidad real de participación en la Iglesia"

El Papa abraza a una mujer en el aula sinodal
El Papa abraza a una mujer en el aula sinodal

"El dato de que la mitad más uno de los habitantes del orbe son mujeres y de que en la Iglesia tal proporción sea aún mayor, da idea de que su presencia y actividad en el pueblo de Dios tenga que ser examinada en profundidad y permanentemente"

El tema de la relación mujer-Iglesia sigue siendo en la actualidad, vivo y acuciante. Y además, y por ahora, sin perspectivas de cambio, que incluiría conjugar y aplicar el término “`penitencia” – “convertirse” y “cambiar”-  en esferas sensiblemente eclesiales. El dato de que la mitad más uno de los habitantes del orbe son mujeres y de que en la Iglesia tal proporción sea aún mayor, da idea de que su presencia y actividad en el pueblo de Dios tenga que ser examinada en profundidad y permanentemente. De la letanía de citas documentadas que conservo, y de las que son sus protagonistas las mujeres, con ocasión de no pocos comentarios suscitados por la reciente exhortación apostólica “Querida Amazonía”, firmada por el papa Francisco, he seleccionado el siguiente dietario:

.“El Vaticano II declaró la abolición de toda discriminación con respeto a la mujer, pero la Iglesia no ha hecho nada verdaderamente importante en este sentido. Las mujeres siguen esperando un gesto de autenticidad”.

.“Las mujeres católicas no pueden ser ordenadas como sacerdotes… Con ello queda excluida una posibilidad real de participación en el ministerio oficial de la Iglesia, obligadas de por vida a afrontar la experiencia traumática de un rechazo eclesial para cuya justificación no se ofrecen argumentos ni antropológica ni religiosamente serios”.

"La condición de “otro Cristo” del hombre-sacerdote, le sigue estando vedada a la mujer por mujer"

.“Desde el punto de vista sacramental la mujer depende totalmente de los hombres. En  ocasiones, cada vez más frecuentes, esta posición de inferioridad desconcierta y ofende. Divinizada en estos términos la masculinidad, la feminidad queda excluida de la esfera de lo divino. La condición de “otro Cristo” del hombre-sacerdote, le sigue estando vedada a la mujer por mujer”.

.“El ministerio de las mujeres jamás fue “ritualizado”. Ha consistido y consiste simplemente en el servicio personal de un ser humano a otro en el nombre de Cristo. No obstante tal limitación, consuela y enaltece descubrir  que para la mujer, la práctica del “ministerio” coincide con el servicio y no con el ejercicio del poder. El “ministerio de Jesús tampoco fue ritualizado y su servicio personal estuvo siempre exento de poder”.

.“Exiliadas de poder en la Iglesia, las leyes eclesiásticas del matrimonio, y otras que tan directa y personalmente les afectan a las mujeres, nacieron ya muertas e incapacitadas  para servirles de cauce e instrumento de salvación en beneficio propio y del Pueblo de Dios. Las mujeres fueron a cada momento, tanto fuera y más aún, dentro de la Iglesia,  víctimas de su organización jerárquica”.

·“A muchas mujeres les asalta ya la tentación de que, teniendo que ser los hombres  los únicos que puedan administrar los sacramentos, también los “últimos”, está ya a punto de parecerles poco o nada racional que su acceso al cielo –a la salvación-  también ha de debérselo a los hombres y a su bendición clerical”.

El Papa, con religiosas asiáticas
El Papa, con religiosas asiáticas

.“Como inigualable ventaja de la “esencial a-clericalidad” de la mujer por mujer católica, destaca el hecho imposible de que jamás ellas manipularon a Dios, al no poder hablar ni actuar en su nombre y con su autoridad”.

.“El lenguaje y los gestos machistas y patriarcales que todavía prevalecen en la Iglesia a consecuencia del imperio varonil de quienes mandan y ordenan en ella, no resultan mínimamente actuales y modernos. No tienen futuro. Son pasado, propicios para almacenarse en antologías del despropósito y del disparate. La acentuación e insistencia de la “sociedad sin padre” afecta ya a la Iglesia en similar o mayor proporción que a la familia y a la sociedad en general, en la que no cabe una virilidad sin  prepotencia y una paternidad sin veleidades despóticas ni complejos de debilidad”.

.“La moderna sociedad industrial se transforma en una sociedad sin padre porque el poder no se ejerce de modo personal y responsable, sino burocrático y anónimo. En un mundo administrado por presidentes, consejos de administración, gremios y ordenadores, hasta la misma protesta contra figuras paternales va resultando  anacrónica. Edipo no tiene padre. Solamente lo tiene en la mentalidad religiosa. El “Pater Omnipotens” y sus representantes legítimos, más o menos  romanos, se jubilarán bien pronto…”.

.“La teología feminista se rebela contra una teología que se basa en  un derecho natural como son los roles o papeles de hombre y mujer y contra una pseudo cultura, aún religiosa, que conserva como inamovible este modelo. Para no pocas mujeres resultan ya ofensivas las imágenes masculinas y patriarcales de Dios. Esto no obstante,  el “espíritu”en las lenguas semitas se traducía por “ruhach”, palabra de origen femenino. En la mayoría de los libros de la Sagrada Escritura las mujeres que hoy los leen se sienten extrañas, dado su exaltado androcentrismo”.

.“La Virgen María es gloriosa y refulgente excepción, y en su canto del “Magníficat” toma partido radical por los pobres, los despojados de sus derechos, los que no pueden hablar, los oprimidos …No obstante, las mujeres siguen siendo y actuando en la Iglesia como los “negros” -¡válganos Dios!- de la cultura occidental, también hoy a punto de superar tan amarga y cruel situación“.

Religiosa en una manifestación en Santiago de Chile por el Día de la Mujer
Religiosa en una manifestación en Santiago de Chile por el Día de la Mujer

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